Lola Gómez o el arte de hacer intermitente el infinito

A.I.P
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La artista Lola Gómez Redondo muestra medio centenar de pinturas en el Centro Cultural Gaya Nuño hasta el próximo 11 de octubre

Lola Gómez o el arte de hacer intermitente el infinito - Foto: E.G.M

Cuenta Lola Gómez Redondo que sus obras, el medio centenar de pinturas que pueden verse en el centro cultural Gaya Nuño hasta el 11 de octubre, son «paisajes del recuerdo». El que pondera su memoria. El que el espectador se adueña, interioriza y lo incorpora al hemisferio derecho de su cerebro. El título de esta exposición no puede ser más preciso: 'Cuando la luz'. Esa energía que ilumina lo que vemos, o lo que solo intuimos, es el hilo conductor de estas creaciones, en las que se descubren enclaves, más o menos reconocibles, cielos, nubes, agua, hielo, tierra... con sello soriano que bien podría ser de otra tierra lejana. «La luz es importante, si se quiere  ver el horizonte. A menudo hay un punto de luz con mucha perspectiva [...] Tengo preferencia por una determinada luz, la del ocaso, de atardecer, cuando casi es de noche pero todavía se ve y que contrasta con la oscuridad de los árboles. Salgo mucho al monte, soy observadora y, por ejemplo, el cielo y las nubes en Soria son una pasada, incluso este verano que no ha llovido ha habido nubes de evolución que reflejan el agua...», relata. Esos cumulonimbus, como se titulan dos de sus cuadros, que dicen los meteorólogos que son el origen de todas las nubes.

La artista soriana, también diseñadora y maquetadora de El Día de Soria, enseña en esta muestra su trabajo pictórico de la última década: óleos, acrílicos sobre tabla o tela, y acuarelas. En la planta baja se pueden contemplar los más recientes, «la parte más oscura», que pintó en su estudio, mientras que para la sala superior ha seleccionado otros trabajos «más antiguos», en tonos «más claros».

Pararse en cada una de estas obras, incluida la selección de los cuadernos de la artista, es hallar la definición de lo que se conoce como pintura figurativa de atmósfera. «Me ha gustado siempre mucho esta línea. Soy autodidacta por lo que hay muchas técnicas que no conozco bien y en los últimos años he intentado formarme con el uso de aceites, transparencias, veladuras... he investigado y poco a poco creo que me voy acercando a lo que quiero hacer», confiesa la autora.

Cada una de sus pinturas está inspirada en lugares vinculados a su infancia, sobre todo en la zona del río Duero, donde creció, y en el pueblo de sus abuelos. «No son realistas, son figurativos, aunque se puedan reconocer», matiza. 

Ha incluido los cuadernos que dieron lugar a la publicación Volar. Paisajes imaginados desde el confinamiento, un libro con obras de la pintora y textos de su hermana, Susana Gómez Redondo, quien ha puesto letra y voz a esta muestra. «Por WhatsApp cada día enviaba un dibujo a la familia y después Susana escribió los textos. Estos cuadernos son apuntes. Cuando pintas, hay que hacerlo seguido, porque si lo dejas... y es que para mí la pintura es algo intermitente, lo cojo, lo dejo... luego te cuesta arrancar, por eso es bueno este tipo de cosas, como los cuadernos, para no perder el hilo», explica.

Llama la atención la colección de 28 miniaturas en círculos, que es el resultado de una tendencia reciente de la pintora a crear en pequeño, admite que «por falta de espacio» en casa.

para los cercanos. El «respeto» que reitera tiene a la pintura es, probablemente, el motivo por el que no se haya lanzado antes a una muestra como la del Gaya Nuño, a su juicio, «la sala más bonita» de la ciudad de Soria. «Hace muchos años, en 1992, hice otra exposición en una sala que ya no existe en la Casa del Agricultor. Eran trabajos muy diferentes. En Monreal también hice otra. He estado en otras propuestas colectivas [...] La pintura me da mucho respeto, yo me dedico al diseño gráfico. Pero cuando tuve el estudio me centré bastante y me pareció que ahora podía enseñar algo, sobre todo, a los más cercanos», abunda.

El Pozo de San Juan de Tardajos, el pueblo donde de pequeña disfrutó de las vacaciones estivales, por el que también pasa el Duero, el río que marcó su niñez en el barrio en el que nació, el de la Cruz, junto a San Pedro, «cuesta arriba y de casas blancas» que se distingue en otro de sus cuadros, el Soto Playa... son emplazamientos que se descubren en la colección expuesta en esta ocasión. Obras que se leen/escuchan en los versos de Susana Gómez Redondo que revelan esa complicidad fraternal única... arte, sentimientos y sentidos... Porque 'cuando la luz, el paisaje. Cuando el paisaje, la luz'... es '...hacer intermitente el infinito'.