Leo, en la prensa local, el siguiente titular: El proyecto de Urbión ya ha registrado el documento técnico. Ese adverbio de tiempo se me clava en la córnea como cuando se te mete una pestaña en el ojo. Se utiliza ese "ya" como si fuera un reconocimiento a la celeridad. Un monumento a la eficacia. Pero te pones a hacer memoria y el adverbio de tiempo se cae como un suflé, como una torre de naipes, como un castillo de arena; porque esta iniciativa fue la gran prioridad que se marcó Luis Rey cuando llegó a la presidencia de la Diputación, hace ya casi ocho años. Dos legislaturas después, nos conformamos con un ya, adverbio de tiempo, que ejemplifica, una vez más, que en Soria la ejecución de los proyectos es más lenta que el caballo del malo.
No solo se demora la ejecución, sino que la magnitud de la propuesta va encogiendo según avanzan los años. Si con Luis Rey se pretendía un proyecto ambicioso con un área esquiable de entre 80 y 100 kilómetros, con Benito Serrano se busca la ampliación de la temporada de la práctica del esquí encaminada al turismo deportivo durante todo el año. Para el proyecto que proponía Rey se necesitaban 12,5 millones de euros, para el de Serrano, 1,2 millones de euros. Además, este último proyecto de Urbión, el del ya, adverbio de tiempo, se incluye en el Plan Soria. Como si incluirlo fuera garantía de ejecución inmediata ¡Qué pereza volver a dar vueltas al Plan Humo! Un plan que se queda en cifras que se estampan a modo de titulares en un trozo de papel. Unas cifras que sirven para cubrir el expediente pero que se traducen en escasas realidades palpables. Ahora que estamos en pre campaña, empezarán a correr ríos de tinta y titulares y adverbios de tiempo: ya va al registro, ya se ha puesto el sello, ya lo tienen los técnicos, ya, ya, ya. Pero llegará mayo, empezará una nueva legislatura, y seguiremos esperando que el gobierno de turno azuce un proyecto que como la mayoría en Soria necesita años y años para su ejecución. O para su nada. No sería el primero que se quedara en agua de borrajas. Ni tampoco el último. Solo hay que echar mano de la memoria o de la hemeroteca si la primera no nos da para mucho. Podemos hacer una vez más repaso de las propuestas que se eternizan: el ATI, proyecto prioritario, precisamente de la actual Diputación, y que a punto de terminar la legislatura sigue esperando permisos. Hay más: el Banco de España, el servicio de radioterapia, la ampliación del Palacio de la Audiencia, la construcción del centro de salud Soria Norte (los de El Burgo de Osma y San Leonardo han empezado recientemente su tramitación después de años de espera), autovías, etc. Y como la excepción confirma la regla, nos encontramos con alguno que se anuncia y se empieza a ejecutar como el Centro de Procesamiento de Datos de la Seguridad Social. Éste va a lomos del caballo del bueno.