La economía sumergida se come casi 15.000M€ del PIB de CyL

David Alonso
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Un informe del Instituto de Estudios Económicos revela que la actividad alejada de los ojos de Hacienda supone el 24,7 por ciento delPIBde la Comunidad, casi dos puntos más que la media estatal

Anuncios de reformas en un canalón. - Foto: Alberto Rodrigo

Quince mil millones de euros mueve la economía sumergida en Castilla y León. O lo que es lo mismo, el equivalente al 24,7 por ciento de su ProductoInterior Bruto(PIB), que en 2019 rondó los 60.000 millones. Una preocupante cifra que deja a las claras el impacto que tiene en la economía de la Comunidad las actividades que se realizan al margen de Hacienda y que provocan un importante agujero en la fiscalidad y los ingresos de Castilla y León. Un porcentaje que el sexto más alto del país, solo por detrás de Extremadura,Andalucía,Castilla-La Mancha,Canarias y la Comunidad Valenciana, y que supone estar casi dos puntos porcentuales por encima de la media del conjunto de las comunidades, que se sitúa en el 23,1 por ciento, tal y como señala el informe ‘La competitividad fiscal de las comunidades autónomas’ del Instituto de Estudios Económicos.

Una abultada cifra que los expertos señalan que puede tener su explicación en la estructura productiva, ya que hay sectores en donde dicha economía sumergida tiende a ser más frecuente, tales como la agricultura, el sector textil o el turismo, entre otros. Y es que, precisamente, el sector agrícola y el turístico tienen una importancia capital en la economía de la Comunidad, lo que explica el elevado impacto de la economía sumergida sobre las cuentas autonómicas.

Pero también hay que destacar otro tipo de factores que influyen de forma muy relevante sobre la mayor o menor existencia de economía sumergida. Entre ellos, señalan los expertos, cabe señalar la fiscalidad, ya que «una fiscalidad más favorable desincentiva la presencia de economía sumergida», unos menores niveles de tasa de paro, un nivel de renta más elevado, así como una mayor competitividad y un mayor dinamismo en el crecimiento económico. «En este sentido, se puede observar la estrecha relación que se da entre una mayor competitividad y los menores niveles de economía sumergida», señalan.

Los expertos concluyen que en un contexto como el actual, donde la deuda y el déficit públicos han aumentado muy sensiblemente por la covid-19, reducir el peso de la economía sumergida «debiera ser algo prioritario».