Aprendió a leer y a escribir siendo niño en las vacaciones estivales que disfrutaba con su familia en Soria, la misma ciudad en la que, años después, convertido ya en un gran autor, redactaría algunas de las páginas más celebradas de «una de las obras más extraordinarias de la literatura europea de estos últimos años», según el también escritor J. Á. González Sainz. La muerte el pasado mes de septiembre privó a Javier Marías del reconocimiento y los galardones literarios de talla internacional que merecía su singular obra, pero no del cariño de sus amigos sorianos, que quieren enmendar al menos la 'deuda' cultural que Soria tiene con él mediante un sencillo homenaje el próximo 23 de febrero, a las 19.00 horas, en el Casino Círculo Amistad Numancia. Porque, como asegura González Sainz, uno de los promotores del homenaje junto a Jesús de Lózar y Emilio Ruiz, es una iniciativa guiada precisamente por la amistad, «por el aprecio a su obra y porque Soria fue una ciudad importante para él».
Por eso, subraya el escritor soriano, lo importante es que no se trata de un acto auspiciado por las instituciones, sino por esa ciudad que lo 'abrazó' de niño y que después, ya como autor consagrado, se sintió orgullosa de que la eligiera como uno de sus espacios de creación literaria. Aún así, el Centro Internacional Antonio Machado (CIAM), Soria Edita y el Centro de Estudios Sorianos (CES), a los que pertenecen González Sainz, De Lózar y Emilio Ruiz, avalan este acto que contará con la presencia de su hermano Miguel, reputado crítico de cine; Pilar Reyes, su última editora en Random House o el también escritor Juan Cruz. Cada uno de ellos rememorará brevemente desde distintos ámbitos facetas de la vida y de la obra del autor de Corazón tan blanco o Mañana en la batalla piensa en mí y miembro de la Real Academia de la Lengua.
Entre los veranos de 1952 y 1969, Javier Marías disfrutó como cualquier niño soriano de los juegos en el parque de La Dehesa y vibró con el C.D. Numancia, un equipo al que siguió desde entonces con cariño en las clasificaciones futbolísticas. Su padre, Julián Marías ,y su madre, la escritora Dolores Franco, a los que unían lazos familiares y de amistad con la provincia, convirtieron Soria en sede estival de su continuada y prolífica labor de divulgación intelectual.
Durante las Confesiones de Autor de la Fundación Duques de Soria en las que participó en julio del año 1999, Javier Marías acabaría compartiendo con el público esa especial relación que estableció en su niñez con la ciudad y, en concreto, con su equipo de fútbol, al que hizo una donación en agradecimiento por su ascenso a Primera División (y haberle dado tantas alegrías desde pequeño).
El numancia. J.A. González Sainz recuerda con cariño aquellos mensajes que, «vía París» y a través de una tercera persona conocida de ambos, le mandaba al autor de Todas las almas en tiempos pretéritos, anteriores a internet y la comunicación instantánea: «Dile que el Numancia se mantiene», le informaba González Sainz. «Dile que ya lo sé», le devolvía, a través de su intermediario, como respuesta Marías.
Tras su participación en las Confesiones de autor de la Fundación Duques de Soria el Javier Marías adulto y convertido ya en escritor de éxito redescubrió y se reencontró con el lugar de su infancia. Así que, a partir de entonces, no era difícil encontrar al autor de Negra espalda del tiempo paseando por la ciudad y disfrutando de ella. Una buena parte de obras tan celebradas como la trilogía Tu rostro mañana, publicadas entre 2002 y 2007, así como su exitosa novela Los enamoramientos (2011) los escribió en la capital, en la casa que alquiló en el paseo del Espolón. Era el mismo piso con vistas al parque de La Dehesa donde jugaba en las vacaciones familiares que perteneció al que había sido su maestro en Soria, Heliodoro Carpintero. En él vivió algunas temporadas, pasando a formar parte de la lista de grandes figuras de la literatura que, como Antonio Machado o Gerardo Diego, encontraron en la capital soriana el escenario propicio para la creación literaria y el desarrollo de su obra.
la ruptura. Sin embargo, esa bonita relación se truncó en torno al año 2012 a causa de una serie de desencuentros. Un artículo muy crítico con la capital soriana en cuanto al proyecto de peatonalización de Mariano Granados y el paseo del Espolón, entre otros temas, publicado bajo el título de Cuando una ciudad se pierde en el suplemento dominical del diario El País significó de forma efectiva la ruptura de Marías con la localidad. «Si antes Soria era un lugar singular, decoroso y digno y con enorme encanto, ahora -cómo decirlo-, con su 'valencianización' permanente, se ha convertido en un sitio vulgar como cualquier otro», reseñaba en el citado artículo en el que informaba además de que, «con mucha pena», abandonaba la ciudad. No volvió hasta pasados muchos años y sólo de forma fugaz. Fue en el año 2018 para recoger un premio de la Asociación de Profesionales de la Información de Soria (APIS).
En aquella ocasión volvió a recalcar su vinculación afectiva con la localidad soriana, una ciudad que, aseguró, entonces, le había aportado «tranquilidad» y con la que se identificó plenamente durante su estancia en ella. Tras el temprano y prematuro fallecimiento de un escritor que, señala González Sainz, merecía el Premio Nobel, sus amigos de Soria quieren hacer entender lo importante que fue su presencia en la capital soriana y, del mismo modo, celebrar obras tan esenciales de la literatura universal contemporánea que ha legado a sus muchos lectores.