Covid Persistente: La enfermedad que agota al cuerpo

N.Z.
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Un millar de personas de la provincia sufre persistencia de algunos síntomas meses después de haber superado la covid-19

Un 6% de los contagiados en Soria sufren covid persistente

No hay rastro ya de la enfermedad en su cuerpo, pero los síntomas persisten meses después de haberla superado. Esa sensación de que subir unas escaleras es como llegar al Everest, de que las palabras no fluyen, de que falta el aire, de un cansancio crónico... Se llama covid persistente y se estima que aproximadamente un 10% de la gente que se ha contagiado la sufre. Es decir, en España hay más de un millón de personas afectadas por esta enfermedad crónica.

En Soria, el porcentaje es «más bajo» y no llega al 4%. «En total hay unos 26.000 contagios y los pacientes con covid persistente no llegan al millar», concreta la coordinadora de Medicina Interna y responsable de la Unidad Covid, Marta León, quien no obstante toma este dato con cautela ya que «puede ser que los pacientes que sufren covid persistentes estén diversificados en otras especialidades como Neumología, Neurología...» y, también, en Primaria, donde atienden el grueso de los pacientes que no ingresaron, de modo que aún no hayan sido diagnosticados. Pero, además, porque es imposible saber con exactitud «cuánta gente fue positiva al principio de la pandemia» (ya que no se hacían pruebas) y, por tanto, «es complicado tener datos concretos».

De los más de 200 síntomas vinculados a la covid, quien sufre persistencia soporta una media de 10-12 meses después de haber superado la enfermedad. Pero las pruebas convencionales generalmente les salen bien y no esclarecen esos síntomas. A esto se suma la falta de un consenso de actuación y de un procedimiento para poder tratar los síntomas, además de una investigación todavía está en pañales. La suma de todo ello sumerge a los pacientes en el limbo de la incomprensión. 

Marta León, tras escuchar a decenas de afectados y ver que «el 90% de los relatos son iguales», tiene claro que «la covid persistente existe». Admite que, a nivel sanitario, «es difícil de explicar y hacer entender a la gente que no tenemos nada que aportar», pero repara también que «a la gente no se le puede poner la etiqueta de covid persistente y quedarnos tan tranquilos, porque ahí debajo pueden existir otras patologías que no están identificadas». «El árbol de la covid persistente no nos puede impedir ver el bosque de otras enfermedades, y hay gente que la hemos estudiado y es posible que tengan una persistencia de síntomas y un covid persistente, pero hay gente también a la que se le han encontrado problemas reumáticos, neurológicos... o incluso oncológicos», advierte. Por ello, la especialista insiste en que «no hay que ser conformistas» ante la covid persistente y «hay que hacer una valoración muy global y muy completa». Para poder ayudar a los pacientes que la sufren pero, también, para no convertirla en un cajón de sastre. Porque, ejemplifica, «hay gente que se ha quedado con una fibrosis pulmonar tras sufrir la covid, pero eso no es covid persistente, es fibrosis».

Es una enfermedad tan nueva como desconocida y, también, una de las' herencias' más dolorosas que ha dejado esta pandemia ya que, asume la internista, «el paciente hace un periplo por diferentes especialidades» para poder tener un diagnóstico y es «frustrante» no poderle proponer aún un tratamiento que le ayude a mitigar sus síntomas.Pero, también, porque «es muy penoso cuando te lo cuentan. Es gente activa, sobre todo mujeres, con una capacidad física extraordinaria que no puedan desarrollar su actividad física y mental. Con unas limitaciones muy importantes».

Precisamente por ello, felicita iniciativas como el «grupo de trabajo multidisciplinar de Sacyl, con neumólogos, médicos rehabilitadores, neurólogos, fisioterapeutas, internistas, psiquiatras y psicólogos… para intentar hacer un enfoque dirigido a la mejoría de estos pacientes. La idea es trabajar todos en conjunto y, en el momento en que conozcamos cualquier terapia que sea la más válida y la que más beneficio aporta, poder aplicarla a nivel regional», anuncia. 

Es lo que piden los afectados. Desde el colectivo LongCovid ACTS de Castilla y León, su portavoz, María Jesús Fresno, denuncia que los pacientes de covid persistente son considerados «como una lacra para las instituciones» y lamenta que sufren «un auténtico viacrucis» para poder ser diagnosticados y tratados sanitaria pero, también, legalmente. Porque, avisa, los afectados están sufriendo «despidos masivos». Por ello, pide «consultas multidisciplinares en todas las ciudades» que eviten ese periplo por diferentes especialidades para tener un diagnóstico pero, también, «amparo» legal y «empatía» porque... «no queremos estar enfermos, queremos tener nuestra vida».