La final de la Copa del Rey esperaba a Río Duero Soria y Teruel, pero Los Pajaritos sólo anhelaba la gloria de los suyos, un conjunto celeste que contaba con una nueva oportunidad tras muchos años de devolver la gloria al voleibol de la ciudad, esa que había hecho grande a este deporte.

Los de Alberto Toribio saltaban a la cancha manteniendo el buen juego de rondas anteriores. Juan Pablo Moreno se hacía dueño del partido en ataque y Pepe Villalba llegaba praxticnete a todo para dejar la primera manga a tiro de piedra (22-18). Teruel, el equipo de las siete vidas en esta Copa, aparecía para sobrevivir una vez más (22-22), pero un bloqueo espectacular de Lucas Lorente inclinaba definitivamente la balanza para el Río Duero (25-23).

Comenzaba entonces a resonar el manicomio de Los Pajaritos. La grada se volvía completamente loca y los celestes imparables. Pepe Villalba al saque sentaba las bases del segundo set (4-0) y a partir de ahí festival y una manga con un marcador impropio de una final (18-10). Si el equipo aragonés apretaba, el Río Duero lo hacía por partida doble (25-16). El título estaba a un set.

No iba a ser fácil cerrar el partido. Teruel no quería bajarse del partido y con un buen inicio de ser sembraba las primeras dudas en los de Alberto Toribio (4-7). Aunque los locales se acercaban, el equipo turolense se mantenía por delante en el momento clave del set (16-18). Aunque con Luke Belda al saque se igualaba a 23, un bloqueo a Juan Pablo Moreno apretaba la final (23-25).

El cuarto set de ponía caro, con diferencias que no pasaban de un punto cada error o acierto contaba y mucho. Un saque directo de Pepe Villalba daba la primera ventaja (10-8). Después aparecía el tiburón con cuatro saques que olían a Copa (15-10). Llegaba la hora de la verdad y el Río Duero no podía fallar. Son campeones de Copa del Rey 15 años después. Gloria a ellos.