MARZUELOS desde enero

Belen Antón
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A finales de enero y principios de febrero los amantes de las setas ya disfrutaron de una florada de este especie, que se espera vuelva a salir en próximos días, cuando la nieve y las lluvias dejen paso al sol

MARZUELOS desde enero

El refrán ya lo dice: en marzo, marzuelo. Y aunque la micología no es una ciencia exacta, la verdad es que esta seta hace honor a su nombre y aparece en este mes, en el que se despide al invierno y se da la bienvenida a la primavera. «Fundamentalmente sale en marzo, pero en el caso de este año en Pinares ya hemos tenido una florada a finales de enero y principios de febrero, y no es raro poder encontrarla entre los meses de diciembre a abril, según las condiciones climatológicas y lo atrasadas o adelantadas que lleguen las estaciones», explica Chusja Andrés, presidente de la Asociación Micológica de Navaleno. De hecho, algunos restaurantes ofrezcan en sus cartas platos elaborados con estas setas. Tras la nieve caída la semana pasada en la comarca, las lluvias y el frío, solo queda esperar a que asomen los rayos del sol para que en próximos días aparezcan estas setas, que se han empezado a recolectar y consumir hace relativamente poco, unos quince años, pero que ya han pasado a formar parte de la lista de las más demandadas. 
«Estos días atrás se han dado las condiciones óptimas para que haya una nueva florada, a ver si finalmente es así», comenta Chusja Andrés, que señala que parte del encanto de esta especie es que aparece en exclusiva durante una época, por eso es la reina de estos meses. Esto implica además, que no pueda confundirse con otras. 
El marzuelo prolifera con ciertas condiciones de humedad, necesita mucha agua, y no es raro encontrarles debajo de la nieve. Aguantan las temperaturas extremas, en parte porque suelen estar resguardadas debajo del musgo, lo que dificulta que sean encontrados. «Aunque asome un poco, al ser de un color entre grisáceo y negro mimetiza muy bien con el entorno, por lo que no es fácil verlo», comenta. Como muchas otras setas suelen aparecer en grupos, si encuentras uno lo normal es encontrar más alrededor.
Las zonas de frondosas, en el pinar, o en valles, donde hay más acumulación de agua, suelen ser los espacios donde se puede recolectar esta especie. «Es muy rica en el plato, para algunos, la más sabrosa, también es cierto que no comparte época con otras, por lo que tiene menos competencia, es más exclusiva», reconoce el presidente de la Asociación Micológica de Navaleno.  
 
textura similar al boletus. Su textura es suave, se parece al boletus, pero es menos gelatinosa. «Es difícil de explicar su sabor. Yo creo que sabe a monte, que es la que más te acerca a él. Se suele cocinar unida a otros productos porque al tener mucha agua necesita que se la empuje, ya que por si sola no es tan intensa como otras setas de otoño», señala. 
La entrada del marzuelo en los restaurantes ha ayudado a difundir esta seta y por lo tanto ha incrementado el interés por ella y por su consumo. Su sabor y carnosidad les hace ser muy cotizados gastronómicamente hablando.  «A diferencia de los boletus y de los níscalos, en los que en una mañana de una buena campaña se pueden recolectar varios kilos, con el marzuelo no pasa lo mismo, no se cogen grandes cantidades. Para recolectar un kilo de marzuelos hay que currárselo, pesan menos y son más escasos», comenta Chusja Andrés, que recuerda que hace pocos días en Covaleda pagaban el kilo a ocho euros, un precio más bajo del habitual, que se encuentra entre 15 o incluso 20 euros. 
El marzuelo es la primera seta del año de Pinares, pero con la llegada de la primavera se pueden empezar a recolectar en las montes y praderas de esta comarca otras especies. El siguiente en llegar es el perrochico, conocido como seta de San Jorge porque empieza a salir por esa fecha, a mediados de abril, suele ser el que se adelanta y aparece en zonas de pradera. En zonas húmedas, de trampal, aparecen en primavera los cantarelus, aunque no son exclusivos de esta época, ya que también se pueden recoger en otoño e incluso en invierno. Y también en esta época hay varios y sabrosos champiñones silvestres. 
«En primavera hay menos setas que en otoño y no se sabe exactamente cuando van a salir, por eso también atraen a menos gente a los montes», señala Chusja Andrés, que recuerda que a principios de verano suele haber alguna florada de boletus.