Cien días. Ese es el tiempo que separa este viernes, 17 de febrero, del próximo 28 de mayo. Una fecha marcada en rojo dentro de los cuarteles generales de las principales formaciones políticas de Castilla y León, que ya encaran la recta final hacia las elecciones municipales que redefinirá el poder local dentro de la Comunidad para los próximos cuatro años. Pero, ¿qué pasaría el próximo 28 de mayo si se repitieran, voto por voto, los mismos resultados que se dieron en los comicios autonómicos de hace un año? ¿Quién sería el vencedor? ¿Y el vencido? La 'ficción' de esta traslación dibuja un mapa municipal radicalmente opuesto al actual, sin tener en cuenta, eso sí, el factor humano que suele impregnar esta votación municipal por la personalidad y carisma de los candidatos.
Aplicando la famosa Ley D'Hondt a los datos que las urnas arrojaron el 13 de febrero de 2022, el Partido Popular recuperaría la hegemonía dentro de los 23 grandes ayuntamientos de Castilla y León, pudiendo gobernar en catorce de ellos gracias a posibles pactos con Vox como ocurre en la Junta. Esto son seis más que los ocho en los que ostenta el bastón de mando actualmente, y reclamaría el cetro en seis capitales de provincia –todas a excepción de Ávila, Soria y León–.
Las nueve restantes caerían del lado socialista, que gobernaría vía pactos en Ávila, León y Soria, además de otros seis municipios de más de 10.000 habitantes. Uno menos que en la actualidad, aunque por el camino se dejaría dos de las patas de la 'santísima trinidad' local como son Burgos y Valladolid. En cualquier caso, tanto Partido Popular como Partido Socialista necesitarían de pactos en todos los casos a excepción del municipio salmantino de Ciudad Rodrigo, donde los de Alfonso Fernández Mañueco obtendrían la mayoría absoluta.
El resto de grandes plazas autonómicas requeriría de pactos a dos o tres bandas para poder amarrar la gobernabilidad del consistorio. Tanto es así que los populares tendrán que amarrar el apoyo de los concejales de Vox a la hora de sentar a sus candidatos en cinco capitales –Burgos, Palencia, Segovia, Valladolid o Zamora–, donde el PSOE tendría una mayor representación, pero se quedaría cojo a la hora de contar con los votos de otros socios para fraguar un poder municipal estable en estos ayuntamientos.
Primera vez en solitario
Un ejercicio de política-ficción en el que hay que tener en cuenta que los comicios autonómicos y locales se rigen por resortes diferentes. El tirón del candidato municipal y su cercanía a la realidad de la ciudad, o la existencia de partidos, coaliciones o, incluso, formaciones independientes, marcan diferencias evidentes entre la cita de los ayuntamientos con las urnas con las autonómicas y nacionales. Más si cabe en una convocatoria como la del próximo 28 de mayo, donde por primera vez, los ayuntamientos de Castilla y León estarán 'huérfanos', al no celebrarse los comicios regionales, disputados de forma adelantada el 13 de febrero del pasado año.
Por provincias, el PP se llevaría todo el pastel en Palencia, Salamanca, Segovia y Zamora, donde se quedaría con todos los ayuntamientos en disputa. Del lado socialista León y Soria serían sus grandes feudos, aunque también rascaría alcaldías en Burgos y Valladolid.