Francisco Muro de Iscar

MUY PERSONAL

Francisco Muro de Iscar

Periodista


Jóvenes: ni alternativas ni soluciones

27/02/2023

Los intentos de suicidio en los jóvenes menores de 15 años se han triplicado desde 2019 y, según diferentes estudios, un 30 por ciento de los jóvenes tiene o ha tenido ideas suicidas. El 35 por ciento de ellos sufrió síntomas de depresión tras la pandemia. De vez en cuando alguna noticia trágica ocupa espacio preferente en los medios de comunicación, pero igual que aparece, desaparece del interés público. Y las denuncias sobre la falta de medios para tratar las depresiones y angustias de niños, adolescentes y jóvenes, el exceso de respuestas medicalizadas o la automedicación --un 25 por ciento de los jóvenes toma psicofármacos--, la falta de profesionales, el abuso del alcohol y de las drogas cada vez desde edades más tempranas y la baja respuesta sociosanitaria, educativa y familiar, se quedan ahí. El suicidio es uno de los grandes problemas de esta sociedad. Cada día se suicidan once personas, cerca de cuatro mil al año. Y en los jóvenes se agrava el problema porque, además, carecen de recursos, de defensa y hasta de apoyos. No hay un plan nacional de salud mental juvenil. No hay alternativas ni soluciones.

Hay muchas razones y causas para este despertar. El alto índice de abandono escolar, el mayor de Europa, que no se resuelve reduciendo, reforma tras reforma, los niveles de exigencia. El acoso escolar y el odio que se cuelan libres en muchas escuelas. El índice de paro juvenil, un 30 por ciento, que duplica la media europea. La precariedad laboral cuando se encuentra un trabajo. La imposibilidad de independizarse ni a los 30 años --frente a la media europea que lo hace a los 18-- lo que obliga a seguir viviendo con los padres. El consumo de alcohol y drogas desde edades tempranísimas. El acceso de menores de 12 años a la pornografía a través de Internet que está teniendo consecuencias graves en el aumento de delitos sexuales cometidos por menores, en la banalidad y confusión con que afrontan las relaciones sexuales desde la adolescencia. La política de cheques y bonos que es una manera de subsidiar y comprar a los jóvenes y no de incentivar su crecimiento y darles un futuro digno. El aumento de las familias desestructuradas o que pasan de sus hijos. Las nuevas leyes, como la ampliación del aborto o la ley trans que dejan en manos de niños y adolescentes sin la suficiente madurez, decisiones que van a marcar su vida.

Los jóvenes viven entre el móvil y los antidepresivos, entre el deseo de vivir como sus padres y la realidad de un futuro difícil. Entre el hedonismo y la desesperanza. Les cuesta seguir eventos largos y necesitan conseguir todo inmediatamente. Les dicen que son la generación mejor preparada de la historia, pero las empresas dicen que hay un desajuste importante entre el talento que necesitan y la preparación real de los jóvenes que buscan trabajo y solo encuentran empleos precarios. Se independizan tarde, se casan tarde, tienen hijos --cada vez menos-- muy tarde y saben que tendrán que pagar la deuda y el déficit que les estamos dejando. Huyen de la política porque les han echado de ese territorio y desconfían de todos los partidos. Y la política tiene que volver a ilusionarlos, darles una respuesta, un plan ambicioso, pactado y con medios, que abarque desde la educación al empleo, pasando por la salud y la vivienda. No valen las palabras. No valen los engaños ni los cheques o los bonos. Sólo cuentan los hechos y los compromisos. A ver si se enteran quienes deben y dejan de hacer trampas a los jóvenes.