Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


... llega un noruego a España y...

09/03/2023

Madrid, el pasado martes. Llega un colega noruego que busca hacer un reportaje sobre cómo anda España. Le explico que esa tarde se celebra una sesión importante en el Congreso de los Diputados en torno a la ley del 'solo sí es sí'. Ellos, me dice, tienen una ley parecida en su país.

- La aprobarán todos, por supuesto -me dice-.

- No. Se trata de aprobar la toma en consideración de una enmienda que el Gobierno presenta a la ley que elaboró y aprobó el Gobierno; pero resulta que la parte del Gobierno que hizo la ley, que está dando malos resultados, se opone a enmendarla, pese a que eso significa que en este tiempo se van a reducir las penas a muchos violadores y maltratadores.

- ¿Y era eso, reducir las penas, lo que pretendía el Gobierno?

- No, era todo lo contrario, pero ya digo que la hicieron mal. O al menos eso reconoce una parte del Gobierno, no la otra.

- Entonces la enmienda no saldrá, porque entre la parte del Gobierno que dice no y la oposición de siempre, que lógicamente se opondrá, será derrotada.

- Pues tampoco es así, porque la oposición de siempre, la conservadora, apoya la reforma del Gobierno socialista, de manera que la ley elaborada por la otra parte del Gobierno no salga adelante.

El noruego empezaba a creer que le estaba tomando su rojizo pelo.

- Entonces, ¿la oposición tradicional apoya al Gobierno mientras una parte del Gobierno se opone a la otra parte del Gobierno?

- Sí, la parte del Gobierno que encabeza el presidente Sánchez sacará adelante la toma en consideración de su propuesta de reforma gracias a que la derecha, aunque mutuamente se odian, lo apoya. Y tendrá más votos que la parte del Gobierno que no apoya la reforma de la ley del Gobierno, aunque esta parte tiene el apoyo de otros partidos que hasta ahora han sostenido a la parte del Gobierno de Pedro Sánchez.

- Ya. Y Pedro Sánchez lanzará un discurso esta tarde en el Congreso apoyando su reforma.

- No. Pedro Sánchez no tiene previsto acudir al Congreso, ni tampoco los demás ministros, menos las dos ministras del Gobierno de Pedro Sánchez que hicieron la ley del Gobierno y que se van a quedar solas en la bancada azul, la gubernamental, proclamando que Pedro Sánchez está alineado con la extrema derecha. Es más: aseguran que Sánchez ni va a acudir a votar.

El noruego tomaba notas, frenético. Era obvio que no entendía nada.

- Claro, y esta es la primera discrepancia seria entre las dos partes del Gobierno.

- No; discrepan en todo, desde la forma del Estado monárquica o republicana hasta la alineación en la Alianza Atlántica o el envío de armas a Ucrania.

- O sea, que Sánchez va a echar a las dos ministras que casi le llaman fascista.

- Claro que no. Sigue asegurando que su Gobierno va bien y va a durar hasta las elecciones generales, allá por diciembre.

- Pero esto... es muy extraño. Entonces, ¿ningún grupo va a censurar este comportamiento, o estos comportamientos tan opuestos en un mismo Gobierno?

- Sí, la formación de extrema derecha ha anunciado ya una moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez, contra los dos gobiernos de Pedro Sánchez, quiero decir.

- Ah, y entonces será el líder de esa extrema derecha quien se presentará como candidato alternativo a presidir el Gobierno.

- No, en realidad presentan a un ex comunista de noventa años, que precisamente hace unas horas, entrevistado en el periódico al que la formación de extrema derecha tiene vetado, se distanciaba notoriamente de quienes le presentan como candidato y daba a entender, más o menos, que piensa decir lo que le dé la gana en la moción.

- Comprendo: el partido de extrema derecha ha retirado su confianza al ex comunista nonagenario.

- No comprendes nada; no solo no le ha retirado su confianza, sino que dicen que están muy orgullosos de presentarle. precisamente porque no milita en ese partido de extrema derecha.

- Pero esto es como un circo.

- Ahí sí que tengo que darte la razón.

El noruego partió precipitadamente al día siguiente, antes de que el circo se trasladase a las calles de la capital para, abusando del sagrado nombre del feminismo, seguir con el jolgorio. Me dicen que el colega noruego no ha escrito una línea de su proyectado reportaje: al parecer ha sido internado en una clínica de Oslo con un ataque de ansiedad.