José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Escéptico irredento

04/12/2021

Comprenderán que, a estas alturas, nadie descorche botellas de cava cuando llegan, de cualquier gobierno, las promesas de inversiones y proyectos para Soria. Ni siquiera abrimos un cartón de  tintorro Don Simón. Los optimistas, a lo más que llegan es a  decir para sus adentros un «ya veremos en qué queda la cosa».
Pedro Sánchez ha aprovechado la celebración del  decimocuarto congreso de su partido en Castilla y León, para anunciar que el viejo Banco de España albergará el primer centro nacional de fotografía. Volvemos pues a la propuesta de tiempos pretéritos en los que incluso se llegaron a iniciar reformas con ese mismo fin y a girar visitas de altos cargos, del Gobierno de Rajoy entonces, en los que se subrayaba el interés de esta iniciativa. Insisto, con proyecto, presupuesto y visita protocolaria que, por alguna razón, espuria desde luego, se ocultó el nefasto día en el que, la entonces subdelegada del Gobierno y hoy senadora María José Heredia, se tragó el enorme sapo de anunciar a los medios de comunicación que el robusto edificio de la Plaza de San Esteban pasaría a ser Subdelegación del Gobierno y la actual sede de este organismo se convertiría en comisaría. Aún no entiendo su contumaz negativa a reconocer que hubo un tiempo en el que el Partido Popular trabajó e invirtió en ese Centro Nacional de Fotografía.
A estas alturas no estoy en condiciones de evaluar cuál será el alcance y beneficio de que este centro esté en Soria. Malo no será. Menos aún para los apasionados por la fotografía, pero lo que sí sé es que se dará, si por fin se materializa, un uso a este edificio que, si bien en su fachada no presenta deterioro, si lo evidencia en su patio trasero, ese que da a la plaza de San Juan, menguando bastante con sus matorrales asilvestrados, la estética de un espacio en el que destaca la magnífica iglesia de San Juan de Rabanera.
Estos argumentos me llevan a girar la mirada para situarme en la vieja cárcel de la capital, la que ahora está deshabitada y pendiente trámites para pasar a ser propiedad del municipio que en su día cedió el solar. Miedo me dan esos trámites. Sólo para pasar del Ministerio de Hacienda a Patrimonio del Estado y luego a Cultura, el Banco de España tardó casi cinco lustros, quince años y aún está pendiente la fecha de terminación y puesta en marcha de un proyecto que le dé vida y proporcione un nuevo atractivo a Soria. Sólo espero que no se verifique el pronóstico de algún graciosillo que, en la redes, preguntaba por el cumpleaños de Pedro Sánchez, para constatar que al menos cumple algo. Por cierto, si alguien no lo recuerda sepan que este edificio cerró sus puertas en el año 2002.