El 31 de octubre desde mi casa en Monteagudo de las Vicarías empecé a oír un fuerte y monótono runruneo nunca antes escuchado. Era un sonido ronco que recordaba al de los motores de un lento, viejo y descomunal aeroplano. Aquel día la temperatura era agradable y el viento permanecía en calma, pero el cielo estaba encapotado, lo que hacía inútil elevar la vista para vislumbrar el origen de aquel estremecedor sonido.
Movido por la curiosidad, hice uso de los equipos receptores de mi estación de radioaficionado para sintonizar la señal identificativa ADS-B, que emiten las aeronaves al control de tráfico aéreo por medio de su transpondedor. A través de esta señal, y ante mi sorpresa, identifiqué que se trataba del viejo avión de carga Antonov An-22, de fabricación soviética, que es el mayor avión de propulsión turbohélice del mundo.
El aparato que sobrevoló Monteagudo es el último avión del modelo An-22 que permanece todavía activo tras 45 años de servicio comercial. Este gigante de los cielos está equipado con cuatro motores turbopropulsados, cada uno de los cuales acciona un par de hélices cuadripala contra-rotatorias. Gracias a los 60.000 CV de potencia de sus motores y a sus 345 metros cuadrados de superficie de alas, es capaz de transportar una carga útil de 45 toneladas a una velocidad de 640 kilómetros por hora y con una autonomía de 11.000 kilómetros.
El avión turbohélice más grande del mundo sobrevuela Soriapotencia. La enorme potencia de aquellos antiguos motores, la resonancia de sus hélices dobles y la lentitud de su avance, hacían de aquel sonido algo nunca antes escuchado rompiendo la quietud y el silencio de la villa fronteriza de Monteagudo.
El ANTONOV An-22, tras su salida de Torrejón de Ardoz fue en tramos de ascenso para llegar a converger con la aerovía que pasa próxima a la vertical de Monteagudo, continuando por la zona de Tudela hasta alcanzar su nivel de crucero y llegar a su destino final en Ucrania. Esta aerovía es usada habitualmente en las maniobras de despegue desde Madrid por aeronaves con destino al Norte y Centro de Europa y converge con otra en niveles altos por la que discurren vuelos procedentes de África y Sudamérica cuyas estelas son visibles debido a la gran altura de sus tráficos.
Aparte de los vuelos comerciales, desde Monteagudo también se pueden observar, con relativa frecuencia, vuelos militares, a baja altura, de aviones de las bases aéreas de Zaragoza y Torrejón, vuelos rasantes de instrucción siguiendo la vega del río Nágima y otros con destino a realizar prácticas de tiro en Las Bardenas Reales en Navarra. Asimismo se han visto maniobras de reabastecimiento en vuelo nocturno desde aviones nodrizas tipo C-130 Hércules y desde el más moderno Airbus A400M.
Una interesante observación espacial vivida en Monteagudo, y que es extensiva a toda la provincia de Soria gracias a la limpieza de sus cielos, es ver sobrevolar la Estación Espacial Internacional (ISS).
La estación sobrevuela seis veces diarias cualquier punto de la Tierra, resultando visible solamente en las dos primeras horas después de la puesta de sol y en las dos últimas antes de su salida (debido a la incidencia del Sol sobre la superficie de la ISS). La Estación Espacial aparece en el firmamento como la estrella con mayor intensidad de luz y con un movimiento rectilíneo continuo.
Por otro lado, la Asociación de Amigos de Monteagudo de las Vicarías programa para el próximo verano la realización de observaciones astronómicas y el seguimiento y radioescucha de la Estación Espacial Internacional, acompañando estas veladas científicas y fotográficas con alguna merienda de confraternización entre vecinos y visitantes.