Los usuarios evalúan el Centro de Referencia Estatal

A.I.P
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Cuatro usuarios y sus familiares cuentan a El Día de Soria su experiencia en el Programa Integral de Promoción de la Autonomía Personal que arrancó en abril

Los usuarios evalúan el Centro de Referencia Estatal - Foto: E.G.M

La cartera de servicios del Centro de Referencia Estatal de Atención Sociosanitaria para Personas en Situación de Dependencia (Credef) del Imserso en Soria distingue dos bloques: los proyectos europeos en los que colabora (InCare y RuralCare), en la línea de desarrollar, validar y difundir buenas prácticas en la atención a dependientes [leer entrevista con la directora, Silvia Manzano, en las páginas siguientes]; y la atención integral de usuarios en régimen ambulatorio para promover la autonomía personal. En este servicio se enmarca el PIPAP (Programa de Intervención para la Promoción de la Autonomía Personal), que atiende a diez usuarios que se incorporaron entre abril y junio. El Día de Soria tiene la oportunidad de departir con cuatro de ellos y sus familias, la mejor forma de testar en qué consiste una parte del trabajo que desarrolla el equipo multidisciplinar del centro, formado por logopeda, terapeuta ocupacional y auxiliares de enfermería, así como por las jefas de sección de Gestión y Conocimiento, administradora y la propia directora. 

El titular elegido para este reportaje, la calificación que usuarios y familias ponen al Credef al concluir la tertulia, puede parecer complaciente, escogido por las emociones que afloran mientras Esperanza y Pilar; Alberto y Gloria; Javier y Ana; y Ana y Montse relatan sus vivencias y cómo han mejorado desde que acuden a este centro. La nota es consensuada por todos ellos, incluso el sobresaliente les parece poco: «Les damos un diez»... «Un doce, mejor»... «Un cien se merecen»... En esta instalación, cuyo principal cometido es evaluar, la puntuación de los participantes del PIPAP se revela sincera, sentida... agradecida.

En el PIPAP se lleva a cabo una evaluación continua para difundir el conocimiento generado a otros recursos del sector. Las intervenciones se desarrollan en el propio centro -de lunes a viernes-, en el domicilio y vía telemática. Esperanza, Alberto, Javier y Ana, los 'pacientes' que colaboran en este reportaje, constatan sus progresos. En principio, todos estarán un año, ya que en abril de 2023 arrancará una segunda edición del PIPAP que irá incorporando a nuevos usuarios. Saben que esta intervención tiene caducidad con el objetivo de valorar los resultados conseguidos.

Cabe destacar que es un programa destinado a la mejora de la calidad de vida de las personas y a favorecer la permanencia en su entorno, a través del desempeño de las actividades de la vida diaria, el ocio y la participación social; el incremento de las habilidades de comunicación e interacción de sus ocupaciones; y la promoción de la autodeterminación, evitando la institucionalización.

Los usuarios de esta primera edición del PIPAP son los mejores embajadores. Esperanza llegó en junio en silla de ruedas y serias dificultades de comunicación, y ahora va sola caminando al centro y su dicción es absolutamente comprensible. Javier admite su escepticismo de los primeros días y la rehabilitación cognitiva le ha permitido, entre otras cosas, recuperarse de las lagunas de memoria y avanzar en la habilidad numérica. En abril, su mujer lo llevaba en coche y ahora va en bicicleta. La evolución de Alberto ha sido más que satisfactoria, en particular, en su relación con los demás. Ana, la «yogurina del grupo», subraya la mejoría de la destreza manual y lo feliz que la hace estar aquí.

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