La inflación obliga a reforzar la ayuda las familias

Ana P. Latorre
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Aumentan las solicitudes al tiempo que disminuyen las donaciones, lo que es una señal de alarma para los colectivos que quieren estar preparados para un duro invierno

La inflación obliga a reforzar la ayuda las familias - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martínez

El desmesurado aumento de los precios de los alimentos y la energía hacen mella en muchos hogares sorianos y se presenta un invierno difícil, lo que obliga a reforzarse al Banco de Alimentos, Cáritas Diocesana y Cruz Roja, que priorizan mantener las donaciones. Las familias que antes iban justas para comprar o pagar lo básico y llegar a fin de mes... ahora se ven desbordadas ante una inflación que no se veía desde hace 40 años. A ello se suma el aumento de los precios de  alquiler, que les obliga a cambiar de los pisos a las habitaciones.

El presidente del Banco de Alimentos, Óscar Arancón, espera equivocarse pero advierte de que «el invierno puede ser peor de lo que pensamos». En lo que va de año el número de beneficiarios ha crecido un 20%, mientras que las donaciones de alimentos han caído en torno a un 30%. Sin embargo, agradecen que se puedan mantener las aportaciones económicas de particulares, empresas y sector público, con «donantes fieles» que hacen donaciones periódicas de gran importancia. 

Ante esta situación de aumento de precios, el dinero del que se dispone se ve minusvalorado, es decir, que no cunde tanto. «Los recursos dan para menos pero hay que ayudar a más gente», advierte Arancón. Por ejemplo, productos como la leche no cuestan un 10% más, sino un 100%. Lo que supone el aumento de la cesta de la compra en cada hogar puede trasladarse al Banco de Alimentos también. Aceite y leche son básicos y ya se había implantado el «criterio» de sustituir la cantidad excesiva de algunos alimentos (arroz, pasta, legumbres...) por otros que mejoran la calidad de la dieta (embutido, huevos, yogures, frutas y verduras frescas), lo que implica productos de mayor coste. Se pasa de productos de 0,90 euros el kilo a los de 2,5 euros el kilo de media. A la par, «se ofrecen actualmente productos preparados en vez de en seco, que son bastante más caros pero se evitan gastos de luz o gas a la hora de tener que cocinar a los solicitantes de ayuda». «Todo suma», añade el responsable del Banco de Alimentos.

Aunque estos días en las nuevas instalaciones del polígono de Las Casas almacenan 39.000 kilos de alimentos para repartir en la provincia dentro del programa europeo, la situación no será la misma dentro de poco... Pero lo importante es la reposición, «siempre hay que tener porque cada mes se reparten unos 25.000 kilos». Como se prevé un invierno difícil, en la inauguración de las nuevas instalaciones este miércoles pidieron las autoridades apoyo para la promoción de la Gran Recogida de finales de noviembre, que se extiende a la sociedad y a los medios de comunicación. El Banco de Alimentos está abierto de 8.30 a 14.30 horas en el polígono industrial Las Casas para cualquier persona que precise ayuda o quiera ser voluntario, «van a ser siempre bien recibidos». «Estamos abiertos, con pulmón y capacidad, y toda persona que entra salen con alimentos», subraya Arancón. 

Este cambio de ubicación supone «mayor visibilidad» en todos los sentidos y, por ejemplo, los voluntarios llegan a la veintena. Como el año pasado, en Navidad se prepararán partidas de productos especiales y, si se puede y hay donaciones suficientes, paquetes de higiene personal y limpieza de la casa. «Son productos caros y muy necesarios en los hogares. Si somos capaces de poderles ofrecer eso, tendrán para poder pagar recibos», añade con esperanza.

MÁS DIFICULTADES. Desde Cáritas Diocesana, ante este nuevo escenario marcado por el incremento de precios, «se cuenta con el apoyo de los socios y donantes que mantienen su constancia y fidelidad porque saben que siempre estamos al lado del más vulnerable y, sobre todo, en situaciones de dificultad». El director, Alberto Martín, explica que «se sigue recurriendo a nuestra entidad para los mismos gastos, pero hay más dificultades para salir adelante y se ha notado mucho en las ayudas de alquiler, que se han incrementado sustancialmente como consecuencia de la subida de precios en la actualidad». Así, a las ayudas de alimentos y alquiler se destinan un 20% y un 35% más que el año pasado, respectivamente. 

Desde Cáritas se presta ayuda a personas y familias en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión social sin recursos suficientes, entre las que se encuentran solicitantes de Protección Internacional y personas en situación administrativa irregular a las que se les ha denegado la misma. A la organización acuden, sobre todo, inmigrantes que han finalizado su proceso de acogida internacional, que depende de la Administración Central, «como, por ejemplo, los sirios que llegaron hace más de un año y han acabado su etapa de acogida y ahora se quedan en una situación en la que se encuentran solos». Por su parte, los ucranianos tienen una cobertura de derechos canalizadas por las administraciones. También desde Cáritas están preparados para lo que pueda venir este invierno y aseguran que los donativos se han mantenido y esperan que la situación siga así, agradeciendo las aportaciones que se reciben.

habitación en vez de piso. Gemma Martínez Romero, responsable de programas de atención urgente a coberturas básicas de Cruz Roja en Soria, indica que están preparados para toda la ayuda que haya que prestar por la situación crítica del momento, «pero todavía no se ha notado que el volumen de solicitudes esté creciendo más en comparación a otros años, ya que en septiembre y octubre es habitual que haya más demandantes porque en los meses de verano aumenta la empleabilidad y las familias mejoran su situación». 

Sí que pone la voz de alarma en que el verdadero problema ahora es que muchas familas que antes vivían en pisos con alquileres de alrededor de 500 euros al mes tienen que optar ahora por habitaciones en pisos compartidos por 300 ó 400 euros. «Muchas familias no pueden afrontar los gastos de una vivienda de forma independiente», alerta la técnico. 

Hace referencia a que a través de los programas para atender a las necesidades básicas (alimentos y alquiler) en situaciones de extrema vulnerabilidad llegan a 153 familias en torno a 18.000 euros. Están financiados por la Junta de Castilla y León, principalmente, así como por Naturgy y Alcampo. Las ayudas al alquiler son económicas y para alimentos son vales de compra en Alcampo y tarjetas en Mercadona que tienen ventajas como «dignificar la ayuda, evitar colas de entregas de alimentos, cubrir las necesidades reales y ahorrar costes en el movimiento de alimentos».

Además, a través del programa CEAD(del Fondo Social Europeo), Cruz Roja llega a 650 familias y 1.500 personas en situación de vulnerabilidad tres veces al año. En cuanto a los perfiles son familias con bajos o nulos ingresos, perceptores de rentas básicas o trabajadores en precario cuyos ingresos no llegan para atender a la unidad familiar.  

Cáritas, Banco de Alimentos y Cruz Roja se refuerzan y complementan las ayudas que pueden ofrecer a las familias en situación de vulnerabilidad, desde alimentos a recibos de luz y gas, pasando por la inserción laboral. Están en la misma batalla y ya realizan reuniones periódicas.