El pasado 5 de junio, cualquier aficionado al deporte en España (incluso los no aficionados, dada la talla del personaje) tenía el pálpito de que 'algo' iba a suceder en la Philippe Chatrier, la pista central de Roland Garros. Rafa Nadal disputaba su decimocuarta final y las noticias sobre su lesión, sus declaraciones, las opiniones de médicos («Si se opera, tendrá que dejar de jugar; si no se opera, vivirá con dolor», básicamente)… Ese 'algo' podría ser un anuncio tras la final. Ya no había nada que demostrar. ¿Y si hubiese agarrado el micrófono y hubiese dicho que hasta aquí hemos llegado? De momento, ayer dejó en el aire que compita en Wimbledon...  

Incluso después de que arrasara a Casper Ruud para agigantar su leyenda en París, parte de los fans consideraban que no había mejor final para sellar una carrera asombrosa de casi dos décadas: dejarlo en todo lo alto. Pero eso es algo que rara vez sucede. Si el juego ya es algo que engancha, más aún el triunfo, por eso es tan difícil abandonar en la cúspide: suelen ser los rivales y el paso del tiempo quienes empujan al ya ex-campeón hacia su retirada. 

Rosberg

Sin embargo, hay algunos deportistas que sí decidieron decir adiós mientras ganaban y dejar una huella casi 'mística' en su despedida. En 2016, sorprendió sobremanera el anuncio de Nico Rosberg a los 31 años: un piloto de Fórmula Uno a la sombra de Lewis Hamilton. Once años de carrera en el 'Gran Circo' y dos subcampeonatos cuando los Mercedes volaban sin rival… hasta que hace seis temporadas arrancó con cuatro victorias y gestionó su ventaja hasta proclamarse campeón del mundo. Cinco días después de coronarse en Yas Marina (Abu Dabi), el alemán sorprendió a todos anunciando su retirada de los circuitos. 

El de Rosberg ha sido el último gran 'shock', porque el adiós de Floyd Mayweather (boxeo) se había producido ya en 2015: la pantomima de combate ante el luchador Conor McGregor (2017) no tiene cabida en ningún libro de boxeo. La de 'Money' es una trayectoria con doble retirada en lo alto: la primera se produjo en 2007, con un récord de 39 victorias y cero derrotas tras batir a Ricky Hatton; regresó dos años después y su final de carrera fue un cuentagotas de triunfos hasta alcanzar el 49-0… igualando la histórica marca de otro púgil legendario que se retiró invicto, Rocky Marciano. El considerado mejor peso pesado de la historia lo dejó en septiembre de 1955, a los 32 años. 

'El señor de los anillos'

En baloncesto, David Robinson, mítico pívot de los Spurs, había anunciado su retirada tras la temporada 02/03. Lo que no sospechaba 'El Almirante' es que San Antonio se alzaría con el título de la NBA. El estadounidense ya tenía 38 años y su papel no era tan protagonista como en los 'buenos tiempos' (Tim Duncan era el 'cinco' dominador en aquel equipo), pero no alargó su carrera a pesar de la victoria. Igual que uno de sus ídolos, Bill Russell. El mito de los Celtics, tal vez el pívot más decisivo en la historia del baloncesto, lo dejó en 1969 (35 años) nada más lograr Boston el undécimo anillo en 13 temporadas… todas con 'The Hawk' en el equipo. 

Rocky Marciano, considerado por muchos el mejor peso pesado de la historia, se retiró invicto en 1955. - Foto: AgenciasEn el deporte estadounidense hay más tradición de 'jubilarse' en lo más alto. Cuando Pete Sampras colgó la raqueta en 2002, a los 32 años, era el mejor (el ciclón Nadal-Federer-Djokovic estaba a punto de llevarse todos sus registros por delante). Había cuajado muy malas actuaciones en Australia, París y Londres… pero se las ingenió para salir campeón del Abierto de Estados Unidos'02. Su último grande, el número 14. 

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