Finca Vitis Navarra, ejemplo de innovación

A.P.Latorre
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En un terreno de 800 hectáreas van a colocar 180 de viñedo y portainjertos, además de bodega y naves. Allí, se recopilará material

Finca Vitis navarra apuesta por la innovación

Una veintena de personas, entre enólogos, viticultores, agrónomos y bodegueros, participan en las ‘Jornadas de iniciación a la producción ecológica en viticultura y enología’, organizadas por la Asociación Tierras Sorianas del Cid. En la sesión de este jueves dedicada a ‘Cultivar y producir en ecológico’ se contó como ponentes con Rafael García, de Vitis Navarra (Navarra), que habló sobre la selección de material vegetal y las variedades locales; Julián Palacios, de Viticultura Viva (Navarra), quien trató el tema de los viñedos viejos y su cuidado; y Diego Fernández, de The Wine Luthier (Valencia), que abordó el manejo del suelo, las bases de la fertilización y la plantación, sistemas de conducción y poda en la viticultura ecológica.

La jornada incluyó una visita a  las instalaciones de Finca Vitis Navarra en Zayas de Báscones, que despertó el interés de los participantes. Julián Ramos, el director técnico, ofrece las claves de este innovador proyecto. Vitis Navarra es un vivero de cien años de historia y con la cuarta generación, Rafael García, al frente. «En los últimos 20 años ha dado un salto cualitativo a nivel viverístico porque ahora eran meros multiplicadores de planta de vid y ha hecho secciones clonales y masales que han permitido sacar nuevos biotipos de vid de las  distintas variedades autóctonas españolas», ampliando el abanico en genética y la oferta, por lo que la variabilidad es mucho mayor ahora. Las administraciones lo han hecho con criterios de rendimiento y protección al agricultor y esta empresa con criterios enológicos, con calidad de uva.

Al tiempo, se han fijado en la calidad fisiológica de la planta (unión entre vitis vinífera, la que da la uva, y vitis americana, sistema radicular). Y también en la calidad sanitaria, «porque para nosotros un vivero tiene que vender material certificado libre de virus». «Estamos en Soria con material base libre de virus plantando lo que va a ser la materia prima de los próximos injertos que se hagan en los próximos 20, 30 ó 40 años», detalla Julián Ramos, de ahí la importancia de la finca de Soria. 

La firma ha optado por esta zona por tener una altitud (940-1.000 metros) y un clima ideal para producir material vegetal de calidad y tener en una exposición de todos los clones de variedades autóctonas y foráneas con las que trabajan y que «el viticultor pueda venir a compararlas agronómicamente y enológicamente». Y es que se planea hacer una bodega de  microvinificaciones, un viticultor podrá comparar clones y también catar el producto. 

selecciones. La empresa también apuesta por las selecciones masales y la recopilación de biotipos haciendo bancos de germoplasma de las distintas denominaciones de origen con las distintas variedades autóctonas españolas. En Soria se han plantado ya  1.600 biotipos libres de virus de la Ribera del Duero por pueblos, unos 70, por filas.  «Ahí empezaremos a caracterizar nuevos clones en diez años», apunta el director técnico de la empresa soriana Finca Vitis Navarra. Es un proceso de recopilación continuo y tienen proyectos en distintas zonas (Navarra, Castilla La Mancha...) y de distintos tipos. Así que en Soria se recopilará material y se crearán bancos de germoplastia para tener mayor variabilidad y que no haya erosión genética para la posteridad, resume sobre la finca que han puesto en marcha en Soria (Coto Redondo de Zayas de Báscones). 

De esta manera, hay naves de producción en las que se clasificará el material vegetal, una vez limpio. Paralelamente, se han plantado 60 hectáreas de portainjerto o vitis americana. «Con ello no dependeremos de nadie porque el material que multipliquemos será propio y cerraremos el círculo», apunta el experto haciendo referencia a la producción de madera, el injerto y la venta de la planta ofreciendo la posibilidad de elegir lo que se quiere multiplicar.

Es una finca de 800 hectáreas en la que se van a colocar 180 entre viñedo y portainjertos, además de la bodega y las naves. «La idea es transformar todo a ecológico, con cubiertas vegetales, sistemas de conducción, típica poda de la Ribera del Duero... Volver a recuperar esa erosión genética que se ha producido con las multiplicaciones monoclonales en los últimos años para poder adaptarnos a los cambios del clima que vayan viniendo», apunta. «La finca es un espectáculo precioso», reconoce Julián Ramos, pero también ensalza la Ribera del Duero soriana por la sanidad vegetal y el crecimiento lento de la viña y los portainjertos, que darán menor rendimiento de estacas por hectárea pero mejor calidad por una madera más santa y fuerte que aumentará el rendimiento en vivero.