A Alberto Toribio se le escapaba una sonrisa al hablar en la previa del clásico entre el Río Duero Soria y Unicaja Almería. Sabía que el equipo soriano tenía opciones y sus jugadores se llenaron de argumentos en un excelso partido, el clásico entre los dos conjuntos más veteranos en la élite del voleibol.

El inicio fue un toma y daca. En parte por el acierto en ataque de ambos equipos, pero también los celestes pusieron de su parte con fallos en el saque en los momentos decisivos. A pesar de ello el 28-26 hacia que el primer parcial se quedase en Los Pajaritos.

El segundo set fue para olvidar. El 16-25 mostraba al Río Duero que bajar el nivel suponía no competir ante Unicaja Almería. El cabreo de Toribio era evidente, pero el equipo supo reaccionar. El gran set lo redondeaba un Luke Belda que saliendo del banquillo enlazaba dos saques directos para sentenciar el 25-20 final.

El cuarto y último parcial fue probablemente el mejor del encuentro. Unicaja Almería sacaba el orgullo de campeón para ir por delante durante gran parte del set, pero los celestes no iban a permitir que se les escapase la oportunidad. Con un 25-23 sumaban tres grandes puntos que carapultan al equipo a la zona alta y dan un aviso: este año el Río Duero dará mucha guerra.