Valeriano Bécquer pintó la 'Procesión en Noviercas' con una técnica rápida, en óleo y directamente sobre dos tablillas de nogal. Además, plasmó el torreón de esta localidad 'in situ', al igual que el cielo y el ambiente, para luego añadir la escena costumbrista de la procesión de la Virgen por las calles del municipio. Esta es una de las conclusiones del equipo de restauradores que ha trabajado en la recuperación del color de esta obra pictórica. Para ello, se ha realizado una radiografía que les ha permitido conocer esas dos fases del trabajo realizado por el hermano de Gustavo Adolfo Bécquer. 

El principal trabajo de recuperación ha estado relacionado con devolver a la pintura sus tonos originales. "El cuadro se había limpiado muchas veces, y además se han utilizado muchos barnices a lo largo de los años, pero el inconveniente del barniz es que al final acaba oxidando la pintura", ha informado el restaurador Juan Carlos Martín. 

El cuadro se podrá contemplar en el Museo del Traje de Morón de Almazán, puesto que allí acompañará a la exposición 'Los hermanos Bécquer y la vestimenta tradicional del siglo XIX', que está previsto que abra sus puertas a finales del mes de marzo.