El consumo en los bares durante las pasadas fiestas de San Juan ha sido menor al esperado por los efectos de la competencia del botellón. Según el balance efectuado por la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur), aunque los hoteles estuvieron llenos  (aunque con cancelaciones de última hora) especialmente el Viernes de Toros y el Sábado Agés y los restaurantes hab estado "al completo", la situación en los bares no ha sido tan positiva. El sector cifra un descenso de ventas de entre el 35 y el 50% en algunos establecimientos con respecto a las ventas de las fiestas de 2019.

"En términos generales, las barras han estado más flojas que en las últimas fiestas", confirma en presidente de la patronal sectorial, Pablo Cabezón, que cree que unos de los problemas a los que se han enfrentado es a la competencia que les supone la venta de bebidas en supermercados y otros establecimientos durante unos días en los que el botellón está generalizado.

"Desde hace tiempo, venimos observando que el botellón tradicional de La Dehesa se ha trasladado a otros puntos de la ciudad y que crece el número de personas que lo practican. En fiestas, esto se generaliza y frena las ventas en barra", asegura Cabezón.

Bares, restaurantes y hoteles se enfrentan este año a una inflación disparada que merma las facturaciones de las empresas del sector. "Los precios de las materias primas, energía y suministros se nos han incrementado muchísimo y no los podemos trasladar al consumidor", tenemos un problema que se agravará este otoño, asegura el presidente de ASOHTUR.

Hasta entonces, el sector prevé un mes de julio similar al de la prepandemia, con ocupaciones que rozarán el lleno durante los fines de semana y que descenderán entre semana.

El mes ha comenzado "flojo" y el objetivo es el de "consolidar las cifras del verano de 2019, aunque las de 2021 fueron excepcionalmente buenas por las ganas que tenía la gente de salir tras las restricciones de 2020", explica Cabezón.