La pasada semana, Daniel Berná firmaba la mejor actuación de su vida con 61 golpes, el récord del campo del Aravell Golf & Country Club de Andorra. El tercer puesto final era además su posición más alta en lo que va de temporada en el Alps Tour, la tercera categoría del golf internacional. Este logro podía dar a entender que todo va bien en la carrera del golfista soriano, pero no ha sido, ni mucho menos, un camino de rosas.
Pocos saben que el soriano ha perdido este año a varios de sus sponsors, menos aún que se tiene que costear prácticamente todo y casi nadie que ahora solo compite cuando puede desplazar su furgoneta a los torneos, en ella duerme y en ella descansa durante los largos días de competición. «Todo esto es lo que tengo que hacer si quiero dedicarme al golf», reconoce Berná. «Es el precio a pagar por hacer lo que me gusta, pero seguiré insistiendo en conseguir mis objetivos», cuenta con ambición.
Por el momento esta temporada lo hace solo en España. Lejos quedan ya esas giras por Europa o Egipto. El ahora lo marca el seguir firmando actuaciones como la de Andorra, en tener repercusión para ganar de nuevo apoyos económicos que le permitan seguir persiguiendo su sueño.
Compromiso. Desde el año 2020, Dani Berná ha perdido poco a poco muchos de sus patrocinadores. La retirada de apoyos ha aparcado por el momento su objetivo de subir a Challenge, pero no sus ganas de seguir mejorando. «Entreno muy bien, me siento con muchas ganas y las sensaciones son las correctas», afirma. El problema es que no puede competir más allá de donde pueda llevarle su furgoneta. «Tuve que tomar esta decisión para ahorrar todo lo posible, pero eso limita mucho dónde ir», lamenta. «La lista de torneos se reduce drásticamente y eso hace que deportivamente sea difícil avanzar», alerta. A menos torneos, menos ranking.
¿Cómo ha conseguido hacer entonces Berná la mejor actuación de su vida? Respuesta sencilla, creyendo siempre en su trabajo. «Para mí no ha sido ninguna sorpresa», afirma con rotundidad. «Mi evolución sigue siendo la adecuada y lo lógico es que los resultados mejoren», explica. La parte mala, para la que asegura que no tiene explicación, es la de no ser regular. «En algunos torneos me quedo fuera del último corte cuando todo va bien, pero no lo achaco a la falta de competición», explica.
Mientras pule esos fallos tendrá un verano de gira por España en el que podrá competir de forma más regular. Ahora sabe que solo demostrando que es capaz de repetir grandes actuaciones como la de Andorra, podrá contar con nuevos apoyos para seguir creciendo.