Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


La tumba de Machado

25/02/2022

Termina febrero y lo hace con la duda de si en Castilla y León gobernará Mañueco en solitario o con Vox y con la crisis nacional del PP como una bomba de relojería. Ojo que la vida da muchas vueltas y lo que hoy es negro quizá en un futuro no lejano pueda ser blanco. Es lo que más me gusta de la vida, la capacidad de sorpresa. Cuando el ser humano pierde esa capacidad, está muerto.

Termina el mes más corto del año y lo hace como siempre lo hemos hecho: recordando la muerte de Machado. Te pones a releer su Juan de Mairena, sus poemas, sus últimos artículos en La Vanguardia y vuelves a confirmar una vez más que es un adelantado a su tiempo, un visionario, porque sus ideas tienen la misma vigencia que cuando las escribió. "Yo no puedo escribir nunca sobre lo que me rodea y sucede. Escribo con el recuerdo", confesaba el poeta poco antes de iniciar el exilio del que ya no volvió.

Una de las experiencias que más me han conmovido en mi vida ha sido visitar la tumba de Machado. Solo he ido una vez, hace unos diez años. Quiero volver. Lo recuerdo como algo emocionante, tierno y mágico al mismo tiempo. Sentí paz. Si hay una palabra que resume el sentimiento que propicia acompañar a Machado en su tumba es paz. La misma paz que me transmite su mirada que se ha quedado fija en varias fotos en blanco y negro. El día que fui a visitar al poeta a su tumba, tenía flores, muchas flores. Me consta que siempre tiene flores. Y una bandera republicana. Me consta que siempre tiene una bandera republicana. Y trozos de papeles sujetos con piedras y con conchas. Papelillos con sus poemas y con dedicatorias de los visitantes. Y dibujos infantiles de niños a los que sus progenitores les educan en el amor a los valores que inculcaba Don Antonio. Recuerdo que leí, a pie de tumba, en voz alta, su autorretrato: "soy, en el buen sentido de la palabra, bueno". Y cuando los versos del poeta suenan en el cementerio de Colliure parece que la vida y la muerte se unen de repente. Como si el legado que nos dejó se afianzara impulsado por la fuerza de las olas del mar que se intuyen a escasos metros de su tumba.

"El arma más destructiva que utiliza el fascismo es la mentira", dijo el poeta. Y manejando esas mentiras, ahora Vox amenaza con derogar en Castilla y León el decreto de la memoria histórica. Imagino a Machado revolviéndose en su tumba, sin perder esa calma y esa paz de su mirada. Para hacer frente a esas propuestas de la ultraderecha que suponen un terrible retroceso en los logros sociales, a mí se me antoja que la visita al sepulcro en Colliure, que ya es un lugar de peregrinación laico, fuera un destino obligado. Allí flotan en el aire salado los valores que defendió Antonio Machado: libertad, justicia, igualdad, respeto, filantropía y el amor al pueblo español.