Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


El dilema ( y II)

03/02/2023

Concluíamos esta columna el viernes pasado preguntándonos si el escepticismo, vago e inoperante, del gran humorista José Mota se podría aplicar al riesgo de anticipar las elecciones autonómicas en Castilla y León, ante el temor plausible del PP de no revalidar su resultado electoral de hace un año. Ir pa na… no parecería una opción. ¿O sí? Es la pregunta que quedaba sin respuesta. No está clara, pero sí algunas consideraciones.
El adelanto electoral, competencia exclusiva del presidente Mañueco, tendría como objetivo volver a la convocatoria cuatrianual, coincidente con los comicios municipales y de otras autonomías más. Las ventajas no son pocas y el riesgo, uno.
Ir en la cesta común diluye el foco, es más fácil acaparar el voto afín a las siglas cuando el liderazgo es débil y otorga posibilidades de negociación, ya que permite la posibilidad de intercambiar cromos Castilla y León y Murcia, pongamos por caso, o simplemente hacer enjuagues en la coctelera con ayuntamientos y diputaciones dentro. Restaría protagonismo a Mañueco en las decisiones, pero hay veces que es preferible que se mojen otros por ti, o conjuntamente y no en solitario. 
Tampoco es despreciable la posibilidad de conjurar el voto localista cuando se amalgaman las opciones. La experiencia dice que las elecciones en solitario, en este caso al gobierno de Castilla y León, refuerzan el voto de las minorías, sobre todo el voto más sentimental promovido por los localismos y los agravios del pasado, reales o escenificados. En el cara a cara de febrero del pasado año la UPL quedó a tan solo 8.000 votos del PP en León, frente a una distancia de 23.000 votos en 2019. Otros partidos locales emergieron también con fuerza en una dinámica que las encuestas ven reforzada en la mayoría de las provincias de la comunidad.
El riesgo del adelanto electoral es perder la presidencia antes del tiempo comprometido en la investidura. Difícil dilema: Tres años más en el poder, aunque sea en un continuo y agónico sobresalto, o jugarse la carta de que castellanos y leoneses entiendan la prioridad de liberar a la comunidad de un personaje para muchos siniestro, cuyo único afán en el gobierno no es otro que enredar y entorpecer.