"Estamos anclados en compartimentar actividades por edades"

A.I.P
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A finales de septiembre tomó posesión al frente de la entidad que representa a más de 6.500 mayores del medio rural soriano. El objetivo está claro: conseguir la integración del colectivo en su comunidad y promover el asociacionismo

"Estamos anclados en compartimentar actividades por edades" - Foto: E.G.M

Conseguir el bienestar social y emocional de los mayores del medio rural soriano es la prioridad de Montserrat Martínez de Mingo, presidenta de la Federación Provincial de Asociaciones de Mayores, Jubilados y Pensionistas de Soria. La entidad representa a alrededor de 6.500 personas y cuenta con una plantilla de ocho monitores, además de los trabajadores autónomos a quienes contratan sus servicios. Martínez reside en Layna, una localidad en la que apenas residen una cuarentena de vecinos en invierno. Sus orígenes están en este núcleo del Sur de la provincia, al que se mudó desde Madrid en plena pandemia. Así que conoce bien el contraste de la gran ciudad y del pueblo. La filosofía de la Junta Directiva está clara: es necesario promover el asociacionismo y potenciar la colaboración entre las personas mayores, así como contribuir a la creación de oportunidades que permitan una vida independiente. Una de las claves se halla en los programas de carácter intergeneracional.

En septiembre se renovó la Junta Directiva de la Federación Provincial de Asociaciones de Mayores, Jubilados y Pensionistas de Soria y tomó las riendas de la misma. ¿Qué objetivos se ha marcado?

Hay continuidad con la anterior, de hecho la mitad de los miembros de la Junta Directiva estaban ya. Domingo Muñoz, que llevaba 18 años de presidente, dio paso a gente más joven y está de vicepresidente. Además de dar continuidad a los proyectos, si podemos, queremos dar un paso más allá en la digitalización. Todas las asociaciones estamos haciendo páginas web, ya está la de la Federación, sobre todo para dar visibilidad a todo lo que estamos haciendo, tanto para los asociados como para las administraciones y la sociedad en general.

Uno de nuestros objetivos principales es paliar la soledad, como así lo marca quien nos sustenta que es la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León. Tenemos que conseguir que nadie se sienta solo en ningún rincón de ningún pueblo de Soria. En la zona rural el problema es que hay pocas personas en invierno es muy fácil aislarse. Puede ser gimnasia, talleres, servicios como podología... Pero para paliar la soledad de los mayores necesitamos al resto de la población, promover actividades intergeneracionales y transversales, colaboraciones con otras asociaciones con otros objetivos.

¿Y la sociedad se implica?

Estamos desarrollando un programa de dinamización, yendo a las poblaciones donde las asociaciones de mayores se están quedando con menos socios y lo que estamos intentando es que se integren otras asociaciones dentro de la mayores para hacer esas actividades intergeneracionales.

Estamos muy anclados en compartimentar actividades por edades. Hay que cambiar esa creencia. Cuando empiezas a convocar mesas de trabajo, con tormentas de ideas, de todas las edades, se empiezan a ilusionar y se rompen esas barreras. Son patrones que heredamos, pero en realidad no lo sentimos así. No hay nadie más hermoso que una familia desde el abuelo hasta el niño compartiendo actividades.

También han cambiado esos patrones, no es lo mismo tener ahora 60 o 70 años que hace décadas.

Tengo 61 años, sigo en activo, impartiendo clases de inteligencia emocional, un postgrado en la Universidad Camilo José Cela de Madrid, trabajo con distintas empresas... Mi caso hace emerger lo que está pasando, se están abriendo estatutos a 50 y 55 años, porque si nos cerramos a mayores de 65 años o jubilados en un pueblo pequeño puede haber tres personas y a ver qué actividades se pueden hacer...  Tiene sentido porque a esas edades ya eres abuelo, en muchos casos, y es la edad de empezar a pensar en la jubilación, dónde quieres vivirla. Porque sea un pueblo pequeño, como el mío, y no tengamos los mismos servicios que uno grande, ¿no puedo elegir envejecer allí?

Tenemos otro programa muy interesante que es 'A gusto en casa'. Estamos viendo a ver cómo podemos trabajar con la Junta de Castilla y León para llevarlo a cabo, sobre todo, en los pueblos más pequeños.

¿Qué herramientas se necesitan? No es lo mismo elegir Soria capital que El Burgo de Osma o Layna.

Acercar servicios: enfermeras que hagan rondas, centros de día... Todo esto genera empleo en el entorno rural para jóvenes. Es un proyecto a largo plazo. Pero, a corto plazo, en colaboración con los Ceas (Centros de Acción Social de la Diputación) lo que hacemos es que sean las propias asociaciones las que fomenten la convivencia, la integración y la cohesión social que son tan importantes. Hay que rescatar esa sensación de vivir en un pueblo. Si un vecino estaba enfermo, sin móvil y sin WhatsApp, todo el mundo sabía que esa persona estaba enferma y alguien le hacía la compra, otro le hacía la comida... Esos gestos permitían que sintieras que, pasara lo que pasara, no estabas solo. La Federación tiene el tejido que mejor puede llegar a cualquier rincón de Soria. Con los Servicios Sociales podemos hacer un gran trabajo.

La Federación aglutina a 76 asociaciones, cada una diferente. ¿Es posible unificar?

Estamos intentando que las asociaciones que tienen menos miembros se abran para incluir a otras y se produzca esa integración. Esto nos enriquece a nivel generacional y social.

¿Es necesario dar visibilidad a otras iniciativas como la de Carlos San Juan contra la exclusión financiera, impulsor de 'Soy mayor, no idiota'?

Por eso estamos haciendo formación de cómo hacer una página web, para que sean un foro para trasladar todas esas necesidades que hace falta poner en evidencia. Cuando se recoge toda la información, el sentir de la población, es cuando se pueden trasladar las peticiones al organismo que corresponda. La Federación es un canal de ida y vuelta.

La pandemia ha sido especialmente dura para la población mayor. ¿Cómo ha apoyado la Federación a quien lo ha necesitado en este tiempo?

Se hizo un gran esfuerzo, como en todo se dio un empujón a la parte tecnológica y se hizo formación online, gimnasia incluso. También había un teléfono de asistencia psicológica, que sigue colaborando con nosotros, y fue un apoyo interesante. Todo esto se ha valorado y nos ha unido más.

También el parón ha supuesto reactivar la Federación...

Por ver la parte positiva de la pandemia, cuando ocurre algo así nos ayuda a reflexionar, a dar más valor a lo que tenemos, y esto ha servido para que las asociaciones demos más valor a penar que juntos podemos conseguir más y saldremos de lo que sea.

Cuando se habla de políticas dirigidas a los mayores, ¿se cuenta con las asociaciones para conocer su opinión o solo cuando, electoralmente, interesa?

Por mi experiencia, sí se cuenta, se consulta. Otra cosa es que se pueda o no llevar a cabo. Siempre se nos ha escuchado. No podemos quejarnos.

Cuando se aborda la necesidad de un cambio en el sistema de residencias de mayores, por ejemplo, o del modelo asistencial, ¿también se consulta al colectivo en ese debate?

Ha  habido reuniones de todo tipo y se valora nuestra opinión.

El 1 de enero de 2023 entrará en vigor la segunda parte de la reforma de las pensiones. La Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones o el Movimiento de Pensionistas vasco no cejan en sus reivindicaciones. En este sentido, ¿se han planteado alguna movilización?

No nos lo hemos planteado. Acabamos de salir de la pandemia, hemos celebrado la Asamblea, renovado la Junta Directiva y estamos intentando recuperar la actividad que se había parado. Aprovechando ese empujón tecnológico actualizaremos las páginas web.

La inflación está disparada. Cuando visitan los pueblos o en el contacto con las asociaciones, ¿tienen constancia de dificultades de pensionistas para llegar a final de mes?

Tenemos una ventaja en el entorno rural y es que se vive con menos. Todos tienen su huerta, sus gallinas... Creo que se nota más esta situación en las poblaciones grandes o en las ciudades. A todos nos está afectando la subida de los precios, pero, de momento, no estamos viendo situaciones graves. Si esto ocurre, veríamos de qué forma podemos apoyar. Por eso pertenecemos a Servicios Sociales y colaboramos con los Ceas. Vamos a ver cómo evoluciona todo esto.

¿Y conocen casos de mayores que tengan que recurrir a una residencia y no se lo puedan permitir?

Hasta ahora no conozco ningún caso de este tipo, no quiere decir que no lo haya. Estoy visitando a cada uno de los presidentes de las asociaciones, tomando el pulso. La Federación ha hecho muchísimo, la de Soria es un referente para otras provincias y también a nivel de España, yo aún estoy empezando y viendo cuáles son los problemas que tiene cada uno de los pueblos.

Ha mencionado alguno de los programas en los que participa la Federación, pero están en otros como el Rural Care. ¿En qué consiste?

Se centra mucho en paliar la soledad y en un enfoque de empoderamiento de la persona, que tenga capacidad de decisión de dónde quiere envejecer, cómo quiere vivir y dónde quiere pasar sus últimos años. Por una parte, tenemos que nutrirnos de todas las necesidades y, por otra, ver cómo podemos ayudar.

La Fundación Notariado y Aequitas otorgó su Premio Nacional al proyecto 'Langa Dinámica' y a la Federación de Jubilados y Pensionistas de Soria. ¿Cómo recibieron este reconocimiento?

Eso me lo he encontrado hecho. Se agradece y se valora mucho, porque el trabajo que se ha hecho desde la Federación es muy positivo. Hasta tal punto de que, dentro de los proyectos de dinamización, Langa de Duero hizo unas jornadas y salió una tormenta de ideas para los vecinos del pueblo, de forma intergeneracional. Hay varios proyectos que se han conseguido poner en marcha y esto ha sido premiado. Es una satisfacción. Langa de Duero es un referente que tenemos de esa integración social.

La población de Soria está muy envejecida. Cuándo exponen determinados conceptos a los mayores de ochenta años, ¿cómo lo reciben?

Dividiendo las funciones. Cada uno puede aportar algo. La clave es la gestión del talento, ver en cada grupo lo que cada uno puede aportar para sentirse útil y vivo, integrado en una comunidad y tener un motivo para salir de casa.

¿Existe una brecha clara entre vivir en una ciudad, aunque sea pequeña como Soria, o en un pueblo?

Claro. Aquí [Soria] sales y tienes bares, restaurantes, tiendas, teatro, cine... todo esto en un pueblo no puede ser . Hay que buscar otras formas de ocio. Lo más importante es combatir la soledad en el medio rural.