Diputación destina dos millones a las tiendas rurales

Ana Pilar Latorre
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La Diputación de Soria, dentro del Plan Soria, mantiene líneas a comercio, tiendas multiservicio y farmacias

Diputación destina dos millones a las tiendas rurales - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Es evidente que todo apoyo a servicios y negocios en pueblos de la provincia de Soria es fundamental para frenar la despoblación. Detrás de muchos de ellos está la ilusión de comerciantes, sus proyectos de vida, y mientras a unos les salen las cuentas para poder mantenerse, en muchos casos gracias al turismo y a los meses de verano y vacaciones, otros se ven obligados a echar el cierre por la falta de rentabilidad.

La Diputación de Soria ha destinado en 2021 más de dos millones de euros a establecimientos rurales, dentro de las distintas líneas del Plan Soria. De ellos, 600.000 euros corresponden a subvencionar establecimientos de la provincia, con un tope de 1.000 euros, para ayudar en el pago de las cuotas de la Seguridad Social. A ello se suman los 280.000 euros de la segunda anualidad de ayudas para tiendas multiservicio y los 46.000 euros de las campañas de comercio rural: 'X Soria' y 'Tiendas vivas', en colaboración con la Junta de Castilla y León. Las farmacias conforman otro punto importante en las líneas de subvención, con 42.000 euros para 31 este año. 

El comercio ha contado con una línea de 200.000 euros (1.000 euros para gastos de Seguridad Social), las de farmacias (para el mantenimiento de farmacias rurales y botiquines) y el apoyo a multiservicios (bar y tienda), con más de diez subvenciones a localidades para abrir esos establecimientos de primera necesidadque habían desaparecido. Recordar que esta línea surgió cuando en 2019 representantes de la Diputación de Soria visitaron Teruel para conocer su experiencia.

una nueva convocatoria. El Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicará en breve una nueva línea para conceder 400.000 euros (remanente del Plan Soria) a comercios de municipios de más de 1.000 habitantes (entran también los de menos si no se beneficiaron en la primera convocatoria). Se irán concediendo primero a establecimientos ubicados en pequeños municipios. 

El vicepresidente primero y encargado del área de Desarrollo Económico de la Diputación de Soria, Suturnino de Gregorio, incide en que para la institución es «fundamental» el apoyo al comercio rural porque estos establecimientos y el comercio ambulante «son un servicio público esencial, sobre todo en los pueblos pequeños en los que los mayores no pueden desplazarse a otras localidades a comprar». «Tenemos que estar muy encima del comercio rural y cada vez tendremos que apoyarlo más», para procurar que sean rentables y mantengan su actividad, lo que debe extenderse a otros tipos de servicios. Por un lado, se prentede apoyar a negocios que son rentables y no tienen relevo generacional; y, por otro, a los que no son rentables pero hay que ayudar a mantenerlos.

En cuanto a las farmacias y botiquines (preparan las medicaciones para los pacientes), recuerda que hay una línea concreta para su mantenimiento y que en el caso de la de Villar del Río «es una decisión que corresponde a la Junta de Castilla y León», que tiene pendiente la aprobación de un decreto para zonas especiales. Las ayudas, las campañas 'X Soria' y 'Tiendas vivas', los sorteos el 'cheque bebé'... son fundamentales para estos establecimientos. «El 'cheque bebé' premia la natalidad pero se colabora indirectamente en el comercio soriano porque solo se pueden gasta en Soria. Ahí hay una cantidad muy importante durante dos años», apunta. Saturnino de Gregorio realiza un repaso a todas las líneas (comercio, farmacias y multiservicio), que considera fundamentales, «para los mayores es algo necesario». «Si queremos que esa población no se nos vaya, facilitarles la vida en esos pequeños pueblos, tenemos que estar encima, evidentemente», sentencia el diputado. 

Incide en la primera línea de multiservicio de 2020, con Muriel Viejo, Gómara, Alcubilla de Avellaneda, Monteagudo de las Vicarías, Torlengua, Ciria, Peñalba de San Esteban y Tera. «Van funcionando y ahí están. Además, algunos han quedado muy bonitos», añade dando ánimos a los comerciantes que siguen al pie del cañón. Además, destaca la labor realizada en los ayuntamientos, los primeros interesados en matener los servicios como este.

ofrecen un servicio. Hay muchas situaciones y experiencias, unas más complicadas que otras, a lo largo y ancho de la provicia, claro está, pero nos centramos en los que hemos visitado en Tierras Altas para poder llegar a conclusiones. Villar del Río no tenía tienda de ultramarinos desde hacía 35 años y el Ayuntamiento se ha acogido ahora a estas ayudas «por dar un servicio más a los vecinos». El alcalde, Miguel Ángel López, quiere que «la tienda sea comarcal y pueda servir a los pueblos de alrededor». Han puesto el local, el arreglo y la maquinaria y en los primeros meses no se cobrará alquiler, que después será «mínimo». «Es una inversión necesaria, hace más el dinero invertido en una tienda que en el banco», comenta. «Hay que entenderlo como un servicio, no como un negocio, que ojalá llegue a serlo, claro», manifiesta. 

«Estamos sembrando y para que el desarrollo sea de una tienda comarcal lleva unos meses, mientras se vaya asentando y la clientela vaya cogiendo confianza...», explica el alcalde de una localidad que continúa su lucha por la reapertura de la farmacia, un servicio que consideran esencial. Se está llegando a acuerdos entre la tienda y los vendedores ambulantes, con la idea de que sirvan al nuevo establecimiento. 

En Villar del Río también conversamos con Luis Blanco Martínez, hijo del pueblo regresado de Calahorra (La Rioja) y que lleva el bar de la localidad que asegura «es rentable» porque «se suele alternar mucho». De la familia de los aceiteros, ya que sus abuelos llevaron allí una tienda y repartían este producto por los pueblos, se hizo cargo del establecimiento en octubre de 2018, con un contrato de seis años revisable cada dos. Su idea es continuar porque «da para vivir», más que por estar la localidad en la Ruta de las Icnitas, por la cantidad de gente que se reúne en puentes, fiestas y verano y que se juntan en el bar.

Desde el Ayuntamiento de Yanguas se apoya a la única tienda que funciona en la localidad, con 160 euros mensuales. «Siempre hemos estado de acuerdo en que hay que apoyar y subvencionar cualquier motor económico en cualquier pueblo de estas características, de la España Vaciada», argumentan. Además, consideran que se debe ser «crítico» con «las subvenciones mal repartidas y gestionadas,  vengan de donde vengan», animando a estudiar más a fondo la situación real de los emprendedores del comercio. Por ello, sugieren que el apoyo sea mayor para este tipo de comercios de los pueblos y que, además, se apoye a los que les está costando mantenerlos, sobre todo en temporada de invierno. Reclaman solución a la falta de cobertura, que es fundamental para muchos negocios del medio rural, y en la última convocatoria de ayudas «los pueblos de Tierras Altas han quedado excluidos. No sabemos cuál es el criterio a seguir por las instituciones o por las empresas privadas que van a dotar de servicios».

un tema urgente. Adolfo Sainz, presidente de Conferco y de FECSoria, es tajante: «El comercio rural tendría que estar subvencionado porque desarrolla una labor esencial en pueblos pequeños, como centro social y de reunión». Si la gente mayor no tuviera estas tiendas, tendría que trasladarse todos los días a otro pueblo. Habla de la falta de rentabilidad por la falta de clientela, que solo aumenta en verano, fines de semana y puentes. «La verdad es que pocas tiendas de Soria pueden hablar de rentabilidad, con sobrevivir... Es lo comido por lo servido», insiste reconciendo el paso que ha dado la Diputación de Soria apoyando a los comercios y las ayudas Covid. Las asociaciones también han hecho presión, valorando la importancia del sector, con 5.000 trabajadores y el 12% del PIB. «El comercio da vida a un pueblo y crea riqueza», concluye.

Sonia Iglesias, de la Asociación de Comercios de Almazán (Asocal), es pesimista respecto al futuro del comercio rural. «Más que ayudas, lo que necesitamos es que se compre, que la gente de conciencia de que si no se compra se cierran y los pueblos se van apagando y van teniendo cada vez menos servicios», apunta incidiendo en «conciencia social». Habla de la experiencia en la villa el pasado fin de semana con el Mercado de Navidad en el palacio, «se ha notado porque muchas personas vieron las propuestas y esta semana han acudido a las tiendas». «Lo que no se puede es quedarse parado en la tienda esperando a que vayan a comprar, hay que actualizarse», añade la comerciante apuntando que el 'cheque bebé' se nota más en las tiendas de muebles y decoración. Vuelve al tono pesimista aseverando que «no hay habitantes para mantener el comercio» y clamando por la concienciación social. Sin duda, el tema daría para mucho y hay tantas experiencias como establecimientos en la provincia.