Seis de cada diez residencias de Soria, víctimas del Covid

Nuria Zaragoza
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El doble de la media regional. «Los centros ubicados en Segovia y Soria, y los de más de cien plazas, son los que tenían mayor probabilidad de ser contagiados» en la primera ola, advierte el informe encargado por la Consejería

Seis de cada diez residencias de Soria, víctimas del Covid - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez. Eugenio Gutiérrez

Las residencias de ancianos se han convertido en diana para el SARS-CoV-2 y Soria se ha llevado la peor parte. Durante la primera ola aquí hubo más centros contagiados, más residentes afectados y más mortalidad vinculada al virus. Y, en esta segunda ola, los centros se han blindado pero, a pesar de todo, el coronavirus ha logrado colarse de lleno en las residencias de Torralba del Moral (que llegó a sumar 54 positivos entre residentes y trabajadores, con cinco fallecimientos) y Valdeavellano de Tera (con 34 positivos en el ámbito sociosanitario, 30 residentes y cuatro trabajadores). También en la residencia Santa Cristina de El Burgo de Osma, si bien allí la buena zonificación del centro ha conseguido que no se extienda y, según el último informe de la Junta, hay 19 positivos una vez realizadas las pruebas PCR a los 105 residentes y 40 trabajadores (14 residentes, tres trabajadores y dos familiares). 

A estas alturas ya nadie ignora que el hecho de que este tipo de centros concentren a personas con altos niveles de comorbilidad y dependencia les ha hecho especialmente vulnerables, pues el impacto por grupos de edad evidencia que el virus ha tenido mayor efecto sobre las personas mayores de 70 años. No obstante, la realidad ha demostrado también que hay importantes diferencias según la gestión aplicada y cómo se ha afrontado la situación.

España ha sido uno de los países que peores resultados ha obtenido en la gestión de la primera ola [los resultados de la segunda es complicado cuantificarlos porque aún se está en ella] y, dentro del país, Castilla y León es la sexta comunidad con peores resultados de mortalidad en residencias geriátricas. Y, en este contexto, los centros sorianos sufrieron especialmente el mordisco del virus durante el pico de la pandemia y, ahora, mantienen medidas extraordinarias tratando de actuar como barrera al virus. 

Los datos están en plena actualización. A pesar de ello, hay algunas conclusiones de los primeros meses de la pandemia que pueden resultar clave para actuar en el futuro. Precisamente por ello, la Junta realizó el informe ‘El impacto del COVID-19 en las residencias de personas mayores de Castilla y León y Medidas adoptadas’, un estudio encargado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades que analizó los datos entre el 14 de marzo y septiembre y que presentó la propia consejera en Cortes. 

mayores y discapacidad, el 52% covid. Esta auditoría pone de manifiesto que «a 30 de junio el 78% de los centros residenciales de personas mayores y personas con discapacidad de la comunidad (1.214 en total) no tenía casos COVID-19 ni había tenido fallecidos con COVID-19 o con sintomatología compatible». Sin embargo, en Soria, este porcentaje era del 48%, es decir, más de la mitad de los centros los de geriátricos y de discapacitados de la provincia ya se vieron sorprendidos por el virus hasta septiembre. En el caso exclusivo de los centros residenciales de personas mayores (700 de los 1.214), uno de cada tres en la comunidad tuvo contagios (252), con niveles de morbilidad muy distintos y con diferencias notables entre provincias. Dicho de otro modo, el 64% de los centros residenciales de personas mayores estuvieron libres de contagios en la primera ola, centros en los que reside el 51% del total de usuarios de este servicio. En Soria, sin embargo, el porcentaje es a la inversa:solo el 31% de las residencias de mayores lograron escapar del contagio durante el pico de la pandemia y los meses posterior. En estos centros libres de COVID viven el 28% de residentes. Estos datos, no obstante, hay que tomarlos ahora con cierta cautela, ya que llegan hasta septiembre. 

El informe encargado por Familia advierte de que la morbilidad vinculada a la COVID-19 en las residencias [cantidad de personas que enferman en un lugar y un período de tiempo determinados en relación con el total de la población] hasta septiembre fue del 18% (8.088 contagiados) en Castilla y León sobre el total de residentes (42.859), estando «la probabilidad de contagio de los centros» en «relación directa, principalmente, con la provincia en la que se ubica y el tamaño del centro», y no tanto en la titularidad de los centros. Esto explica que «los centros ubicados en Segovia y Soria, y los de más de 100 plazas, son los que tenían mayor probabilidad de ser contagiados», asume el estudio, que afirma que «las diferencias entre provincias son muy notables, desde el 8-9% de Palencia y Zamora, hasta el 34-38% de Soria y el 37-44% de Segovia; es decir, una distancia de más de 30 puntos porcentuales entre los extremos». 

El estudio apunta también a las conexiones interprovinciales y recoge:«Las tres provincias con mayor proporción de centros con contagios son Segovia (78%), Soria (69%) y Ávila (49%), lo cual está en directa relación con la cercanía a Madrid. Se libran centros rurales, en su mayoría pequeños y dispersos. Los más afectados son los de las capitales y su entorno». 

en soria, menos letalidad.  El estudio concluye que la letalidad de la COVID-19 en Castilla y León asciende al 18,2% si sólo computamos los casos confirmados y al 27,9% si añadimos los que tenían sintomatología compatible. En Soria, estos porcentajes se rebajan al 13,9 y 22,9%. «Segovia tiene la mayor morbilidad, seguida por Soria, pero la mortalidad de la primera es significativamente más alta que en la segunda. Esto se debe a que, en los centros con contagios de Segovia, sus residentes tenían un grado de dependencia muy superior a los de Soria: los de grado 2 y 3 suman el 61,7% en la primera, frente al 51,6% de la segunda», justifica el informe. Otra dato relevante que arroja el estudio es que el 71% de los fallecidos de residencias de Castilla y León lo hicieron en el propio centro residencial en el que residían, mientras que un 29% de ellos falleció en hospitales.