Carlos Lafuente

Carlos Lafuente

Trabajador de la Función Pública


Corriendo a vacunarse

11/04/2021

Es difícil extraer alguna cosa buena de la pandemia en la que estamos inmersos. No obstante en todos los asuntos de la vida es bueno buscar alguna enseñanza positiva. Viene esto a cuento porque si examinamos la ansiedad que nos produce la falta de vacunas para convertirnos en rebaño (o más bien la ralentización en la administración de las dosis) tal vez podamos entender la desesperación que sufren en el llamado tercer mundo. Pero no solo ante la falta de vacunas para inmunizar ante el COVID. En esas partes del mundo olvidadas del mundo civilizado no tienen vacunas casi para nada. Y desde aquí, y  a pesar de los esfuerzos de algunas ONGs no visualizamos el problema. Ahora se me hace fácil pensar la cantidad de muertes que se evitarían distribuyendo todas esas dosis contra el sarampión, la difteria o la polio por ejemplo. Se nos debería caer la cara de vergüenza al pensar que hay unos trece millones de niños que no van a  recibir de manera inmediata estas vacunas (de la actual contra el Covid ni hablamos). La Alianza Global para la Vacunación y la Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés) es una asociación público-privada que realiza grandes compras para reducir los costes a los países pobres y está continuamente haciendo llamamientos a la población de los países ricos para que este problema se visualice, pero nuestros corazones son duros como el pedernal.
Me da vergüenza que mientras todos esos millones de niños van a pasar su vida (a veces muy corta) sin inmunizarse ante enfermedades en las que aquí ya ni pensamos nosotros aquí nos quejemos porque no nos guste el ritmo de vacunación que las farmacéuticas imponen. Espero que entre las consecuencias del Covid  no se de el resurgimiento de otras enfermedades que estaban ya ‘casi’ erradicadas. Aunque creo que soy demasiado optimista. Mal les van a dar vacunas si  les negamos el agua.