Laura Álvaro

Cariátide

Laura Álvaro

Profesora


Cuentacuentos por la paz y la igualdad

04/02/2023

Uno de los recuerdos de mi etapa como estudiante de secundaria (en el IES Castilla) que con más cariño atesoro, vino de la mano de mi profesor de ética, Pedro Martínez (al que, espero, le llegue de una manera u otra este pequeño homenaje que con afecto le brinda una antigua alumna). Dicha memoria hace referencia al último examen que íbamos a tener en su asignatura, ya para finalizar el curso académico. Cuando nos entregó la prueba de evaluación nos preguntó si a alguien le sonaba el documento. Alumnos y alumnas nos mirábamos con cara de extrañeza, sin saber exactamente a qué se refería. Entonces, nos dio la clave: «Este examen lleva una semana colgado en el tablón de anuncios de la entrada principal del instituto. Espero que a partir de ahora comencéis a prestar más atención a vuestro alrededor». Y así ha sido, al menos en mi caso, no hay información dada a conocer a través de la exposición pública que se me escape. Y por ello, querido profesor, te doy unas gracias infinitas, gracias por transmitirme, además de férreos conocimientos, unos sólidos valores. 
¿Por qué os narro esto? Porque esta semana se han publicado ciertas declaraciones contra una actividad que recorre los centros educativos de la provincia por, precisamente, transmitir valores, considerando que estos deben de ser forjados en el ámbito familiar, y no traspasar la barrera de las escuelas. En concreto, la crítica se ha dirigido hacia el cuentacuentos que UGT lleva promoviendo desde hace varios años, con Nieves a la cabeza, y acompañada por otras compañeras del sindicato, siendo Miriam la última incorporación. El espectáculo se basa en una serie de narraciones infantiles, que responden a la educación en valores que marca el currículo de Castilla y León, y que promueven, precisamente, ideas como la igualdad, la tolerancia y la paz.
Es curioso además que en las declaraciones emitidas en contra de esta actividad educativa se pone en tela de juicio también el hecho de que los sindicatos «acudan a los centros educativos». No nos olvidemos que el ser humano es socializado a través de varios agentes. Y, aunque la familia y la son escuela los principales, también el entorno que nos rodea cumple una potente función socializadora. Y, como tal, es lícito -e incluso aconsejable- que la escuela le abra de par en par las puertas al mundo, y este mundo deje su huella nuestro estudiantado.
Por último, una vez más, vuelve a salir a colación la idea del pin parental. Y yo aquí me vuelvo a plantear porqué el cuerpo docente parece -para algunos- el último mono, una profesión sobre cuya práctica se puede opinar alegremente. Porque, ¿no es el pin parental sino una nueva herramienta para decidir sobre lo que se aprende o no en los colegios? Tanto en mi entorno laboral cercano (el centro educativo en el que trabajo) como entre mis contactos dedicados a la noble labor de la enseñanza, cuento con maravillosos profesionales que no toman decisiones a la ligera, sino que valora adecuadamente qué contenidos trasmitir y cuales no son adecuados. Por favor, una vez más dejemos a los maestros y maestras decidir sobre su práctica. 
Queridas compañeras de UGT, finalizo este texto manifestando mi total y absoluto apoyo a vuestra labor. Ojalá nunca dejéis de visitarnos en los colegios. Ojalá nunca dejéis de contarnos cuentos.