Aunque asegura que no le obsesiona, Luis Carrión quiere de una vez por todas terminar con la sequía de victorias del Numancia a domicilio. El Toralín (sábado, 16.00 horas) se antoja como un buen escenario para conseguirlo, aunque a los bercianos les pasa lo mismo y hasta ahora fían su mejor rendimiento a los partidos de casa. Igualados en la clasificación, quien gane mañana puede instalarse en la zona media-alta; ahora mismos ambas escuadras están empatadas. Las bajas más destacadas del Numancia son las del lesionado Héctor Hernández, además de Alain y Guillermo, en este caso por decisión técnica. El equipo soriano, que vio cómo la derrota ante el Zaragoza cortaba una racha de ocho partidos sin perder, quiere recuperar el buen tono en cuanto a su rendimiento, ya que la sensación de esfuerzo y entrega sigue intacto. En Ponferrada se encontrará con ilustres ex rojillos, empezando por Bolo y Julio Álvarez en el banquillo y continuando con los hermanos Valcarce en la plantilla sin olvidar a Pablo Larrea.