Macron busca fuerza en Francia para influir en Bruselas

Luis Miguel Pascual (Efe)
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El presidente francés quiere que su mensaje europeísta le relance en las elecciones al Parlamento de la UE y sirva como freno ante el empuje de las fuerzas de extrema derecha en el continente

Macron busca fuerza en Francia para influir en Bruselas - Foto: PHILIPPE WOJAZER

Después de hacer de su compromiso europeo una marca de fábrica, el presidente francés, Emmanuel Macron, busca un buen resultado en las urnas el próximo domingo que le sirva de trampolín para poder defender en Bruselas su proyecto comunitario.

El más joven presidente de la República gala es también el primero que conquistó el poder con un claro mensaje europeísta, que quedó patente cuando en la noche de su victoria sonó el Himno de la Alegría que también es el de Europa.

Frente a antecesores más timoratos en su apuesta comunitaria, Macron no reniega nunca de su compromiso con Europa, que sitúa en el centro de sus decisiones.

Mientras que sus opositores, sobre todo la ultraderechista Marine Le Pen, que está a la par de Macron en las encuestas, se obstinan en convertir las europeas en una oportunidad para castigar la política del presidente, los estrategas del Elíseo maniobran para convertirlo en un respaldo a su ambición europea.

Un consejero diplomático del presidente confesaba hace unos días ante la prensa que Macron necesita que su voz tenga peso en el Parlamento Europeo, lo que pasa por obtener un buen resultado en las urnas.

"Si no se tiene el apoyo en el Parlamento Europeo, la influencia francesa se ve perjudicada", aseguraba, convencido de que un grupo fuerte abanderado por el partido de Macron abrirá "una nueva fase en el paisaje político europeo" que "generará un efecto de difusión".

Macron se ha asociado con los liberales liderados por el exprimer ministro belga Guy Verhofstadt, junto a los cuales aspira a un grupo de un centenar de eurodiputados que le convierta en la decisiva bisagra entre conservadores y socialdemócratas.

Con una veintena de escaños, el partido del presidente francés se convertiría en el principal de ese grupo refundado, en el que entrarían, entre otros, Ciudadanos en España o el partido del primer ministro holandés, Mark Rutte.

Desde esa situación, según confiesa el portavoz de la campaña europea del partido de Macron, Pieyre-Alexandre Anglade, podrán hacer avanzar sus proyectos mediante pactos con unos u otros según convenga.

Supondría el desembarco del macronismo en el paisaje político europeo tras haber puesto patas arriba hace dos años el francés.

Todo ello, en un momento clave en el que todos los países moverán sus peones para situarlos en las mejores condiciones frente al nombramiento de la nueva Comisión Europea, del futuro responsable de la política exterior, del presidente del Consejo Europeo, y del sustituto de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo (BCE).

En esa batalla, Francia tendría más peso para avanzar sus peones si cuenta con un mayor respaldo nacional, sobre todo tras haberse opuesto a la fórmula del candidato principal, la designación de cabezas de lista de los partidos como candidatos a la presidencia del Ejecutivo comunitario.

Para conseguirlo, Macron apuesta por la misma receta que le aupó al poder en Francia, la de presentarse como el dique contra el avance de la extrema derecha de Le Pen, extendida ahora a Matteo Salvini o Viktor Orban.

Revancha en las urnas

Un combate que se anuncia ajustado en el terreno interno, donde Le Pen, que ya ganó las europeas hace cinco años, ha vuelto a encarnar el descontento, lo que le coloca, codo con codo, junto al partido de Macron en las encuestas, con algo más de un quinto de los apoyos cada uno.

Frente a una abstención, que se anuncia particularmente alta en Francia, y un debate de baja intensidad, el macronismo trata de pescar en aguas de la izquierda y de la derecha.

Para seducir al electorado más izquierdista se asientan en un mensaje ecologista, defendido por figuras como el número dos de la candidatura, Pascal Canfin, exlíder de Los Verdes, o Daniel Cohn-Bendit, que sin ser candidato multiplica los mítines en favor del partido.

Más margen de recuperación de votos tiene por la derecha, donde los conservadores tradicionales cuentan con más de un 12 por ciento de intención de voto.

Para atraer a ese electorado, el partido de Macron ha recibido el apoyo de históricas figuras de ese bando, como los ex primeros ministros Jean-Pierre Raffarin o Alain Juppé.