El talento precoz de Paula Hoyuelos

S. Recio
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A sus 17 años, la soriana acumula ya seis partidos en la máxima categoría del baloncesto español y ha debutado en Europa con el Ensino Lugo

El talento precoz de Paula Hoyuelos - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Unas pocas palabras resumen las razones del éxito precoz de Paula Hoyuelos en el baloncesto español. «Cuando estás en la cancha te olvidas de todos tus miedos, simplemente haces para lo que te has preparado desde siempre, al final es trabajo y todo acaba saliendo de forma natural». Esta es la mentalidad de la jugadora del Ensino Lugo de Liga Femenina Endesa. El matiz a resaltar es que tan solo tiene 17 años.

La soriana debutaba en 2020 en la máxima categoría del baloncesto español, entonces tenía 16 años. Una temporada después comienza a ser una habitual de los entrenamientos del primer equipo. Sus números son ya de seis partidos de liga con bastantes más minutos de los esperados y un espectacular debut en la Eurocup. Ante el Kangoeroes de Bélgica disputó más de 20 minutos en los que anotaba ocho puntos. «Era una sensación completamente diferente», recuerda la joven. Estaba en una competición internacional y «la atmósfera era distinta». Era consciente de la realidad. «Muy pocas jugadoras han debutado con mi edad», puntualiza. «Es algo apasionante, pero sigo teniendo las cosas claras», toda una dosis de realidad. 

Tras un cambio de entrenador, ahora Paula Hoyuelos goza de menos oportunidades con el primer equipo, pero no le importa. Con la cabeza puesta en entrar en la carrera de Medicina en su último año de Bachillerato, asume que así es el deporte de primer nivel. Su filosofía de trabajo y constancia, a lo que se suma una cabeza muy bien amueblada, lleva a pensar que sus límites están muy lejos de tocar techo.

Exigencia. De nuevo se puede sintetizar en una cita de Paula Hoyuelos, como vive el baloncesto a nivel profesional. «Para estar con las mejores no puedes permitirte perder la concentración ni un segundo ni dejar de dar el máximo, esto es muy exigente y se necesita una gran constancia». Palabras que salen de una deportista que comenzó en el baloncesto siguiendo el deporte de sus padres y que debía viajar hasta Lugo en 2019 para cumplir su sueño.

Desde el principio llamó la atención de sus entrenadores, aunque lo que más puede destacar en una disciplina de altura como esta, es su 1,63. «Sé que soy bajita», reconoce Hoyuelos, pero de la falta de centímetros ha potenciado sus virtudes. «Me centro en la rapidez», relata, «soy muy intensa e intento estar en todas partes, de esa forma esa diferencia no resta». La seguridad que muestra en sí misma es incontestable.

Además de la diferencia física, no deja de ser una niña entre profesionales. «Se nota muchísimo que ellas llevan años trabajando su cuerpo, entrenando al máximo», analiza. «La experiencia también pesa, pero lo cierto es que cuando empiezo a jugar todo eso se olvida», cuenta con naturalidad. «Nunca pienso en cagarla», habla en plata. El entrenador le transmite además toda su confianza en cada entrenamiento. «Me pide que haga lo que sé y nunca me planteo qué tengo en frente, las rivales no me imponen», sentencia.

Tras un intenso inicio de temporada en el que era habitual con el primer equipo, la marcha de su anterior entrenador, Miguel Ángel Ortega, ha provocado que cuente con menos oportunidades. «Hay que matizar que las numerosas bajas que tuvimos por covid hicieron que las circunstancias cambiaran y tuviera más opciones», aclara la soriana. Mientras tanto, no ha dejado de compaginar el deporte con otras muchas obligaciones en su vida. Un cerebro privilegiado con el que tiene estructurado prácticamente cada minuto de cada jornada.

Día a Día. Una tercera frase de Paula Hoyuelos define su visión de la vida. «Desde pequeña he sido muy constante, mis padres siempre fueron muy estrictos con la organización y mi prioridad son los estudios». Con esa premisa, cada mañana suena el despertador y comienza un intenso día en el que compagina su último año de Bachillerato, sus estudios en el conservatorio y dos entrenamientos.

Suele ser habitual ver llegar a la joven al entrenamiento con el junior o con el equipo de nacional con los apuntes de la mano, leyendo. «Aprovecho todos los ratos libres e intento no tener distracciones», relata la soriana. Su objetivo de cursar Medicina le limita su tiempo de ocio. «Sé que todo ese sacrificio tendrá su recompensa en el futuro».

De una obligación ha hecho un ritual. «Estudiar antes de los partidos me ayuda a concentrarme», sorprendente. Con esa fuerza mental nunca le ha importado vivir los altibajos del deporte. Ahora se concentra en su equipo junior. «Este siempre ha sido mi equipo, nunca he visto al otro como tal», reconoce. En esa plantilla es la líder. «Tampoco es que sea una anotadora», matiza. «Mi papel es el de dirigir al equipo, hacer que jueguen, asumir esa responsabilidad», puntualiza. Esos galones le han servido después con el absoluto. «Todas esas cosas me ayudan después a manejar la presión, pero sin olvidar que una jugadora lo hace igual al margen de con quién juegue», define la soriana. 

Por si le diese tiempo a aburrirse, también estudia en el conservatorio de música. «También», reconoce con una sonrisa. Toca la flauta travesera. Por último debe dar un paso más para la EBAU. «Aprender gallego para pasar las pruebas de acceso a la universidad». Y con eso termina su día.

Es Paula Hoyuelos todo un ejemplo de madurez, dedicación y esfuerzo.  A sus 17 años se quiere comer el mundo mientras todo él gira alrededor del baloncesto. «Al final es mi sueño, quiero llegar a lo más alto», avisa. Todo hace indicar que para conseguirlo solo tiene que seguir haciendo, lo que siempre ha hecho, trabajar y trabajar.