Forjado en plena tierras de Pinares soriana, Alejandro Herrero lleva subido a una bicicleta desde que tiene memoria. A pesar de su juventud y de contar con 15 años, el de Covaleda se puede calificar como un ciclista con un potencial enorme, aunque con mucho por pulir. «La temporada está yendo bien», se atreve a relatar con mucha timidez, una actitud que cambia cuando compite.

Encima de las dos ruedas es arrollador, y al margen de resultados, se puede justificar porque ocupa los primeros puestos de categoría cadete en la Copa de España de montaña, es líder regional en la de carretera y ha competido en su primer nacional de ciclocross. «Me gustan las tres especialidades, no tengo claro por cuál decidirme», reconoce. Tendrá que hacerlo más adelante, por ahora, y como dice su madre, «solo tiene que disfrutar». Lo hace en Covaleda, donde cuenta con kilómetros de sobra para desarrollar todas sus facetas.

Aprendizaje. Llegado del mundo del triatlón, la falta de motivación a la hora de nadar y correr le dejó con la alternativa del ciclismo. «La bicicleta es lo que más me gusta, entreno todos los días», comenta Alejandro Herrero. Divide su preparación en rutinas de carretera y montaña. «Ruedo dos días en línea buscando acumular kilómetros», analiza el ciclista.

En la montaña es libre. «Es la especialidad que hago con más ganas», asume el ciclista. «Soy muy bueno en descensos y manejo bien la técnica», afirma con convicción. «Aunque en el equipo me preparan muy bien para carretera, intento compaginar todo», narra. Pertenece al Norimver de Valladolid. 

Su objetivo para esta temporada es ahora ser el mejor de Castilla y León en carretera e intentar abordar el pódium de la Copa de España de Montaña. «Hay fines de semana que deberé correr dos pruebas», advierte. Ambición no le falta, piernas tampoco y ahora solo queda refrendar sus sensaciones con grandes resultados.