Acompañar en la soledad

S.Ledesma
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Cruz Roja Soria apoya a más de 420 personas mayores en esa situación no deseada, la nueva «epidemia silenciosa»

Acompañar en la soledad - Foto: E.G.M

Los hijos me dicen que me he espabilado mucho porque me vieron muy bajo después de que tuviéramos que ingresar a mi mujer en una residencia por alzhéimer. Voy a verla a diario y me disgusta cuando me tengo que ir [se emociona]. Ahora todas la actividades me van bien: cocina, yoga, nuevas tecnologías... Además, se hace amistad, porque todos somos amigos, aprendes cosas y, a veces, hasta nos tomamos un vinito cuando se puede. Ribera del Duero, claro. Hay que hacer patria [bromea]». 

Ángel estaba pasando por un duelo cuando, instado por sus hijos, acudió a Cruz Roja Soria en busca de ayuda. La encontró en los talleres y actividades de envejecimiento activo, que se organizan «siempre en grupos reducidos para favorecer las relaciones personales» y conforman «un aliciente» para que estas personas «salgan de casa, vayan tejiendo amistades y afianzando su red social», según explica la trabajadora social y responsable del programa de mayores, Marianela Sánchez. 

Ángel es una de las más de 420 personas mayores de la provincia de Soria que atendió el año pasado la organización humanitaria a través del proyecto Promoción de la red social y del envejecimiento saludable, que cuenta con financiación de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla yLeón con cargo a la asignación tributaria del IRPF. Gracias al esfuerzo del personal y de los voluntarios de Cruz Roja Soria, Ángel «ha hecho un trabajo personal importantísimo», aunque su duelo se trasluzca en sus palabras al contar su historia. Tanto es así que ha «retomado actividades que había dejado». Por eso recomienda «a todo el mundo» participar en los diversos talleres que la organización tiene en sus asambleas provinciales en Ágreda, Almazán, El Burgo de Osma, San Esteban de Gormaz y Soria capital. 

La autonomía es una de las cuestiones importantes que se buscan y, en el caso de Ángel, es un logro:«Se mantiene en su domicilio y es independiente». Porque hasta ha aprendido una nueva habilidad que no tenía antes: la cocina. «Me atrevo con los escabeches, con postres y hago el cardo con piñones que hacía mi mujer», cuenta. 

reducir el aislamiento. El apoyo del programa de Cruz Roja se centra en«reducir el aislamiento y el sentimiento de soledad para mejorar la calidad de vida» de las personas mayores, «uno de los colectivos más vulnerables y afectados por la epidemia silenciosa de la soledad», denominada así porque se vive en la intimidad del hogar. 

Es una de las paradojas de estos tiempos: sentir soledad cuando se está rodeado de gente y en un momento en el que existen más herramientas que nunca para comunicarse con los demás. Este sentimiento no deseado afecta a la calidad de vida de las personas. Y, como explican desde Cruz Roja, no es algo exclusivo de los mayores, pues también se da entre franjas de edad más bajas, incluidos los jóvenes, «entre los que hay un sentimiento de soledad muy grande». Se hace hincapié en la ayuda en la horquilla de los 55 a los 75 años, cuando se está «en proceso de envejecimiento». «En ese grupo hemos trabajado mucho la gestión emocional», aclara Sánchez.

tejer una red social. Cada vez hay más hogares unipersonales. En el caso de los mayores suele deberse a la pérdida del cónyuge y a que las mejoras en las condiciones de vida promueven una mayor autonomía para permanecer solo en casa. La ausencia de relaciones impide tejer una red social dentro de unas circunstancias en las que la soledad no es precisamente una elección. «La soledad es muy especial. Puedes tener hijos o familia y sentirte solo», indica la trabajadora social. Por eso, matiza, «el voluntariado es muy importante, además de la solidaridad entre ellos, también en el medio rural».

Con el apoyo de 55 personas voluntarias, Cruz Roja realiza visitas a domicilio en toda la provincia «para acompañar, escuchar y detectar las necesidades de quienes viven solos o se sienten en soledad». Y, cuando los usuarios lo necesitan, realiza traslados y acompañamientos a gestiones. Asimismo, se hace acompañamiento telefónico a través del centro de contacto a un centenar de personas «que demandaban un seguimiento más continuado dado su sentimiento de soledad». 

Yolanda es una de las voluntarias de la prestación de acompañamiento telefónico del programa de mayores. Empezó «hace unos meses» tras cesar en su actividad laboral y, a través de sus hijos, recaló en Cruz Roja para ayudar «donde hiciera falta, no tenía predilección». Asegura estar «encantada» de proporcionar, como explica Marianela Sánchez, «apoyo emocional» a los usuarios, pues «tiene una escucha activa muy buena y empatiza muy bien». El proceso de comprobar cómo se encuentran empieza siempre, insiste Yolanda, «desde el respeto, porque tú sabes con quién hablas y sabes sus circunstancias [por la ficha], pero ellos no me conocen y es como si entraras en su casa». 

Una de las llamadas que más le «impactó» fue a un señor, quien «tras un silencio se me puso a llorar porque no había superado el duelo por su mujer fallecida dos años antes». No todo es soledad y tristeza, también hay usuarios «super cascabeleros que, a pesar de que tienen unas circunstancias familiares dramáticas su actitud es una pasada; yo, por menos no tendría ganas ni de descolgar el teléfono. Son lecciones de vida». 

Todos los usuarios «son siempre muy agradecidos». «Muchos tienen casi 90 años y han pasado por tantas crisis que es admirable porque son proactivos. Solamente pienso: 'Ojalá sus nietos les escuchen'». 

La prevención es un factor de actuación primordial para la organización humanitaria, que dispone de otros servicios para atender casos de soledad. La teleasistencia, que funciona todos los días 24 horas, y el programa Cruz Roja Te Acompaña (teléfono gratuito 900 444 111). Ayudas para poner remedio a esta nueva epidemia silenciosa.