Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Ricos y pobres

07/10/2022

El pasado mes de mayo ya dio muestras de una determinación que su físico y modales aparentes se habían empeñado en ocultar. Fue cuando se negó a posar en una foto con empresarios porque era la única mujer del grupo. Pero ha sido este miércoles cuando la vicepresidenta Calviño se ganó el aplauso de los suyos y el reconocimiento social al dejar noqueado al portavoz de Vox, Espinosa de los Monteros, en un cruce de palabras que a decir de los expertos pasarán a la historia. Y todo porque respondió a la demagogia, y a la exageración marca de la casa de la extrema derecha, con el sentido común que otorga el conocimiento de la verdad. Calviño lamentó que su interlocutor no conozca a "ningún español real". Le parecía imposible que no tuviera conocimiento de alguna persona beneficiada por la sanidad pública, socorrida por el colchón de los ertes en la devastación de la pandemia o beneficiada por las últimas medidas sociales, las becas juveniles o las ayudas al transporte.

La sobreactuación de Espinosa de los Monteros, incluido el insulto dirigido a Podemos, seguramente tenía como objetivo superar la incómoda posición de nimiedad en la que le está dejando Feijóo, en esto más hábil que Casado. La guerra de los impuestos es materia de alta tensión política y hay que reconocer que se ha polarizado en torno a dos posiciones. PSOE y PP disponen de instrumentos de poder, en las comunidades autónomas o desde el Gobierno, así que el enfrentamiento llega a los hechos y supera a las palabras. Esta circunstancia, y la crisis económica con la que nos acongojan, ha reavivado el eterno debate ricos-pobres y su clasificación social. El PP de Madrid mejora la situación fiscal de las grandes fortunas, el PSOE anuncia medidas para favorecer a las rentas por debajo de los 21.000 euros y Feijóo reclama mejoras para las clases madias, en su opinión quienes ganan entre 20.000 y 40.000 euros. En Castilla y León los ingresos medios se sitúan en torno a los 17.000 euros netos. Sin embargo la mitad de la población se autoincluye en la clase media. A nadie se le obliga a no mentir en las encuestas. No parece inteligente, sin embargo, mentirse a sí mismo.