Javier Bonilla se asienta en el Nàstic

S. Recio
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El jugador soriano brilla esta temporada en su debut en la recién creada 1ª RFEF

Javier Bonilla se asienta en el Nàstic - Foto: @jBorrachero

Mientras el Numancia vive un momento complicado con la duda de si logrará el ascenso a 1ª RFEF, en esa misma categoría un soriano que salía de su cantera busca el sueño de subir a Segunda División a 390 kilómetros de Soria. Javier Bonilla vive su tercera temporada en el Nàstic de Tarragona. Un año que empezó con una dura lesión, pero que va evolucionando a su temporada más goleadora y de mejor rendimiento. 

A pesar de que su posición en el campo es el lateral izquierdo, lleva esta temporada siete tantos y tres asistencias. «A nivel individual estoy satisfecho porque estoy jugando y metiendo goles», asegura el jugador de 31 años. A nivel colectivo el equipo busca estar entre los cinco mejores de su grupo. «Queremos luchar por el ascenso y ahora estamos en una muy buena racha», advierte.

El agredeño está completamente integrado en el club catalán. Allí ha encontrado una estabilidad que había perdido tras salir en el año 2015 y pasar por hasta seis equipos hasta el 2019. «Aquí estoy como en casa», afirma ahora tras un duro trayecto buscándose la vida en el mundo del fútbol.

lEjos de Soria. Javier Bonilla llegaba a la cantera del Numancia en el año 2008. Tres temporadas después subía al primer equipo y debutaba en fútbol profesional. En el año 2015, buscando minutos, se marchaba a Grecia. «Fiché por el Aiginiakos, un cambio muy rotundo en mi vida, pero de todo se aprende», asegura. A partir de ahí Leioa, Pontevedra, Mallorca e Ibiza. «Siempre me ha gustado más la estabilidad, pero por unas circunstancias u otras, no ha sido posible hasta ahora», reconoce.

Su llegada a Tarragona en 2019 lo cambió todo. «Firmé en su momento por dos años y tras una primera temporada muy dura, me he adaptado muy bien», comenta. Sus similitudes con el Numancia han ayudado. «Los dos clubes se parecen mucho, son muy familiares y me siento como en casa», una frase en la que se nota el cariño por el Nàstic y a su vez, la melancolía de ver de forma lejana al Numancia. Como buen rojillo, no ha perdido nunca de vista al club soriano. «Suelo ver casi todos los partidos y la verdad es que es una pena lo que ha ocurrido en los últimos años» lamenta. Cuenta con amigos como Lupu en el equipo y confía en que puedan ascender. «Yo creo que lo pueden conseguir y ojalá sea así», explica con deseo. 

Sin perder de vista al Nàstic, espera no ver al Numancia al año que viene. «Eso significaría que los dos hemos logrado el ascenso», comenta con una sonrisa. Un objetivo que este año adquiere para él más valor en una recién fundada 1ª RFEF de la que solo saca palabras positivas. 

Competición. Si hay una 'espinita' que todavía Javier Bonilla no se ha podido sacar, esa ha sido la de no jugar con el Mallorca en Segunda División. Tras conseguir el ascenso en la temporada 2017/2018, salía al año siguiente del club. «No fue la mejor manera, pero me quedo con los buenos recuerdos del ascenso», comenta.

Este año se fundaba la nueva categoría de 1ª RFEF y para un jugador habituado a la Segunda B, ha supuesto un salto de calidad. «Era necesaria», afirma. «Es como una Segunda División camuflada y ahora todos los domingos que vas a jugar a cualquier campo la sensación es muy buena», analiza. En su grupo hay equipos como el Albacete o filiales de conjuntos como el FC Barcelona o el Sevilla CF. «Son grandes partidos porque en Segunda B había 100 equipos y eso era una barbaridad», relata. «Esta criba ha sido dura para algunos clubes que ahora tienen que subir dos categorías, pero creo que era necesario», reconoce.

Esta subida de nivel ha venido acompañada de un momento de madurez deportiva para Javier Bonilla. «Me siento bien y es cierto que la experiencia ha hecho que afronte la competición desde una perspectiva diferente», comenta el jugador.

 Un buen momento que ahora espera acompañar con ese ansiado ascenso, con una nueva oportunidad para estar en el fútbol profesional que le recordaría a tiempos pasados en el Numancia. Su sueño es claro. «Jugar en Segunda División contra el Numancia», un deseo que espera cumplir si los dos equipos de su corazón consiguen sus objetivos.