Esta semana ha marcado un punto de inflexión en lo que a la 'gripalización' de la pandemia se refiere. Las autoridades sanitarias han decidido que desde este lunes se acabaron los test masivos, las cuarentenas, las estadísticas, las notificaciones... Habrá vigilancia epidemiológica pero solo para los casos graves y para las personas vulnerables. «Cambia la estrategia -que se aprobó la semana pasada- y ahora ya no se intenta contener la transmisión del virus sino que se intenta fundamentalmente proteger a las personas vulnerables», sintetiza el gerente de Asistencia Sanitaria de Soria, Enrique Delgado.
Ahora, la covid ya no se contabiliza caso a caso y los confirmados con diagnóstico leve y asintomático ni siquiera tienen que realizar aislamiento. Tampoco los contactos estrechos, independientemente de que estén o no vacunados, tienen que realizar cuarentena. Ahora, la vigilancia se centra en personas con factores de vulnerabilidad, es decir, inmunodeprimidos, personas mayores y embarazadas. También, en los ámbitos vulnerables, es decir, sanitarios y sociosanitarios. Y, sobre todo, en los casos graves, a los que sí se les hará test diagnóstico y seguimiento. «Ahora se van a publicar menos datos, se va a prestar menos importancia a los datos de las personas asintomáticas y se le va a prestar más importancia a los datos de las personas que ingresan o que tienen patologías graves. Al final iremos a un sistema de vigilancia epidemiológica parecido al de la gripe, que sin necesidad de seguir todos los casos nos permita saber la incidencia que estamos teniendo en cada momento», aventura el máximo responsable sanitario de Soria.
La covid se 'gripaliza' pero realmente no ha desaparecido ni tiene visos de hacerlo. De hecho, «la sexta ola no ha pasado aún e, incluso, está repuntando un poco», advierte Delgado, quien recuerda que está ocurriendo «aquí y también en otros países». Los datos de incidencia le dan la razón ya que, desde hace unos días, la tendencia vuelve a ser ascendente. Esta semana la tasa de incidencia acumulada a catorce días se situaba en 575 casos por 100.000 habitantes, 65 puntos por encima de hace una semana.
Está volviendo a repuntar «pero ahora el tratamiento es diferente». Hay cambio de estrategia porque se ha visto que «el comportamiento» del virus en esta sexta ola, la ola ómicron, ha cambiado. «En las personas vacunadas casi no produce ninguna sintomatología y las únicas personas que tienen problemas graves son personas no vacunadas y pacientes crónicos, generalmente muy mayores, que se descompensan cuando se vuelven a contagiar o a dar positivo. Es un comportamiento similar al de la gripe, pero quizá menos agresivo», añade Delgado.
«Estamos llegando a una situación en la que tendremos que convivir con el virus. Ya he perdido la esperanza de que vaya a desaparecer (porque este virus tiene una capacidad de mutación y adaptación tremenda) y, como se va a quedar, lo que hay que hacer es apelar a la responsabilidad individual y, sobre todo, intentar proteger a las personas que pueden tener riesgo si se contagian. E insistir en la vacuna», recalca. Y, en este sentido, repara en que es importante controlar la covid pero, también la gripe, porque este año ha bajado la vacunación de la gripe y«se está notando». En las últimas semanas han aumentado notablemente los casos de gripe -especialmente gripe A- y hay ya más pacientes ingresados en el hospital por gripe que por covid.