"Nos hemos sentido a veces utilizados [a nivel político]"

Nuria Zaragoza
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Han estado en la primera línea de batalla para combatir el virus. Lo han sufrido incluso en primera persona. Ahora, los médicos exigen protocolos y recursos para que, si regresa con fuerza, estemos preparados

"Nos hemos sentido a veces utilizados [a nivel político]" - Foto: Eugenio Gutierrez M

Han estado -y están- en la primera línea de ‘batalla’ para combatir el virus SARS-CoV-2 (inicialmente llamado 2019nCoV), que provoca la enfermedad denominada COVID-19. Sobre sus manos han estado los más de 4.000 afectados que han sido diagnosticados en la provincia. Pero el virus les ha atacado también a ellos directamente, a su salud, mermando las plantillas. Los médicos de Soria han vivido posiblemente la experiencia profesional más compleja de sus carreras. Desde el Colegio de Médicos de Soria, su vicepresidenta, Pilar Rupérez, analiza la situación vivida.    

El coronavirus ha situado a la sanidad de Soria en una circunstancia límite, al borde del colapso. Con la perspectiva de que el virus sigue pero el pico ya ha pasado, ¿qué creen que falló? ¿Cómo lo han vivido?

Creo que al principio no supimos ver o no creímos lo que estaba sucediendo en China. Pensábamos que esto no sucedería en Europa y, con lo cual, no estábamos preparados. No había test suficientes, no había materiales de protección...  y cada día había una información nueva y directrices cambiantes, con lo cual esa época se vivió con mucha incertidumbre, con miedo, sobre todo al principio de la pandemia. Era la primera vez que vivíamos una situación semejante. 

Desde el Colegio de Médicos de Soria, ¿advirtieron en algún momento que esto podía suceder?

Sí, a lo largo de este proceso se han mandado en varias ocasiones informes a los colegiados comunicando cómo estaba evolucionando y las directrices que hacía la Organización Médica Colegial, la Organización de Castilla y León y lo que decía la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Pero, antes de que estallara todo, ¿se advirtió? ¿Había algún profesional que alertaba ya de que esto se podía ir de las manos?

Yo creo que sí que empezaba a haber de alguna manera médicos o profesionales que apuntaban en este sentido, pero no había una notificación desde Sanidad. Ahora parece ser que empieza a saberse que había algunos documentos en febrero que apuntaban ya sobre la gravedad de este virus, el número de camas de UCIque se iban a necesitar y el alto porcentaje de contagio que tenía, pero realmente esta información no se nos dio a los profesionales y, por tanto, no fuimos conscientes de ello hasta que a primeros de marzo comenzó y explotó. 

Superado el pico, ¿en qué situación se encuentra la plantilla médica?

En la plantilla, como se ha sabido, hubo muchos afectados, algunos que tuvieron que hacer aislamiento y otros que tuvieron que tratarse. La mayoría de los afectados ya están recuperados y se han incorporado de nuevo al trabajo. 

Acabamos de pasar a fase 1, aunque a nivel epidemiológico todavía hay contagio. A nivel sanitario, ¿está Soria preparada para pasar a la fase 2?

Hay que ser optimistas y pensar que sí, que estaremos en condiciones de cumplir los requisitos sociosanitarios que están estipulados, pero aquí es muy importante también que la ciudadanía sigue concienciada de seguir las indicaciones y, con esto, disminuir el riesgo de un repunte. 

Es muy subjetivo pero, ¿qué ha sido lo más duro en este tiempo?

Es muy subjetivo sí, porque no todos los profesionales lo han vivido de la misma manera. No es lo mismo los que están en primera línea de actuación, como Urgencias, UCI, Medicina Interna, Primaria... que muchos profesionales que estamos en una segunda línea. Pero fundamentalmente yo creo que se ha sentido mucho estrés, cansancio, frustración, y la impotencia de no poder hacer más de lo que se estaba haciendo. Pero, evidentemente, cada uno lo vive de forma diferente. 

¿Se han sentido abandonados en algún momento?

Muchos sí que han sentido esa sensación de abandono. Evidentemente, al inicio de la pandemia faltaron equipos de protección, faltaron test, faltaron mascarillas... y muchos profesionales se contagiaron y tuvieron que abandonar su puesto de trabajo, con lo cual, los recursos humanos disminuyeron. Era el pico además de la pandemia y esto se sufrió de manera importante. 

Han faltado medios materiales ¿y humanos? ¿Faltó previsión?

Faltaron medios al principio de la pandemia y no había suficiente material de protección. A nivel de recursos humanos, a parte de estos profesionales que se tuvieron que aislar del trabajo, hay que tener en cuenta que muchas plantillas tampoco están cubiertas (tanto en primaria como en especializada), y esto supone que la sobrecarga es mayor. 

Los sanitarios libraban su batalla con los medios que tenían en silencio, sin hacer ruido. Y, en paralelo, escuchábamos a los políticos, haciendo también su propia batalla. ¿Se han sentido utilizados políticamente en ocasiones? ¿Ha faltado lealtad?  

A lo largo del proceso ha habido diferentes fases pero creo que sí, que en algunos momentos los profesionales nos hemos sentido utilizados, y en muchas ocasiones poco valorados. Es más, en los planes de desescalada parece ser que no se ha contado mucho con algunos servicios. No lo digo especialmente por lo que ha ocurrido aquí, sino porque el presidente de la Asociación Española  de Médicos de Urgencias y Emergencias, en una entrevista en televisión, hizo unas declaraciones en este sentido y declaraba que no se estaba contando con ellos, cuando son además primera línea de actuación. Creemos que muchos servicios de Urgencias están de acuerdo con estos pensamientos.

Hemos visto compañeros suyos jubilados que han vuelto para ayudar, estudiantes que se han sumado, compañeros de especialidades que ahora quedaban casi sin trabajo (por la suspensión de algunas consultas) que se han puesto al servicio de las especialidades que lideraban esta lucha… ¿Ha sido la cara más amable de esta crisis?

Ha sido desde luego una cara amable de esta pandemia. El Colegio quiere agradecer públicamente a estos colectivos su solidaridad. En el caso de los jubilados, además, pertenecen a un grupo de mayor riesgo y, sin embargo, no han dudado en ningún momento en colaborar para intentar disminuir la presión del trabajo de sus compañeros, tanto en primaria como en especializada. Hay que agradecer también a los estudiantes y a los médicos que han terminado la carrera y están pendientes de coger una plaza MIR. 

También ha sido una cara amable el apoyo y colaboración de los empresarios sorianos, de los particulares y de las asociaciones que donaron material de protección y otros productos, intentando hacer más llevadero el trabajo de los profesionales. Han sido muchos. 

Ytambién hay que reconocer a la ciudadanía en general por su comportamiento. Creo que todo ello ha sido la cara más amable de esto.

Se han tenido que enfrentar a un virus del que se conocía muy poco y, lo que se conocía, parece que no se ha ajustado mucho a la realidad que hemos vivido porque inicialmente se hablaba prácticamente de una gripe que afectaba principalmente a las personas mayores con enfermedades previas. Es un gran desconocido todavía pero, ¿qué han descubierto de este virus?

Se han descubierto muchos aspectos del virus, sobre todo la gran capacidad de contagio, pero todavía quedan muchas dudas sobre el mismo, sobre qué inmunidad queda, si será duradera, si deja inmunidad para siempre... Se publican todos los días multitud de trabajos sobre el mismo, y en los próximos meses saldrán muchos más. Habrá que tener en cuenta la calidad y el rigor científico de los mismos. 

Lo que parece es que ha venido para quedarse y, de momento, no hay un tratamiento y las vacunas es donde tenemos puestas todas nuestras esperanzas. No sabemos cuando estarán disponibles ni tampoco si finalmente se va a poder hacer, porque tenemos otras enfermedades infecciosas para las que no hemos conseguido una vacuna. Por eso hay que seguir insistiendo en mantener las recomendaciones.

En este tema de la vacuna, ¿les preocupa que la celeridad con la que se está trabajando suponga que se salten pasos importantes?

Yo creo que hay muchos científicos trabajando en esto y no es solo un grupo en un determinado sitio. Hay grupos trabajando en China, en Francia... también hay grupos españoles trabajando en ello. Creo que hoy en día la medicina no evoluciona tan lentamente como hace años y los progresos se notan más rápidamente porque hay muchas más fuentes para poder trabajar. Creo que se trabaja seriamente y, en ese sentido, no tiene por qué haber problema. 

A nivel médico, ¿encuentran alguna justificación objetiva para explicar el elevado índice de contagio que ha sufrido la provincia?

Se han barajado muchas hipótesis. Que es una provincia cercana a núcleos importantes donde en algunos de ellos ha habido una afectación importante (como Madrid o Logroño), la vuelta de los estudiantes, que es una población envejecida, el alto numero de residencias... puede ser multifactorial y habrá que esperar a que pase un tiempo para poder sacar conclusiones. Quizá algún día sabremos más.

Algunas voces consideran que Soria ha sufrido más porque partía de una situación deficitaria a nivel sanitario, en cuanto a recursos materiales, humanos… con recortes en los últimos años. ¿Lo comparte?

En cuanto a recursos materiales es evidente que al principio hubo un déficit de material de prevención. Pero no es distinto lo que ha pasado en Soria a lo que ha pasado en otras provincias. No solo Soria fue deficitaria, sino que casi todas las provincias sufrieron la misma situación y los materiales de protección no fueron suficientes ni adecuados. 

En cuanto a recursos humanos sí partíamos de una situación deficitaria. Las plantillas aquí tanto de primaria como de especializada estaban desajustadas de alguna manera, porque no estaban cubiertas todas;pero aquí no solo se puede achacar a los recortes. No tenemos que olvidarnos que aquí muchos profesionales no quieren venir a trabajar, o vienen cuando no tienen opciones de ir a otros sitios y, cuando les ofrecen otro puesto en otra ciudad, se van, de modo que están poco tiempo. ¿Qué se puede hacer por fidelizarlos, por estimularles para que puedan venir aquí y quedarse con una cierta regularidad? Es muy complicado. Hay que pensar en cómo podemos fidelizarlos o cambiar esta tendencia.

Y esa situación de las plantillas, ¿ha podido afectar para que aquí haya sido más duro?

Yo creo que eso no ha afectado para que haya sido tan importante el brote. Lo que sí es cierto que, al no estar esas plantillas cubiertas, el trabajo lo han tenido que sacar adelante con menos personal y eso ha supuesto una carga de trabajo. Pero no es la causa de que haya habido más casos aquí. 

No es la causa pero, ¿ha afectado en la respuesta que se ha dado? Me refiero a que si el hecho de que las plantillas estuvieran tan ajustadas ha afectado a cómo se ha tratado.

Yo creo que no, aquí los profesionales han hecho el mismo tratamiento prácticamente que en otros centros, y los protocolos eran los mismos -que es verdad que cambiaban, pero no solo aquí, sino en todo el país-. Pero aquí los profesionales creo que han tenido una actuación correcta, han dado todo y, desde luego, creo que no hay nada que envidiar a otros sitios. 

A su juicio, ¿se llegó a colapsar?

No llegó a un colapso, pero sí que es verdad que se pasaron días malos. 

¿Fue justa la imagen que se trasladó esos días de la situación de Soria? Me refiero a esa imagen de un hospital colapsado que necesitaba ayuda urgente. ¿Realmente quedaron pacientes sin atender o hubo que hacer selección de a quién se ponían los respiradores, como hemos visto en otros hospitales?

No, eso aquí no ocurrió. Yo creo que quizá el hecho de pensar en un posible colapso agobió a mucha gente, pero eso sirvió también para que la gente sepa dónde está Soria, que es una provincia pequeña que tiene un hospital pequeño con pocas camas y que, cuando hay un repunte importante, puede colapsar evidentemente. Porque no es lo mismo tener una capital con varias hospitales y miles de camas, que un hospital como el nuestro.

Lo comentaba usted antes. Llegó a haber más de un centenar de médicos afectados en la provincia. Hay quien acusa a la falta de EPI, quien cree que hubo cierta relajación y no se tomaron las medidas preventivas oportunas al inicio, y quien considera que el contagio de profesionales sanitarios es proporcional a la situación vivida en Soria ¿Tienen algún dato objetivo de por qué se dio realmente esta situación? 

No creo que debamos hablar de relajación por parte de los profesionales sanitarios, quizá la relajación puede venir a nivel de Sanidad si tenían constancia de que el virus estaba circulando desde hacía más tiempo (ahora se habla de enero o febrero, e incluso antes) y no se pasó información a  los profesionales. Ahí puede estar la relajación. 

Sí ha habido muchos profesionales afectados y puede ser por diversas causas. Evidentemente, quizá la principal sea que inicialmente no había medidas de protección y los que estaban en primera línea, obviamente, muchos de ellos se contagiaron. Eso es fundamental. 

Ahora el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ha  puesto en marcha el Observatorio de médicos afectados por COVID-19, con el objeto de ver el impacto que la enfermedad ha causado entre los miembros de nuestra profesión y las distintas condiciones en que tuvieron que afrontar nuestros compañeros la pandemia. De ahí podrán salir muchos datos de cómo se afectaron y se podrán extraer recomendaciones para próximas pandemias. Es un estudio que se está empezando ahora a poner en marcha.

Al principio no había suficiente dotación de EPI y la Consejería y la Gerencia lo han reconocido. ¿Sólo fue un momento puntual o realmente han sufrido la falta de recursos materiales durante toda la pandemia? ¿Se han sentido desprotegidos?

Fundamentalmente la falta de recursos fue al inicio y es cierto que no solo se sufrió aquí, porque había un revuelo a nivel nacional e, incluso, internacional. Posteriormente esto se fue solventando, pero sí nos hemos sentido desprotegidos. 

El sindicato médico CESM exigió ya en marzo ante el Supremo medidas de protección. Hace unos días presentaba ante el TSJ de Castilla y León una querella por la presunta actuación negligente de la Consejería de Sanidad en la gestión de la compra y distribución de las mascarillas defectuosas. ¿Es necesario judicializar lo que ha sucedido y depurar responsabilidades?

Los sindicatos tienen la misión de defender los derechos de los trabajadores y deben hacerse eco de las deficiencias y manejar la situación como ellos mejor vean. Si ellos piensan que deben hacer una demanda, es una decisión del sindicato... 

¿Qué debemos aprender de esta situación que hemos vivido y dónde hay que trabajar para que no vuelva a ocurrir un colapso similar?

Tenemos que aprender que, igual que hay protocolos de actuaciones ante accidentes multitudinarios, ataques terroristas o incendios, y periódicamente se hacen simulacros, debe haber también un protocolo de actuación ante una pandemia. Vivimos en un mundo donde no habíamos pensado en esto. No pensamos que esto podría llegar a ocurrir.

En las residencia de ancianos el drama ha sido aún mayor, y hay quien acusa la falta de atención sanitaria. Han llegado a denunciar que las residencias se convirtieron en «hospitales de campaña». La propia consejera de Sanidad reconoció hace unos días que hubo una instrucción para evitar trasladar residentes a los hospitales, pero justificó que fue para «protegerles» y que por eso se apostó por llevar allí la atención a través de COVID-Residencias y Atención Primaria ¿Fue una decisión acertada?

Esta es una pregunta muy compleja. Quizá se deberá abordar más adelante y haciendo estudios de todo lo que ha pasado y analizando bien la situación. 

De hecho, creo que el Consejo de Colegios Médicos de Castilla y León está pendiente de enviar una carta a la consejera preguntado por los criterios de actuación que se han seguido en estos centros. Creo que esto habrá que tratarlo con mucha cautela. 

Es evidente que una institución cerrada con un perfil de población mayor como las residencias no es el mejor sistema para hacer frente a una pandemia, pero debemos aprender de cara al futuro. ¿Por dónde se debería empezar a trabajar?

Hay que evaluar los datos y probablemente habrá que realizar protocolos, formar al personal, analizar los fallos, e intentar subsanarlos. 

Como decía, el tema de las residencias creo que hay que analizarlo muy bien e ir paso a paso. Porque, de hecho, ni siquiera en todas las residencias ha sido la situación igual. Habrá que ver qué es lo que ha pasado. 

En las residencias precisamente fue fundamental la ayuda del Samur y de Médicos sin Fronteras. Tanto en las residencias como en el hospital, sin la ayuda exterior, ¿hubiéramos colapsado?

No, hubiésemos seguido adelante igualmente. El peso del trabajo lo realizó nuestra plantilla (primaria y hospitalización), pero obviamente es de agradecer la ayuda prestada, tanto de los médicos que vinieron de Salamanca, como el Samur, como Médicos sin Fronteras, como los militares. Todo eso fue importante y nos ayudó positivamente y es de agradecimiento total, pero yo creo que quizá lo que evitó el colapso fue el poder hacer traslados de pacientes a otras UCI. 

Todo era complicado pero lo más agobiante en ese momento era el colapso de la UCIy, el hecho de poder trasladar algunos pacientes, creo que fue el punto más importante.

El hospital estaba prácticamente lleno pero había camas preparadas en el Mirón e, incluso, en el Centro de Referencia Estatal, que no llegaron a ser necesarias. ¿La UCI es donde se vivió el verdadero drama y donde la situación fue realmente límite?

El drama se vivió en todo realmente. En cuanto a la UCI, realmente en todas las UCI de España se vivieron unas situaciones complicadas, pero obviamente no es lo mismo habilitar espacios en un hospital de mil camas que en uno de 300. 

Cuando se habla de la ayuda externa, en ocasiones, da la sensación de que vinieron a salvarnos. ¿Es injusto? ¿Duele esa imagen de que sin ellos no hubiéramos podido con esto?

Yo creo que eso no se debe pensar. Se debe pensar que son profesionales que vinieron a ayudar y nos ayudaron, pero evidentemente a nuestros profesionales no hay que menospreciarles. Ellos no son los que nos han salvado, ellos nos han ayudado a salir de un proceso. Ha sido una ayuda importante, sin duda alguna. 

Algunos de esos profesionales que estuvieron en Soria pusieron en valor cómo se trabajaba aquí. ¿No todo se hizo mal en Soria, no?

En Soria no todo se hizo mal. Es cierto que se vivió con estrés muchas situaciones, pero igual que en otros sitios. Evidentemente era algo que no conocíamos y que día a día iba cambiando. Creo que en la actuación, al principio, hubo un desconcierto para todo el mundo, no solo aquí. 

En caso de que hubiera un repunte, conocemos mucho más la enfermedad, sabemos lo que hay que hacer pero, también, la plantilla está mucho más fatigada. ¿Podríamos hacer frente a un nuevo pico?

Sí, ¡que remedio!. Nos preocupa tener que hacer frente a un repunte, pero los profesionales van a responder siempre. Si hay un repunte no va a quedar más remedio que hacerse cargo de la situación, por eso vuelvo a apelar a la ciudadanía. 

Es importante concienciar a los ciudadanos de que tienen que seguir con los cuidados y las recomendaciones, y no relajarnos. Evidentemente, no nos vendría bien un repunte. 

Desde la Gerencia llevan días advirtiendo a la ciudadanía de que la atención ya no será como antes porque habrá doble circuito, zonas separadas, no podrá haber gente reunida en las salas de espera... ¿Les preocupa el futuro y cómo va a poder Soria dar respuesta a la nueva sanidad que se dibuja tras el coronavirus?

Evidentemente nos preocupa y mucho. Nosotros también tendremos que adaptarnos a la nueva situación, no nos va a quedar más remedio. Soria dará respuesta, igual que otras provincias, a esta nueva sanidad.

¿Necesita Soria un refuerzo a nivel sanitario para poder asumir ese nuevo modo de trabajo?

Soria necesitará un refuerzo. Primero, es importante intentar tener las plantillas completas. Ydebería reforzarse atención primaria, ya que va a tener un papel muy importante en esta fase de la desescalada. Debería haber plantillas por encima de las necesidades, porque el personal también necesita descansar y disfrutar de sus vacaciones. 

Desde el Colegio de Médicos de Soria llevan tiempo alertando de la situación de la plantilla, con una elevada edad media. Muchos médicos se van a jubilar a corto-medio plazo y, además, ahora necesitamos más profesionales para esta nueva atención, ¿el problema se multiplica?

Evidentemente sí. Hubo un estudio demográfico a nivel de Castilla y León y, como siempre ocurre con la estadística, Soria puede tener un número mayor de médicos por habitantes que otras provincias de la Comunidad, pero aquí hay que pensar que Soria tiene una población más envejecida y más dispersa, y esto es difícil para dar cobertura a veces. 

Volvemos a lo de antes, es necesario buscar mecanismos para atraer médicos a Soria. ¿Cómo? ¿Qué ideas manejan en el Colegio?

Eso es lo fundamental. ¿Cómo? ¿Discriminación positiva como hacen en Ceuta, Melilla o algunas islas? No sabemos, pero es una cuestión que hay que analizar y buscar soluciones. 

¿Salarios? ¿Sería una solución?

Es una de las posibilidades pero hay que hacerlo bien y legislando, porque puede haber agravios comparativos y acabar en los tribunales. 

¿Preocupa cómo se va a poder hacer frente a las listas de espera que se han acumulado?

La lista de espera preocupa y mucho. Nos da miedo sobre todo por el retraso que pueda existir en diagnosticar muchos procesos  y retrasar el tratamiento de los mismas. Las listas de espera preocupan, y ahora queda otra fase difícil. 

¿Manejan algún dato de cuánto se han podido disparar?

En estos momentos no disponemos de esos datos, pero creo que no es tanto que hayan aumentado en volumen [porque no ha habido consultas y, por tanto, han entrado menos casos nuevos] como que hayan aumentado en tiempo, porque ya llevábamos unos meses de demora. 

Se habla ya de la necesidad de impulsar la telemedicina. ¿Es viable en una provincia tan rural, tan dispersa y tan envejecida como Soria?

No nos va a quedar más remedio que utilizar todos estos medios (teléfono, telemedicina) pero tenemos que tener muy claro que la provincia de Soria tiene muchas limitaciones: tenemos una población envejecida que incluso en una consulta por teléfono, no siendo presencial, puede presentar dificultades porque tienen a veces problemas de audición, de comprensión... con lo cual, difícilmente nos vamos a comunicar de forma adecuada. También las personas mayores manejan peor o no manejan estas tecnologías y, si sumamos la falta de cobertura en muchos pueblos, habrá que diferenciar unos casos y otros y dar cobertura según las necesidades.

Va a ser complicado y es una provincia que no se va a poder adaptar a todos los niveles. 

Los médicos han pasado por situaciones límite. A la carga de trabajo se ha sumado la emocional. Nadie estaba acostumbrado a ver morir y sufrir a tanta gente. ¿Temen que esto suponga una segunda ‘pandemia’, la de los problema psicológicos entre los propios profesionales?

Ser uno de los sectores que más se expone al virus supone que será también uno de los que más van a sufrir las consecuencias psicológicas después de controlada la pandemia. 

Los sanitarios han vivido situaciones complicadas y es posible que sufran síntomas más severos de estrés postraumáticos que la población en general. También hay emociones relacionadas con la frustración, incluso con la culpa. La fatiga, la impotencia, la tristeza, la soledad de trabajar en estas situaciones. Y, a veces, incluso la preocupación de poder estar infectados y poder contagiar a seres queridos. Esto ya se vio en los profesionales que trabajaron con el SARS, donde hay estudios que demuestran que sufrieron repercusiones psicológicas.

Desde el Colegio ¿es la situación más complicada que han vivido?

Probablemente sea la situación más compleja que se ha vivido entre los profesionales médicos, pero en la Sanidad soriana en general. Porque hay algo que hay que tener en cuenta, esta situación no solo la hemos vivido los médicos. Queremos decir que todos los profesionales de la Sanidad (enfermeras, auxiliares de clínica, celadores, servicio de limpieza...) han pasado por esto mismo y quizás ellos se han sentido todavía con más sensación de abandono que los profesionales médicos. Hay que reconocer esta situación no solo al colectivo médico, sino a todos los colectivos, porque han vivido todas las situaciones igual o, incluso, en mayor proporción. Hay que pensar en ello y el reconocimiento tiene que ser importante.