Los sanitarios de Soria piden menos política y más expertos

Nuria Zaragoza
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El presidente del Colegio de Médicos, el de Farmacéuticos y la presidenta del Colegio de Enfermería critican la falta de información «veraz» y exigen trabajar «en equipo»

Los sanitarios piden menos política y más expertos - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

No hay fórmulas mágicas para salir de esta pandemia pero la evidencia nos dice que algo «sigue fallando» en la lucha contra el SARS-CoV-2. Porque, ocho meses después de que el país se paralizara para cercar al virus, seguimos hablando de récord diario de positivos, de tope de brotes activos, de goteo constante de fallecidos... 

El coronavirus no da tregua. Por eso, desde El Día de Soria hemos querido reflexionar sobre la situación con quienes viven esta pandemia en primera persona, con los profesionales sanitarios. Tres voces autorizadas, el presidente del Colegio de Médicos de Soria, José Ramón Huerta; la presidenta del Colegio de Enfermería, Isabel Galán; y el presidente del Colegio de Farmacéuticos, Javier Alonso, toman la palabra. Por extraño que parezca, es la primera vez que se encuentran. A estas alturas de la pandemia, nadie les ha reunido para escuchar sus propuestas. 

falta de empatía. El encuentro se produce precisamente en la semana en la que la Junta ha lanzado el decreto que regula «las prestaciones personales obligatorias» en el ámbito del Sistema de Salud de Castilla y León durante el estado de alarma, un decreto que establece el control de todo el personal sanitario, movilidad, horarios… Es una «vuelta de tuerca más» para unos profesionales «agotados física y mentalmente» que llevan tiempo reclamando ser escuchados pero que, sin embargo, cada día desayunan con nuevos protocolos, medidas, decretos, acuerdos... que llegan «de forma unilateral», denuncia Galán. 

Quizá por eso, el mensaje que más se repite durante la conversación es la necesidad de «diálogo», de «hacer equipo», de «trabajar de forma coordinada», de crear «sinergias». Pero, también, los reproches por la falta de «empatía»;por la ausencia de información «veraz y objetiva»;por los errores de comunicación;de formación;y, sobre todo, por el «uso político» de la pandemia. Porque los tres comparten una crítica cerrada a la gestión de esta crisis y llegan a calificar la situación de «desgobierno» en todas las instancias, desde el plano nacional hasta la Gerencia provincial. 

qué ha fallado. «Más que un problema de los sanitarios, que se han limitado a hacer lo que tenían que hacer y más, creo que es un problema de magnitud de Salud Pública, que tenía que estar dirigida desde arriba con criterios responsables, fiables, orientados… Pero no ha habido una comisión de expertos, no ha habido auditorías independientes que nos digan si estamos haciendo bien las cosas y que, sobre esas conclusiones, se hagan unas directrices nuevas para corregir los fallos, de forma que hemos llegado a la  segunda ola igual», reprueba Huerta. 

En esta misma línea, la portavoz de Enfermería reconoce que «buscar un equilibrio entre economía y salud es difícil», pero, avisa, «lo que está muy claro es que, sin salud, mala economía tenemos». «Está demostrado que no ha habido técnicos ni a nivel nacional ni autonómico ni de nada [...] En verano hubiera sido importante hacer una auditoría para saber en qué habíamos fallado y donde podíamos mejorar y encaminar», considera. Pero, comparten, «en verano no se hicieron los deberes» y las consecuencias se están pagando ahora, en esta segunda ola, donde la situación es «crítica».  

«habrá tercera ola». Aún no hemos superado la segunda pero los tres portavoces sanitarios están convencidos de que «habrá una tercera ola» porque «el virus ha venido para quedarse», aventura Alonso. Será, eso sí, una ola «de pendiente más paulatina», confía. Porque la inmunidad de grupo será mayor, porque «se va conociendo  más» y porque hay «más conciencia», justifican. 

No miran todavía en el corto plazo a la vacuna como una solución definitiva para aplanar la curva, pues son conscientes de que los plazos de la investigación llevan caminos diferentes a los discursos políticos, máxime, advierte el presidente del Colegio de Farmacéuticos, cuando estamos ante una vacuna especialmente «innovadora». Cabe apuntar al respecto que las vacunas tradicionales se basan en el empleo de virus o bacterias atenuados o inactivados, capaces de generar efectos inmunes (anticuerpos), pero la vacuna anunciada por Pfizer y su socio alemán BioNTech es una vacuna de ARN (ácido ribonucleico). «Es genética pura y hay que ver por dónde puede salir», especifica al respecto, pidiendo cautela pero apostando en todo momento por la vacunación masiva de la población, «porque es una de las maneras más eficientes de poder frenar esta pandemia». 

la vacuna, a medio plazo. «Creo que esta vacuna va a cambiar la tecnología y la forma de abordar ciertas cosas. El hecho de que se hayan buscado tantos esfuerzos va a tener impacto en la Salud Pública futura», añade en la misma línea Huerta.

Asume que la vacuna «tiene dificultades y, cada día que pasa, más dudas», si bien cree que hay que «salvar el momento» y «la vacuna, sea cual sea, hay que confiar en ella, sobre todo las que han sido más rigurosas, que son las europeas y las norteamericanas». «En una situación como la que hay, igual hay que tirar por la calle del medio y correr ciertos riesgos», asume el portavoz médico. 

A su juicio, «estamos en el buen camino» en la búsqueda de una vacuna efectiva pero, avisa, «decir que estamos en la resolución es complicado», máxime cuando quedan pasos importantes a nivel científico pero, también, a nivel logístico. Según los primeros datos, uno de los grandes retos de la vacuna Covid Pfizer es que exige 80 grados bajo cero para su conservación. Pero, además, «hay que pensar en el nivel mundial» para garantizar su eficacia ya que «estamos en una pandemia y ‘pan’ significa propagación mundial. Con la movilidad que hay... es necesario tener en cuenta esas condiciones», sentencia el doctor Huerta. 

En la misma línea, Galán añade: «La vacuna necesita su tiempo», y avisa ya, «es posible que 2021 será similar al 2020». Por los plazos de vacunación pero, sobre todo, «porque hay que ver cuándo se desarrolla la inmunidad». 

«no se han hecho los deberes». En cuanto a la situación actual, el presidente del Colegio de Médicos la califica  de «muy delicada,  muy crítica», porque «nos enfrentamos a una situación inédita, a pesar de que estemos en la segunda ola». «Quizá la primera no la supimos abordar suficientemente bien, no se hicieron los deberes adecuados durante el verano -cuando la pandemia tocó su punto más bajo-, y ahora estamos en otra situación agobiados», justifica. Ahora, además, «es casi peor porque los profesionales están cansados tanto emocional como físicamente» y hay «miedo» de «no poder soportar esta segunda ola», añade la presidenta del Colegio de Enfermería, quien coincide en que «hemos aprendido poco» y el verano se bajó demasiado la guardia. 

Alonso, por su parte, habla de una situación «límite, a un punto de saturación tanto a nivel de infraestructuras como de personal», pero con algunas diferencias importantes. Entre otras, apunta, el incremento de pruebas diagnósticas, lo que ahora permite detectar más casos  y llegar a los leves y asintomáticos que en la primera ola quedaron ignorados. También, el hecho de que ahora son menos los pacientes desplazados [durante el pico de la pandemia mucha gente de otras provincias vino a pasar el confinamiento a sus segundas residencias a Soria], lo que, obviamente, tiene un efecto en la presión asistencial. «La gente de fuera colapsó a las oficinas de farmacia del medio rural en  marzo-abril, que estaban como en verano, e hizo también que se saturara antes el sistema sanitario. Entiendo que ahora hay menos gente de fuera y afectará», confía el portavoz de los farmacéuticos sorianos.  

disciplina social. A pesar de todo, coinciden, ahora «estamos mejor». Por lo «aprendido y mejorado», porque «hay más inmunidad» [precisamente por la alta incidencia de la primera ola] y por «la disciplina social, que está ayudando, aunque a veces se ven comportamientos que no ayudan», reprueba Huerta.

 En este sentido, las miradas se van a los jóvenes, donde se ha disparado el contagio, lo que explica que «haya bajado la edad media de los afectados», repara Alonso. «Posiblemente se les ha metido la información de que ellos no iban a enfermar, pero son transmisores igual y están enfermando, y tienen la misma responsabilidad que el resto. Quizá hay que contar con ellos y ver qué necesidades tienen», emplaza Galán. «Jóvenes y sus familias», apunta Huerta, quien considera que podría ser interesante, siguiendo el modelo de las campañas de la DGT, mostrar «la dureza» de esta pandemia, como se ha hecho en Italia. Y quizá también, añade Galán, imponer a los incumplidores «servicios a la comunidad con sentencias ejemplarizantes, que vayan al hospital y vean el sufrimiento…».  

Los jóvenes son un punto de trabajo clave para afrontar esta crisis pero, coinciden los tres, no se puede perder el foco de los centros sociosanitarios, donde han sufrido especialmente el mordisco del virus. Los tres aseguran tener constancia de «situaciones muy graves» vividas en residencias de mayores de la provincia durante la primera ola, por lo que urgen «consensuar estrategias» para que la situación no se repita. «Se les dejó de lado en la primera ola y me da la sensación de que en esta segunda ola van por el mismo camino», acusa la portavoz de Enfermería, quien urge en la búsqueda de soluciones pero, insiste, «contando con todas las partes». Porque están cansados ya de que las decisiones se tomen «de forma unilateral».

 «Somos una Comunidad con nueve provincias, cada una con sus peculiaridades, y es cierto que es muy complicado, pero creo que no se ha hecho o, al menos, no se ha percibido, un trabajo en equipo», recrimina en este sentido Galán, quien insiste una y otra vez en la necesidad de dar voz a todas las partes, para «sumar». 

qué se ha aprendido. En estos ocho meses luchando contra el SARS-CoV-2 se han cometido errores pero, también, «se ha aprendido». «Hemos aprendido que hay que reforzar y tener más en cuenta la Salud Pública y todas las medidas encaminadas a la prevención; que hay que hacer más test diagnósticos;que hay que contar más con los profesionales… Y, en el plano del abordaje médico, al principio se iba absolutamente a ciegas en los tratamientos y ahora en eso se ha afinado mucho y hay unas guías y protocolos mas avanzados. Creo que eso es una de las claves de la disminución de la mortalidad e, incluso, del mejor pronóstico en todos los sentidos», considera Huerta. 

En la misma línea, Galán añade:«Lo que ha demostrado esta pandemia, primero, es el desmantelamiento que ya llevábamos de la Sanidad Pública y, luego, que a pesar de todos los medios, somos una sociedad muy frágil». Por eso, dentro de esa fragilidad, «es importante contar con todos», reitera. 

ni previsión ni información. Se ha aprendido también que «falta planificación» y previsión. «No hay médicos, no hay enfermeras… falta de todo y no se había hecho ningún esfuerzo en previsión de que una cosa así pasara, y eso que había amenazas y avisos de la OMS», recuerda Huerta. 

Han fallado -y siguen fallando- también, apunta Alonso, los canales para informar y formar al personal. «Creo que la información la han dado sesgada desde el principio y, no digo a sus intereses, pero casi. Si dejaran de hacer política con la COVID-19 esto se habría solucionado mucho antes o habría mejores soluciones. No se puede trabajar con información limitada, así es muy difícil», critica el farmacéutico soriano. 

Y,como consecuencia, tampoco la comunicación ha sido fluida:«No ha habido una comunicación veraz por parte de las autoridades sanitarias y del Gobierno». «En ningún país se informa como en España. Sale el ministro, sale Simón, sale el presidente… cuando interesa pero ¿decir todos los días tantas cosas para no decir nada? Eso es una táctica para desinformar, cuando estamos pidiendo información y transparencia», apoya Huerta. 

Ha faltado comunicación vertical pero, añade Alonso, también la horizontal. «Tenemos que tener más comunicación entre los profesionales sanitarios, entre los tres colectivos aquí representados», emplaza, ofreciendo las oficinas de farmacia para colaborar activamente, bien con el rastreo, con la realización de pruebas... «En estas crisis tan emergentes y tan duras deberíamos ir de la mano», invita Galán.  «Comunicación, colaboración e, incluso, reparto en algunas cargas», suma Huerta.