Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Saber gobernar en coalición

06/04/2022

Constituidas hace 20 días las Cortes de Castilla y León tras los pactos alcanzados entre PP y Vox a raíz de las elecciones del pasado 13 de febrero, aún está pendiente la investidura del presidente en funciones, Alfonso Fernández Mañueco. Todo apunta a que este jueves, 7 de abril, en la reunión prevista por la Mesa de la Cámara y la Junta de Portavoces, termine por despejarse la incógnita de la fecha y que, por los plazos legales, podría tener lugar el próximo lunes, 11 de abril.

En esta demora parece clara la estrategia del partido liderado por Abascal. Además de ajustar sus últimas reivindicaciones, ha buscado que la investidura de Mañueco fuera posterior a la proclamación oficial de Núñez Feijóo como nuevo presidente del PP, con el objetivo no solo de dejar constancia del peso específico que ha conseguido en Castilla y León, sino de seguir erigiéndose como la nueva alternativa para otros futuros gobiernos regionales y hasta del propio Ejecutivo nacional llegado el caso.

Así las cosas, tensa está siendo la espera, sobre todo para el entorno del PP castellano y leonés. Y no tanto por las supuestas confrontaciones y las diferentes posiciones ideológicas en ámbitos como pueden ser la violencia de género o la gestión de la migración, sino por la propia negociación en la que todavía andan las dos formaciones que van a gobernar la Comunidad. Me consta que uno de esos últimos escollos viene propiciado por la disputa en el reparto de los delegados territoriales de la Junta en las nueve provincias de la región. Vox, sabedor de que ese puesto tiene su miga, ha exigido una cuota conforme a la misma proporción que la resultante del acuerdo general de gobierno. Está claro que en Castilla y León la cultura política de ejercer el gobierno en coalición no gusta a nadie y, obviamente, falta mucho entrenamiento. Pero en estos tiempos, tan complicados y con un arco parlamentario tan abigarrado, es de vital importancia desarrollar no sólo ya las cualidades de buen gestor, sino las de un hábil negociador.

Y fácil no lo ha dejado el veredicto de las urnas.