Durante los cuatro años de su primer mandato, Educación se ha consolidado como facultad y, sobre todo, se ha afianzado plantilla. Ricardo de la Fuente Ballesteros ha tomado esta semana posesión como decano de la Facultad de Educación y encara una segunda etapa en el  cargo con el objetivo de fortalecer la calidad de los contenidos de los grados en Educación Infantil y Primaria, a la espera, en otras cosas, de que se apruebe el máster en ‘Teatro como herramienta educativa’ solicitado hace un año.

Renueva por otros cuatro años el cargo de decano de la Facultad de Educación en Soria. ¿Qué balance hace de la primera etapa?

Ha sido una época de consolidación de la facultad, acababa de pasar de escuela universitaria a facultad. Lo que más puedo destacar de este tiempo es la consolidación de la plantilla, pasamos de un centro con muchísimos profesores asociados a un montón de profesores integrados, es decir, ayudantes doctores o contratados doctores, que es una figura permanente en la universidad. Esto también es un índice de calidad, porque la inamovilidad implica estar más tranquilo y poder desarrollar proyectos a largo plazo. 

Todo el mundo es necesario y una facultad siempre necesita que haya profesores de varios tipos. Los asociados son utilísimos en la docencia, son un elemento enriquecedor que haya una pequeña proporción.

Cada inicio del curso existen problemas para cubrir vacantes de profesores, ¿cómo afecta a Educación?

Siempre hay problemas con esto por el sistema de contratación de la Universidad. Hay que recordar siempre que el principio de igualdad de oportunidades, el de corrección y limpieza en todos los procedimientos de contratación hacen que se ralentice extraordinariamente la contratación. Esto genera todos los años disfunciones. Este año, en cualquier caso, han sido menores. Estamos teniendo problemas de bajas, que no se pueden prevenir, y genera conflictos. Pero los departamentos y los compañeros tratan de ayudarse los unos a los otros, generosamente asumen la docencia de los compañeros que no están. Entre compañeros hay que ayudarse.

¿Tienen alguna vacante?

No, no. Tenemos un par de bajas que suplen otros profesores. Mientras se pueda hacer así, todo va bien.

¿Qué prioridades marcan su agenda como decano en este segundo mandato?

Se trata de consolidar y dar más calidad. Cuando me preguntan por el tema del número de alumnos siempre digo que prefiero tener los alumnos justos, pero que reciban una formación adecuada. Apuesto por la calidad más que por la cantidad. En Soria es complicado tener más estudiantes y no hay que obsesionarse con esto, hay que tratar de hacer bien el trabajo. Estamos en consolidar la oferta de plazas por medio de la elevación de la calidad de los contenidos que los profesores imparten. Esta sería la mejor expresión.

¿Están en algún proyecto específico que vaya a redundar en esa calidad?

Hemos presentado hace un año y pico un máster de ‘Teatro como herramienta educativa’, que no sabemos si se aprobará o no, estamos también con el nuevo grado de Ciencias del Deporte, pero no depende de nosotros, está entregado en la Consejería de Educación.

El problema es que no tenemos muchos profesores y estamos cargados hasta arriba de docencia. Es la pescadilla que se muerde la cola. Si quieres crecer y ofrecer más cosas pues debes tener ayuda para poder desarrollarlas y desarrollarte. Si en la vida lo que hacemos es colocar orejeras, solo puedes ir en una dirección. Si tienes una idea y no te permiten desarrollarla porque hay pocos profesores, pues tenemos un problema.

El grado de Ciencias del Deporte, ¿qué encaje tendrá?

No hay ningún problema. Hay que darse cuenta de que el grado de Ciencias del Deporte implica a varias facultades, hay materias que se corresponden con Ciencias de la Salud, otras con Educación, otras se pueden relacionar incluso con Empresariales... y depende de las especialidades que los estudiantes puedan hacer. Estamos todos implicados en ello. 

¿Y esto lo hace más fácil o lo más complicado?

Más fácil. El Campus de Soria tiene interacciones entre las diversas facultades, unas sinergias que hay que aprovechar.

¿Ahora se rentabilizan esas sinergias en el Campus?

Creo que sí, porque se va contratando en función de las necesidades. Lo que pasa es que luego hay otras especialidades que tienen más conexión, por ejemplo entre Educación y Ciencias de la Salud, pero no tantas con Agrarias y Educación. Aunque siempre hay relaciones con el resto de las facultades.

La educación es uno de los pilares del Estado de Bienestar. Sin embargo, todavía hay alumnos que eligen  este grado por descarte o porque no han podido acceder a otra titulación. ¿Qué se puede hacer para que los estudiantes opten por estos estudios por vocación?

La mayoría de los estudiantes que hacen Educación viene por vocación, creo que siempre ha sido así. Si no te interesa esto, por descarte no funciona, no lo aguantas. 

Quizás es que no tienen una visión muy acertada de lo que es la titulación y, sobre todo, la profesión...

Para muchos estudiantes la universidad es un shock porque las expectativas que tienen son diferentes, pero no en Educación, en cualquier carrera, evidentemente. Según vas avanzando en primer curso se toman decisiones.

A Soria se la ha definido como la pequeña Finlandia. ¿Cuáles son las similitudes y las diferencias que destaca de ambos modelos?

Cuando se hacen comparaciones con Finlandia es porque hay centros en Soria que hacen, incluso, vanguardia educativa y, además, llaman la atención los buenos resultados. Las comparaciones siempre son odiosas, siempre. La información que yo manejo es la de los medios, pero sí puedo decir que hay buenos centros educativos en Soria, está bien organizada la provincia y hay algunos centros de referencia a nivel nacional e internacional. 

Algunos se toman muy en serio su internacionalización, lo cual es más de lo normal que en cualquier otro sitio, porque vas a otras provincias y no los hay, por lo tanto algo de razón tiene que tener esta comparación.

¿La buena fama de la enseñanza en Soria también anima a los estudiantes a elegir los grados de Educación?

Lo de la elección es muy complejo. Me gustaría saber más sobre lo que lleva a los estudiantes y a las familias a tomar esta decisión. Con el tiempo lo que va a ocurrir es que se van a prestigiar carreras como Educación. Es evidente, la educación es un pilar de la sociedad, lo que todos queremos que nuestros hijos tengan buena formación y la función del maestro es fundamental. Creo que cada etapa educativa es muy importante, unos buenos profesores de Infantil y Primaria garantizan el futuro a cualquier estudiante. Esto ha cambiado mucho de hace unos años a ahora.

¿Hace falta prestigiar la figura del maestro?

Evidentemente, todo está conectado. La sociedad, a veces, no se fija en detalles importantes. Por ejemplo, el día 18 se presentan los libros que se han publicado este año por miembros de la Facultad de Educación. Hacer un libro no es una broma, pero implica un nivel de actividad bastante alto. Es gente joven, que está empujando y está buscando su sitio bajo el sol, trabajando y produciendo más que otros. Somos unos 60 profesores y se han publicado once libros, es mucho. 

En la web de la Facultad de Educación puede leerse que el reto es «formar científicos de la educación que sepan conjugar los últimos avances en ciencias sociales, con los elementos emocionales tan necesarios en la profesión de científicos de la educación». ¿Cree que los alumnos que aspiran a ser maestros se ven así?

Pues no lo sé. Es que con la palabra científico... ya empezamos mal. Se puede hablar de Ciencias de la Educación. Hay Humanidades y materias propiamente científicas. 

Es como la palabra investigación, es una cosa muy seria y se llama a cualquier cosa investigación. En investigación hay que contrastar una serie de parámetros y esto te lleva a una serie de conclusiones. Dentro de las humanidades es lo que decían los griegos, la ‘doxa’, la opinión, y hay matemáticas, lengua, lingüística, literatura, historia, ciencias sociales, física... muchas cosas.

Las obras del edificio de I+D+i están avanzadas, ¿qué expectativas tiene la Facultad de Educación?

Cuando termine habrá que ver las dotaciones y el reparto de espacios. Es de todos, te pueden repartir un aula para Educación pero la vas a tener que compartir en función de las necesidades que haya. Habrá que optimizar que las decisiones se correspondan con las necesidades que tiene cada centro. 

¿Y tienen algún proyecto pendiente de desarrollar en esta instalación?

Hemos solicitado dos laboratorios, uno más para Ciencias y otro para Educación Infantil, que asemeje un aula para hacer unas prácticas en condiciones. 

Alude a las prácticas, ¿el sistema actual es suficiente?

De momento, es adecuado. Este Decanato está contento con la ayuda prestada por la Dirección Provincial de Educación y la preocupación que tiene para que los estudiantes puedan hacer unas prácticas adecuadas. Dicho de otra manera, todo funciona adecuadamente y esto se nota en la formación final. Los colegios aquí son buenos y de eso no hay duda.

Los estudios de Magisterio tienen larga tradición en Soria, ¿se nota a la hora de que los alumnos de fuera elijan esta facultad en lugar de otras?

En todas las capitales de provincia en las mismas fechas se montaron escuelas de Magisterio y la misma tradición que hay aquí existe en otros sitios. Sí que tiene buena fama la gente que ha salido de aquí, personas que se graduaron aquí en el pasado tuvieron mucha movilidad geográfica. Te puedes encontrar maestros de origen soriano en cualquier sitio. Aquí siempre se han movido bastante.

En la comunidad educativa se habla de esa necesidad de alcanzar un ‘pacto por la educación’, ¿cómo cree que debería afectar en cuanto a la formación de los maestros?

Es complicado y en cuestiones políticas no entro. Lo más importante es que los que están detrás de este asunto escuchen a los educadores y a los profesores de la universidad, básicamente. Son perspectivas coincidentes, porque si escuchan a directores de colegios, a directores provinciales que son los que tienen la experiencia y a los formadores universitarios creo que sería muy sencillo. Pero deben escuchar. El problema es cuando empiezan con los pactos, porque siempre se pierde algo en función de los intereses políticos, que deberían estar ajenos. Por eso deberíamos tener una selectividad nacional, el mismo modelo en cada una de las regiones y sería mucho más fácil para los movimientos que debe haber en un país entre las diversas regiones porque está visto que la no movilidad lo que trae consigo siempre son defectos endogámicos.

¿Qué cambiaría del sistema educativo español?

Tiene que ser único. Todo pivota sobre lo mismo, los vicios vienen del mismo sitio.