El Ayuntamiento de El Burgo de Osma planea poner en marcha en 2020 la tarjeta ciudadana con la finalidad de vincular esta iniciativa al asentamiento de la población y dar privilegios y preferencias a los ciudadanos empadronados en la localidad. 

El alcalde, Miguel Cobo, explica que la tarjeta daría acceso a las instalaciones municipales, como las piscinas climatizada o de verano o el gimnasio, así como preferencias en actividades y cursos tanto para adultos como infantiles, como pueden ser los cursos de Crecer juntos.

Otra posibilidad de la tarjeta ciudadana sería negociar con empresas del sector de transporte, que realicen las rutas de viajes más habituales desde y hasta El Burgo de Osma (como Soria capital, Madrid y Zaragoza), para que los vecinos de la localidad que cuenten con ella puedan tener algún tipo de descuento. «Podemos negociar con empresas como Alsa bonificaciones, aunque supongan un esfuerzo en el desembolso económico para el Ayuntamiento», comenta el alcalde apuntando que se incentivaría el uso del transporte público y los usuarios podrían ahorrarse una cantidad del billete. La idea, insiste Cobo, es «dar privilegios a los empadronados y que contar con la tarjeta ciudadana tenga un atractivo y un aliciente para los empadronados en El Burgo de Osma». 

posibilidades. Ahora el Ayuntamiento estudia cómo ofrecer a los ciudadanos la tarjeta «personal e intransferible» y con fotografía y nombres y apellidos. Se barajan dos opciones, sobre todo por el coste inicial. Una sería que se realizara en el propio Ayuntamiento y otra con un chip, que es la mejor manera para controlar los accesos a instalaciones y servicios municipales, que podría estar vinculada después a zonas de aparcamiento, lo que se plantea para más adelante. Sin embargo, supondría un mayor desembolso para el Ayuntamiento hacer un desembolso mayor en software y aparatos de control en edificios municipales. 

La inversión inicial sería de 6.000 ó 6.500 euros. Y si fuera con chip dependería de los terminales de control que se instalaran. Se planteaba la posibilidad de hacer un torno de acceso en el polideportivo, lo que aumentaría el desembolso en unos 1.500 euros. En la biblioteca municipal un lector de tarjetas serían 350 euros más. Al final, el desembolso dependiendo de donde se pusiera podría ascender la partida en otros 12.000 euros, además de los 6.000 iniciales. «Todo el proyecto, para llevarlo adelante en conjunto, sin contar con el aparcamiento, tendría en torno a un presupuesto de 20.000 euros», comenta el alcalde. 

El Ayuntamiento se ha informado de las experiencias de Golmayo y Almazán, por funcionalidad, pero «el abanico de posibilidades que pueda tener la tarjeta es el que el