El potencial de las calzadas romanas en Soria

A.P.L.
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Isaac Moreno Gallo apunta a su aprovechamiento para rutas de senderismo y ciclismo

Carretera de los Moros a su paso por Alcubilla de Avellaneda - Foto: Cedida

El tramo de la calzada romana Numancia-Uxama que transcurre junto a la Autovía del Duero o la N-122 está bien conservado y puede ser un gran atractivo turístico recorrerla, aunque urge conservar la zona del páramo de Villaciervos (hacia la Venta Nueva) «porque tiene sabinas encima y pasan tractores, a pesar de que es una zona en la que no se cultiva». «No costaría mucho acondicionarlo (retirar las sabinas y señalizarlo)» para unirlo al tramo que ha recuperado el Mitma desde la Venta Nueva y que obligó a una modificación del trazado de la Autovía del Duero, explica Isaac Moreno Gallo. Este ingeniero es experto en el tema y ha realizado estudios y la página web www.viasromanas.net (recientemente actualizada y con muy completa información) para la Junta de Castilla y León. Igualmente, presenta el programa Ingeniería romana en La 2.

La calzada que transcurre por Villaciervos se denominaba en la toponimia y mapas antiguos el Camino Sarraceno «porque por allí se desplazaban las aceifas moras, una de ellas dirigida por el propio califa Abderramán III. Almanzor también lo recorrió en numerosas ocasiones para arrasar poblados cristianos. Entraban desde Medinaceli hacia Gormaz y Osma», indica el experto.

Sobre la peculiaridad de las vías romanas de Soria, «de las más estudiadas a nivel europeo junto a las de otras provincias de Castilla y León», destaca que «tiene un grado de antropización muy bajo, es decir, que hay zonas de páramo pedregoso que no son cultivables y eso ha permitido conservar este tipo de estructuras» de comunicación.

En la zona entre Osma y Clunia, la vía romana era de grava menuda y «se ha labrado en una longitud enorme y desde hace bastante tiempo». «Por eso desde el aire se pueden ver tomas espectaculares, porque al estar destruida la piedra de la calzada contrasta muchísimo con el color del terreno, que son zonas muy rojizas. Es una forma de constatar el trazado al estar totalmente destruida». Sin embargo, donde está en buen estado se ven muy bien las lomas. Esa zona se denominaba en la toponimia antigua carretera de los Moros.

«Hay tramos muy bien conservados en la provincia de Soria, como la vía Osma-Tiermes», aunque también los hay destruidos, principalmente por «los años, la desidia y el desconocimiento, sobre todo. No saber cómo eran las vías romanas ha provocado que se destruyeran». El especialista está seguro que ni los técnicos de la concentración parcelaria ni los propios agricultores  «sabían que eso era un camino romano». De ahí, plantae su malestar «porque en las universidades todavía hoy no se enseña lo que es una vía romana. Eso ha supuesto una catástrofe porque quienes tienen que identificarlas son los que tienen que salvaguardarlas».

Otro ejemplo que pone es que en el trabajo que realizó para la Junta entre 2006 y 2011 encontró vías romanas inéditas, como la que hay entre Tiermes y Medinaceli, con tramos conservados en Retortillo y Barcones. También se descubrió una vía inédita de Numancia a Lara de los Infantes (Burgos), que pasa por toda la sierra y por Vinuesa, donde asegura que el puente romano no es tal, sino que lo construyó la Mesta.

«Por el pantano sí que transcurre una vía romana (perpendicular al puente), en el camino de Numancia a Hinojosa de la Sierra, Molinos de Duero (allí hay una inscripción que habla de una vía augusta)...», concreta el investigador.

Espera que las administraciones apuesten por estas vías y avanza que varios tramos se aprovecharán como vías ciclistas, como el que prepara la Junta desde Numancia y el que parte de la Venta Nueva.