El Burgo: un cine histórico que se adapta al mundo digital

Ana Pilar Latorre
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La familia Otín Gonzalo gestiona desde hace más de 50 años estas instalaciones, a las que cambiaron el nombre de Palafox a Rubio Montiel en honor al obispo que las puso en marcha

El Burgo: un cine histórico que se adapta al mundo digital

El Cine Rubio Montiel de El Burgo de Osma sobrevive al paso del tiempo y el público de la zona sigue siendo fiel a este formato audiovisual «porque para muchos sigue teniendo su encanto». La familia Otín Gonzalo -Jesús y Dori, los padres, y Víctor y Marta, los hijos- lo gestiona desde hace más de 50 años. Son ellos los que ofrecen a El Día de Soria las claves de este tradicional negocio, que puso en marcha el obispo Saturnino Rubio Montiel como cine parroquial, de ahí el nombre que se decidió cambiar hace en torno un año en sustitución de Palafox. Poco después, la familia se hizo cargo para darle continuidad hasta la actualidad. 

En todo este tiempo ha habido varios cambios en las instalaciones, reconoce Marta Otín, quien destaca el paso de 35 milímetros a digital, del sonido tradicional al Dolby 7.1, del rollo de película a la nube y de entradas en papel a numeradas. Es decir, el sistema digital ha sustituido al manual. Pero allí todavía se guardan algunas piezas y elementos históricos, como la antigua máquina de proyección de carbón y carteleras en blanco y negro de clásicos, explica.  

403 butacas. El cine, en el que se han hecho varias reformas con los años, cuenta con 403 butacas en la parte de abajo y 238 en la parte de arriba (actualmente sin uso por la pandemia). «Aunque no hay limitaciones en aforo, procuramos que quede un espacio libre entre dos asistentes», señala Marta Otín.

Sobre la rentabilidad, aseguran que ahora con la COVID-19 esperan «poder remontar» después de los peores momentos y las distintas oleadas porque han notado, como otros muchos negocios, los cierres y las limitaciones de aforo. La familia ha invertido «mucho» en las renovaciones, aunque no pueden concretar la cifra. Sí que inciden en que poder mantener el cine de El Burgo es su objetivo. Las plataformas están afectando, «pero asistir al cine tiene su encanto.Eso sí que no puede cambiar». Además, cuentan con una tienda en la que se venden palomitas y golosinas.

Cada semana asisten personas no solo de la villa burgense, también de los pueblos de alrededor. «Suelen venir también de los pueblos, sobre todo en los meses de verano cuando hay más gente en ellos, y también en los puentes durante el invierno y Navidad, cuando hay propuestas infantiles», comenta la responsable del cine. Marta Otín, como cinéfila, explica que le gusta «un poco de todo, desde los clásicos a la ciencia ficción» y directores como Steven Spielberg.

El cine proyecta de viernes a lunes, con una o dos sesiones al día, dependiendo. «Trabajamos desde hace tiempo con casi todas los distribuidoras, por lo que no tenemos problemas en obtener las novedades que solicitamos.Intentamos traer lo mejor, estrenos nacionales, películas infantiles y también apoyar al cine español. Un poco de todo para animar a venir al cine, a que no se pierda esa tradición».

Víctor Otín añade que «estudian las propuestas y escogen». Esta semana está en cartelera El último duelo y este mes ya se ha podido ver Maixabel y Madres paralelas. Ambos hermanos recuerdan cuando eran pequeños y ayudaban allí a sus padres, sobre todo a cortar las entradas. Víctor apunta además que las butacas se han reformado tres veces. «Pusimos nuevas en la parte de abajo y las que estaban las colocamos en la de arriba».