Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Sanitarios

05/07/2022

Vuelve a cundir la alarma, especialmente los pueblos, por el problema sanitario durante los meses de verano cuando aumenta sensiblemente la población en el medio rural. En realidad, esa alarma está presente todo el año como lo prueban las numerosas manifestaciones de protesta, pero se hace más intensa ahora por varias razones, sobre todo por dos. La primera es que nadie pone solución a un problema para el que, desde la Junta, hay buenas palabras y ningún hecho. Además, y como suele ser norma en el Ejecutivo autonómico, no se reconocen abiertamente esas deficiencias, sino que se van poniendo parches verbales inútiles y se insiste en que todo va bien, o casi. En cualquier caso, nunca es responsabilidad nuestra; siempre son otros los culpables. La Junta tiene todas las competencias sanitarias, pero faltan médicos y enfermeras, los sueldos están por debajo de lo que se paga en otros lugares, no se ha hecho nada para cambiar un modelo obsoleto y bastante alejado de las necesidades del siglo XXI y eso de que todos los consultorios locales siguen abiertos con normalidad no se lo cree nadie. Y si no que se lo digan a quienes sufren a diario los cierres. Fue sangrante saber que, hace días, enviados del Gobierno vasco "ficharon" a unas cuantas enfermeras recién salidas de la Universidad de Salamanca. Alguien dijo que fue "una OPA sanitaria". Les ofrecieron mejores condiciones laborales y económicas que la Junta de Castilla y León y, claro, se fueron. Mientras tanto, aquí seguimos con el doloroso déficit de personal. Y, eso sí, con las excusas y las mismas promesas del año pasado, del anterior y del anterior al anterior.

La segunda razón de la alarma también es crónica. Durante el verano, los pueblos se llenan de gente. Vuelven muchos emigrantes, bastantes ya jubilados, mayores que requieren más cuidados sanitarios. ¿Y qué se encuentran? Menos médicos, menos enfermeras, menos consultas presenciales y una atención deficiente y no por culpa de los sanitarios. Todos a urgencias, aunque se colapsen y suframos horas de espera. Y la covid que no da tregua.