Vuelta a clase en pandemia

N.Z.
-

Todos los centros han tenido que elaborar un plan de inicio de curso que han remitido a la Dirección Provincial. Desde el Instituto Machado explican a 'El Día de Soria cómo será esta peculiar vuelta a clase donde cada grupo tendrá su aula

Vuelta a clase en pandemia - Foto: JAVIER RODENAS PIPO

El curso 2020/2021, salvo que las condiciones sanitarias lo impidan, comenzará de manera presencial en septiembre. Pero este año la vuelta a clase será muy diferente...

No habrá abrazos en el reencuentro tras las vacaciones. Se acabaron los recreos multitudinarios, las charlas de pasillo, los juegos rebeldes por las escaleras, los intercambios de comida en el comedor... Se impone la mascarilla, la distancia y las medidas de higiene. Este 2020-2021 será posiblemente el curso más extraño que se recuerda. También, el más ‘asocial’.

De partida, los centros deberán constituir «grupos estables de convivencia» por niveles que no podrán superar los 22-25 alumnos. Cada grupo tendrá su aula de referencia y no habrá interacción entre grupos. Alumnado y profesorado deberán llevar siempre mascarilla cuando se muevan de un lugar a otro del edificio, cuando no puedan mantener la distancia de seguridad y durante la salida y entrada al centro educativo, que serán escalonadas, por grupos de convivencia o de referencia, para evitar que se crucen con otros alumnos.

Se reducen las clases extraescolares y no habrá un recreo, cada ciclo tendrá el suyo y se accederá de forma también escalonada.  En el comedor desaparece el autoservicio.

Ahora la comida se servirá en la propia mesa y se zonificará el espacio según los mencionados grupos estables de convivencia. Habrá transporte escolar y no se reduce el aforo, pero el uso de mascarilla será obligatorio desde los seis años. La limpieza en el centro se multiplicará, sobre todo en las zonas comunes, con especial cuidado a las aulas que se comparten y baños...

Así será, en líneas muy generales, la vuelta a clase. La Consejería ha establecido un ‘Protocolo de prevención y organización del regreso a la actividad lectiva en los centros educativos de Castilla y León para el curso escolar 2020/2021’ que establece las medidas generales. A partir de ahí, todos los equipos directivos de los centros educativos han tenido que elaborar su propio Plan de Inicio de Curso, que han tenido que presentar en la Dirección Provincial de Educación con anterioridad al 31 de julio.

Cada centro, su plan de inicio. Desde el Instituto Antonio Machado explican a El Día de Soria su plan de regreso a las aulas. No ha sido una labor sencilla, máxime teniendo en cuenta las restricciones que impone la pandemia y el «complicado» final de curso que han tenido, que enlaza con la «incertidumbre» que rodea al próximo. Se espera que cerca de 800 alumnos (entre el turno de mañana y tarde) y entre 84 y 86 profesores se incorporen al Machado en septiembre. Desde el centro no han querido dejar nada a la improvisación.

«Inicialmente lo que hemos contemplado han sido distintas entradas para el alumnado aprovechando los diferentes accesos que tiene el edificio y, también, distintos espacios de recreo». Y todo ello, «alternando las entradas y salidas de cada nivel cinco minutos para intentar que el alumnado fluya e interfieran lo menos posible entre ellos», explica el director del Machado, Miguel Ángel Delgado. 

El reto es que haya el menor contacto posible entre los alumnos porque solo así se pueden evitar el contagio. Por ello, otro de los objetivos principales de cara a la vuelta a clase ha sido «intentar agrupar por niveles», es decir, que «todos los alumnos de un mismo nivel (primero, segundo... de ESO)se muevan siempre en los mismos espacios y entornos minimizando al máximo el intercambio entre clases». En esta línea, se ha intentado hacer grupos «los más homogéneos posible» con el ánimo de que «tengan que desplazarse lo menos posible». No se contempla, de hecho, que vayan a las aulas específicas (plástica, tecnología...). La idea general es que «el alumnado permanezca en su aula de referencia el mayor tiempo posible», sintetiza.

Más aulas, más profesores. Dentro del aula se han distribuido las mesas de tal manera que «mantengan la distancia de seguridad», lo que ha arrojado «el coeficiente de alumnos que cabe en cada  una de las aulas». Eso sí, sin «sobrepasar los grupos de 25 alumnos». Teniendo en cuenta estos condicionantes, el próximo curso «prácticamente todas las aulas del Machado van a ser útiles». No en vano, destaca Delgado, cumplir estos ratios obliga a «utilizar aulas especiales como el Aula del Futuro, que la teníamos en dedicación compartida y ahora irá a un grupo de referencia».

La nueva distribución de los grupos, con ratios de alumnado más bajos que en cursos pasados, y el hecho de que la matrícula ha crecido este año en el Machado, ha obligado a «aprovechar el cupo de profesorado del centro al máximo» y, a mayores, solicitar un «cupo extra» a la Consejería para poder cumplir las medidas impuestas por la pandemia. Este cupo, agradece el director, ha sido concedido, lo que «ha permitido desdoblar alguno de los grupos para no sobrepasar ese techo de 25 alumnos por aula».

Herramientas digitales. La vuelta a clase se ha planteado presencialmente pero, en el plan de inicio diseñado por el Machado, se contemplan los tres escenarios posibles y se ha trabajado en todos ellos, con el objetivo de «no dejar nada a la improvisación» y que no pille desprevenidos como ocurrió el curso pasado. «Podemos encontrarnos que no nos podamos incorporarnos en septiembre, que nos incorporemos en condiciones normales, y un escenario mixto, que nos incorporamos y, llegado un punto, nos tenemos que ir a casa», resume Delgado, quien destaca que «la sectorización por niveles» va a permitir precisamente que, ante un contagio, se pueda actuar de forma específica y aislar «un grupo, un nivel o el centro entero», según consideren las autoridades sanitarias.

La posibilidad de tener que recurrir a ‘tele educación’ en un momento dado es una evidencia y, por ello, en el Machado han contemplado un  plan de «formación inicial para profesorado y para alumnado» específico. Consiste, según explica el responsable del centro, en que los primeros días del curso se van a dedicar a «formar a los alumnos y a generarles las herramientas necesarias para que, llegado el caso de que tuviéramos que volver a casa, desde el primer día puedan estar trabajando ya con esas herramientas de tele educación». «Es la clave ante un nuevo confinamiento», considera Delgado, quien apunta no obstante que ya se lleva tiempo trabajando en ello y el curso pasado ha resultado una prueba de fuego que, reconoce, no hubiera sido posible sin «el gran esfuerzo por parte de todos, profesorado y alumnos».

La idea ahora es que todos estén preparados para que, si se da el caso, se conozca la herramienta. Pero, además, quieren dar un paso más y han planteado que, «aún en presencial, se utilicen esas herramientas. Las tareas, los temas, los apuntes... pueden estar colgados en el aula virtual, de tal manera que sea una herramienta que se utilice de forma presencial y, si hay confinamiento, ya sea una continuidad», justifica el director, quien reconoce que este escenario mixto es «el más complicado» pero «quizá también el más real viendo la evolución de la pandemia».

Más limpieza. Este nuevo diseño de vuelta a clase exige actuaciones también de carácter estructural. Entre otras, se va a instalar señalización en el centro para que cada grupo sepa por dónde debe acceder a su aula de referencia. «Cada grupo tendrá un color y desde la entrada habrá unas líneas de colores que les dirigirán a los espacios donde se van a mover, intentando guiar al alumnado», explica el director. Además, al haber una «alternancia de cinco minutos», se evitará que confluyan en las zonas comunes.

Estos cinco minutos de diferencia en las entradas de cada grupo, apunta el responsable del Machado, no supondrán reducir el tiempo lectivo ya que «lo único que se hace es desplazar horario».

Otro de los puntos claves del regreso a clase en septiembre será la limpieza, subraya Delgado. Para ello, en el instituto soriano  han pedido un«refuerzo» del personal de limpieza a la Consejería. Según han previsto, se extremará la limpieza en las aulas compartidas (cuando sale un grupo y entra otra), en los baños (donde se limitarán los accesos), en los espacios comunes... Y, ante todo, se hará también una labor de «concienciación» para que, entre todos, este extraño regreso a clase sea lo más seguro posible.