Los 12 ojos del puente de Langa de Duero contarán a partir de este verano con una iluminación ornamental, una iniciativa con la que el Ayuntamiento de la localidad rematará los trabajos de mejora de conservación y estabilidad que la Diputación Provincial concluyó en septiembre del año pasado. Con un presupuesto de licitación cifrado en alrededor de 50.000 euros (el proceso de adjudicación de la obra está actualmente en fase de estudio y comprobación), la instalación de este nuevo sistema de iluminación busca otorgar más «vistosidad» a esta emblemática infraestructura monumental de la localidad ribereña, pero sin «robarle protagonismo», destaca su alcalde, Iván Andrés.
Será un sistema que permitirá resaltar su belleza con luminarias que se colocarán en la parte superior de los arcos y que proporcionarán un haz lumínico «de arriba a abajo» que, además, introducirá toques de color que «podrán ir cambiando» pudiéndose adaptar a celebraciones o días señalados como la lucha contra el cáncer o contra la violencia de género, entre otros eventos. En cualquier caso, «esas pinceladas de color lo van a hacer más atractivo», indica el alcalde de Langa de Duero. El proyecto es uno de los siete que ha subvencionado Tierras Sorianas del Cid con cargo a los fondos europeos Leader del Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León (en este caso, con el 30% del importe).
Si todo va según lo previsto, podrá estar ya en funcionamiento de cara a la temporada estival como un nuevo reclamo turístico del municipio ribereño. Las canalizaciones y los elementos preparatorios para la instalación de las luminarias ya están preparadas.
Las recientes mejoras realizadas para reparar y modernizar la estructura del puente ya previeron entonces este nuevo sistema de iluminación ornamental que cubrirá la totalidad de 100 metros de longitud del puente. Pero, aunque sólo faltaría la instalación de las lámparas, las obras tendrán una parte de dificultad, pues en algunas zonas los trabajos tendrán que realizarse «sobre el agua», precisa el primer edil. Asimismo, apunta, se cruzan los dedos para que la actual crisis de suministros y materias primas no condicione el proyecto. Si todo va bien, Andrés espera que los trabajos puedan concluir de cara al verano y que ya entonces pueda disfrutarse de esta nueva atracción turística de la población.
Único punto de cruce del Duero entre las localidades de San Esteban de Gormaz y la burgalesa La Vid, aunque hay fuentes que aseguran que la estructura del puente data de época romana, lo que sí se ha logrado confirmar es su etapa como paso medieval sobre el Duero. Durante las obras de rehabilitación que la Diputación realizó con cargo al Plan de Vías Provinciales, se halló, de hecho, una calzada de aquella época. «Fue una sorpresa», insiste el alcalde.
Alternativa. Conservarlo 'in situ' y reservar este puente histórico para uso exclusivamente peatonal fue económicamente inviable por falta de recursos. «Construir otro para vehículos hubiera costado cuatro millones de euros», insiste el primer edil de Langa.
La alternativa fue trasladar dicha calzada a una de las márgenes del puente y, aunque Andrés confiesa que «no es lo mismo», sí ha permitido conservar y preservar estos importantes hallazgos arqueológicos y mantenerlos en el entorno del puente.
Tras la instalación del nuevo sistema de iluminación ornamental, el Ayuntamiento de Langa de Duero completará la actuación con nuevas mejoras. Los trabajos incluirán otras intervenciones adicionales de ajardinamiento y de plantación de nuevas especies arbóreas en los alrededores con el objetivo de seguir resaltando la belleza del puente, pero «sin contaminarlo visualmente» con otros elementos añadidos, confirma el primer edil ribereño.
reforzamiento. Con estos últimos trabajos auspiciados por el Consistorio langueño se completará la rehabilitación integral del puente medieval de Langa, una estructura viaria que presentaba serios problemas de estabilidad. Las obras de rehabilitación llevadas a cabo por la Diputación de Soria con cargo al Plan de Vías Provinciales se elevaron a 756.517 euros y consistieron en el rejuntado, cosido y reforzamiento de la cimentación de los pilares de esta infraestructura fluvial sobre el Duero para eliminar los huecos y descalces existentes. Asimismo, se llevó a cabo la retirada de todo el pavimento (lo que sacó a la luz el empedrado de origen medieval) y la limpieza general de los paramentos de la fábrica del puente.
Asimismo, se repusieron los volúmenes perdidos, así como la recomposición de los petriles y tajamares de esta construcción que ya en el siglo XVII tuvo que ser intervenida a causa de los graves desperfectos que arrastraba en aquella época.