Fueron los primeros, en la segunda semana de marzo, en estrenar el nuevo edificio del hospital Santa Bárbara. El Servicio de Rehabilitación del Complejo Asistencial de Soria es, probablemente, el que más pacientes atiende al día. Entre consultas, tratamientos y turnos en la piscina terapéutica, alrededor de 300 usuarios pasan a diario por estas dependencias que disponen de las más avanzadas dotaciones y tecnología de última generación. Al frente está María Pilar Alvo, una de los cuatro médicos rehabilitadores con las que cuenta el hospital soriano. Confía en sumar uno más [ver entrevista, páginas 16 y 17]. La responsable muestra cada una de las partes del área, a la que se accede directamente desde la calle doctor Fleming. «Cuando está todo a la vez en marcha es un disparate la cantidad de pacientes que hay a diario», subraya.
Una de las primeras salas es la que cuenta con el aparataje para rehabilitación cardíaca, una atención que Alvo espera que pueda prestarse a final del año. Para ello, tiene que formarse el personal de Rehabilitación, pero también el de Cardiología. «Falta que tenga vida», admite la jefa de la unidad, y para ello, habrá que esperar unos meses. «No es como la rehabilitación del suelo pélvico, que es algo que depende solo de nosotros», apostilla. En este caso, la previsión es que esté en marcha en septiembre.
Hasta llegar a la sala de rehabilitación/gimnasio, que es el espacio más concurrido, la doctora Alvo recuerda que el hospital de Soria fue «el primero en Castilla y León» en incorporar ondas de choque, que ofrecen «grandes beneficios». Ahora, los usuarios son tratados con nuevos aparatos de alta resolución.
Procuran que cada paciente tenga siempre el mismo médico, para que el seguimiento sea «más fácil», destaca que la responsable. «Sabes cómo lo has visto y cómo ha evolucionado [...] A veces, es difícil explicar a un paciente que no va a mejor más, que no hay nada que se pueda hacer. Hay que preparar mucho algunas altas. Y, si lo necesitan, los derivamos a Salud Mental [...] Las algias son un problema porque nunca se pasan, es educación y hay que aprender a convivir», cuenta.
A pleno rendimiento. A mediodía, tras el descanso matinal de media hora, la sala de rehabilitación se llena de actividad y los fisioterapeutas (hay trece en el servicio) retoman los tratamientos. «El perfil de los pacientes es similar al de la población de Soria», apunta María Pilar Alvo. La mayoría son de avanzada edad, pero se tratan lesiones y patologías de todo tipo y en todas las edades, evidentemente. La médico apunta que este servicio fue pionero en el tratamiento de la escoliosis en escolares y advierte de que todos los menores de la provincia con desviación de la columna vertebral tienen acceso a tratamiento y seguimiento.
«En traumatología, si es por fracturas, son de todas las edades, pero los mayores con las prótesis son muchos. Y luego están los niños con escoliosis, una consulta a la semana solo con ellos», refiere Alvo.
Mientras explica la atención que se presta en este 'gimnasio' se van ocupando las camillas y los espacios dotados con los recursos específicos para la terapia prescrita. La amplitud de la sala y la dotación recién estrenada es un plus que favorece los programas terapéuticos que, en ocasiones, se prolongan durante mucho tiempo.
«Pero se hacen más cosas, como la prevención del linfedema en las pacientes con cáncer de mama, la prevención con ejercicios respiratorios en cirugías abdominales... Es muy variado... Hay protocolos sobre todo tipo de prótesis... En los hospitales más grandes está todo dividido: paraplejias, algias... pero aquí hay que hacer de todo», abunda.
electroterapia. La zona de electroterapia es una de las que más ha mejorado con la renovación completa del Servicio de Rehabilitación del Complejo Asistencial de Soria. Por una parte, se ha ganado en «intimidad» y en amplitud de los boxes, además de incorporar la más alta tecnología. «Hay láser, magnetoterapia, microondas, SIMAI -Sistema de Inducción Magnética de Alta Intensidad-, onda corta, tracciones... lo que más ha mejorado es esta zona. Se trabaja mejor, es todo nuevo, hay luz... hay aparatos para los que aún no tenemos la formación completa», relata. Cabe resaltar que la antigua dotación se ha enviado a los centros de salud de Ólvega y San Esteban de Gormaz.
Piscina. Y llega la «joya de la corona». La piscina es el recurso más valorado y, además, «más efectivo» en cuanto a tratamientos. «Se consiguen avances que no se logran de otra forma», puntualiza Alvo. También es «lo más económico» porque varios usuarios pueden estar a la vez. Antes de la pandemia, se establecían entre seis y siete turnos diarios de octubre a junio, y en la actualidad son cuatro, con una media de cuatro o cinco pacientes en cada uno.