Virginia Ajenjo, soriana y sanjuanera de cuna, tenía claro que «antes o después» sería jurada, así que su marido, Alberto Pascual, tenía «asumido» que le «iba a tocar». Este año se juntaron los 'ingredientes':había cinco cuadrillas vacantes (tras la retirada de la mitad de los jurados que había apuntados desde 2019), el compromiso sanjuanero de Virginia estaba a flor de piel, y los amigos -sanjuaneros todos- «animaban» a dar el paso. Así que el lunes siguiente al Sorteo se presentaron en el Ayuntamiento para asumir el 'bastón' de la Cuadrilla de San Esteban. 

No es su barrio y la jurada reconoce que le tira más La Cruz ySan Pedro, su barrio «de toda la vida», pero, de las cinco vacantes que quedaban, San Esteban era la que más les «gustaba». El barrio no les ha decepcionado. Han recibido el cariño de los vecinos, que les agradecen la «valentía» que tuvieron para asumir el cargo a apenas unas semanas del Catapán. 

Reconocen que vivieron con cierta «angustia» esa cuenta atrás hasta que se completaron las doce cuadrillas, aunque nunca perdieron «la esperanza». Y aunque son conscientes de que no es un año fácil porque «el bicho sigue rondando», confían en que la situación sanitaria «mejore» porque, además, «la gente tiene muchas ganas de fiesta» tras dos años sinSan Juan. 

El hecho de apuntarse en abril ha limitado el tiempo de preparativos pero, aseguran, no ha sido un problema. Porque tienen«mucha ayuda» gracias a un equipo en el que no falta experiencia sanjuanera. Ellos han sido cuatros, la secretaria ha sido jurada, algunos cuatros también, los tíos de la jurada también...  Aunque Virginia y Alberto son la cara visible, las 80 personas -entre «amigos y familiares»- que les acompañan constituyen una cuadrilla «increíble». Entre ellos hay además cerca de una treintena de niños, por lo cantera sanjuanera no va a faltar en San Esteban 2022. 

Han mantenido parte de la decoración en el local de cuadrilla y han incorporado una zona de homenaje a las peñas, con todos los chalecos expuestos, y un collage de fotos con los colaboradores. El logotipo lo ha hecho una de las cuatras y lleva el sol, vino y toros representado a través de «un cuerno, una bota, y la forma del sol, donde los rayos se entremezclan con los adornos de la puerta de La Saca». De pintar las botas se han encargado «cuatros, secretarios, familia...» y hay verdaderas obras de arte. 

Su primera toma de contacto real con el barrio, en elCatapán, fue «una experiencia única, muy bonita», describe la jurada. «Nos sentimos muy arropados», añade el jurado. Ahora miran ya a lo que está por llegar y a ese «¡Viva Soria!, ¡viva San Juan!» que, gritado desde el balcón del Ayuntamiento, abrirá las fiestas de este 2022 y que, si su vergüenza se lo permite, les gustaría gritar a los sorianos.