El fútbol se cruzaba en la vida de Alberto Lafuente en el año 2013. Tras licenciarse en Valladolid en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, el soriano recalaba en las categorías inferiores del Numancia de la mano de su amigo, Pablo Ayuso. «Fue por casualidad», reconoce Alberto Lafuente, «iba a hacer una sustitución de forma temporal y se convirtió en una estancia de tres años». Esa experiencia «fue muy grata aunque los éxitos de esa generación llegaban después». Se trata de los jugadores que se llevaban la Liga de División de Honor Juvenil, «de hecho los chicos que cogimos en categoría infantil estuvieron en esa  gran plantilla».

A partir de ahí y hasta aterrizar en la India, ha recorrido medio mundo con el fútbol como nexo común hasta llegar a ser el director de la Barça Academy en Pune, la India, «en el poco tiempo que he estado allí todo ha ido muy bien y ya contamos con más de 400 niños». Un proyecto muy ilusionante que ahora está parado por la crisis del coronavirus, «prácticamente estábamos empezando pero ya estamos preparando a través de la distancia todo lo necesario para reanudar esta academia». Todo apunta a que será una vez pasado el verano. Por el momento espera en Soria donde hace balance de una corta pero intensa carrera en el FC Barcelona.

un largo viaje. Habíamos dejado la historia de Alberto Lafuente en 2016. Tras tres años en las categorías inferiores del Numancia, decidía dar un giro a su vida y se marchaba a Londres, «quería nuevas metas y objetivos, salí durante dos años». Su trabajo estaba alejado del fútbol, «quería conocer mejor el idioma y eso es algo que conseguí». Algunas de las decisiones más importantes en la vida llegan por casualidad. Ese giro del destino se producía en 2018, «tras volver a España, Javier del Río, un buen amigo que trabajaba para Laliga, se pone en contacto conmigo y me comenta que la Barça Academy en Lagos, Nigeria, buscaba a una persona para trabajar que encajaba en mi perfil».

Alberto Lafuente, soriano internacional en la Barça AcademyAtrevido y aventurero por naturaleza, Alberto Lafuente daba el paso, «desde el primer momento me enamoré de este proyecto». Considera que «es genial ir a estos lugares, llevar el fútbol a estos rincones del mundo es muy gratificante». En Lagos tenía claro que no quería dedicarse a otra cosa, «y además en Nigeria sí que hay mucha pasión por el fútbol pero carecen de estructura, de un tejido sólido competitivo». Su labor allí «era dar forma a lo que ya existía».

No fue mucho tiempo el que pasó en Nigeria pero allí mismo le ofrecieron el puesto de director en la India, «la condición era pasar por Barcelona para formarme antes de marchar». Lo hizo, opositó a la ciudad de Pune y en enero de 2020 comenzaba a liderar el proyecto.

barça academy. Conviene aquí explicar en qué consiste la Barça Academy, «es el proyecto de las academias internacionales del Barça», cuenta Alberto Lafuente, «es la manera de llevar la filosofía del club, su código de valores y su forma de ver el fútbol a lugares donde hay menos cultura futbolística».

Alberto Lafuente, soriano internacional en la Barça AcademyEl objetivo principal no tiene nada que ver con la captación de talentos, «hombre, si hay un jugador con mucha proyección no lo dejas pasar», aclara, «pero es un proyecto educativo, social, va más en la línea del desarrollo del país que el de buscar jugadores». Promocionar el fútbol en la India era en el inicio de 2020 su labor, «ya había otras tres academias en el país y tengo que reconocer que ya me habían abierto camino». Pero no deja de estar en una nueva ciudad, Pune, «allí, como en toda La India, el críquet es el deporte rey». Comenzaba entonces un proceso de promoción para construir toda una estructura futbolística bajo el sello Barça.

En apenas dos semanas más de 400 niños se inscribían, «está claro que la marca del FC Barcelona es muy potente y el patrocinador además también tenía la experiencia del resto de academias del país». Una ciudad deportiva que lleva años formar debía ser organizada en semanas, «el volumen poblaciones de Pune es brutal y el recibimiento fue asombroso, el número de jugadores ronda la misma cifra que, por ejemplo, la Ciudad Deportiva del Numancia».