La Peña Los Celtas está de enhorabuena durante las fiestas patronales de la Virgen del Espino y San Roque, el verde y amarillo de sus pañuelos y fajines se hace aún más presente estos días en El Burgo de Osma mientras festejan el 50 aniversario de su fundación. 

Hoy Los Celtas poco tienen que ver con aquel grupo de chavales que arrancaron la peña reunidos en la popular taberna de Pepito El Aguilera, que sigue fiel a su estilo. Lo que comenzó como una gran idea de  amigos para juntarse en fiestas ha llegado hasta nuestros días como una agrupación festiva con más de 250 miembros. Almuerzos, comidas, toros, porrones en el Rastro, cenas en la peña, fiestas temáticas, bingo o disfraces son algunas de las muchas citas con Los Celtas. Una peña en la que se mezclan las edades y unas generaciones van dejando paso a otras al frente de la agrupación. Hace medio siglo las fiestas se vivían de otra manera pero el denominador común es el mismo, se trata de disfrutar de unos días en los que la población burgense cambia por completo. Son jornadas que se pasan en la calle y que se comparten con gente, con otros peñistas con los que quizá uno no vuelva a cruzarse hasta el año siguiente. Días de diversión y devoción en torno al patrón.

Los Celtas de 1969 tenían pocos medios y muchas ganas, su acompañamiento musical se reducía a un bombo y unos platillos; y ahora, Los Celtas de 2019, podrán contratar a varias charangas para festejar el aniversario, como debe ser. Las cocheras de la serrería del Campitos sirvieron de cobijo a los primeros miembros en los inicipios de Los Celtas, desde allí recorrieron bastantes calles de El Burgo para finalmente recalar junto a las otras organizaciones festivas en los locales habilitados por el Ayuntamiento junto al Centro Polivalente. Pese a todo, la plaza del Rastro sigue siendo el corazón del encuentro de los peñistas, allí en torno a la fuente del Mono come la Peña Los Celtas todos los días de las fiestas.

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