Sebas Martos brillaba en su primera competición de la temporada. En Zaragoza paraba el crono de los 3.000 metros en siete minutos y 52 segundos. En una etapa de puesta a punto, rozaba la mínima para el Mundial. "La carrera surgió de un día para otro", reconoce, "acudí a ella de manera tranquila, pero me encontré bien y corrí lo más fuerte que pude". Se quedó a tan solo dos segundos de la marca necesaria.

El atleta jienense de 32 años atraviesa un gran momento tras los Juegos Olímpicos de Tokio. "Estoy aprovechando la incercia del buen verano que realicé", afirma Martos. Una etapa de madurez deportiva que le ha devuelto a la primera línea del panorama nacional. "Es una segunda juventud", reconoce sonriente, "me ayuda a ser más maduro, a disfrutar de lo que hago y a correr muchísimo".

Sensaciones que ha vuelto a encontrar gracias a un cambio de ciudad. "Tanto el entorno, como mi grupo de entrenamiento, como mi entrenador me han ayudado mucho", cuenta con mucho agradecimiento a Enrique Pascual Oliva. Cumple dos años en Soria donde ha recuperado un nivel que había perdido. "No veo un lugar mejor para entrenar y luchar por mis objetivos", puntualiza.

Ahora mira al meeting de Madrid del mes de marzo, hacia donde va enfocada su preparación para estar en la cita mundialista de Belgrado.